Silicon Valley ya está velando armas para plantarse contra las políticas migratorias del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Al magnate neoyorquino le han bastado 10 días para organizar una serie de escándalos que han desembocado en una orden ejecutiva para vetar el acceso al país a ciudadanos procedentes de Siria o Irak.
Por supuesto, esta decisión ha provocado muchas protestas y manifestaciones, y entre las voces destacadas que se han alzado contra Trump están las de muchos líderes de la industria tecnológica que, además, comparten un rasgo común: sus orígenes están fuera de las fronteras norteamericanas.
Uno de los primeros en tomar la iniciativa ha sido Brian Chesky, fundador y CEO de Airbnb. La plataforma de alojamiento, a través de un tuit de Chesky, se ha comprometido a ofrecer "alojamiento gratuito a los refugiados y a todos los que tengan vetado el acceso a Estados Unidos", a la vez que ha pedido que todo aquél que lo desee se una ofreciendo sus sitios para acoger a los que lo necesiten. Chesky es hijo de un inmigrante polaco, si bien creció en la zona de Nueva York.
Airbnb is providing free housing to refugees and anyone not allowed in the US. Stayed tuned for more, contact me if urgent need for housing
— Brian Chesky (@bchesky) January 29, 2017
Chesky no ha sido el único que ha puesto de su parte para mitigar el terrible efecto que sin duda tendrán las políticas de Trump. Viber, que ofrece llamadas telefónicas a través de internet, ya ha confirmado que ofrecerá sus servicios gratis para todos aquellos que quieran contactar con alguien en uno de los países vetados por el nuevo presidente. La compañía de telecomunicaciones fue fundada por ciudadanos israelíes.
Más iniciativas
Starbucks, uno de los gigantes de la hostelería a nivel mundial, ha confirmado que contratará a 10.000 refugiados durante los próximos años para trabajar en sus establecimientos de todo el mundo. Así lo ha afirmado su director ejecutivo, Howard Schultz, que nació en Nueva York pero proviene de una familia judía.
El fundador de Google, Serguei Brin, fue uno de los que se manifestó en las calles para protestar contra Trump. Brin participó en una de las marchas organizadas en San Francisco, ya que según dijo él mismo "soy un refugiado". Brin nació en Moscú en el año 1973, pero emigró a Estados Unidos cuando sólo tenía seis años ya que su padre comenzó a dar clases en la Universidad de Maryland, en la zona cercana a Washington.
Starbucks ha anunciado que contratará a 10.000 refugiados en los próximos años
El buscador ha puesto en marcha, según ha anunciado en la mañana de este lunes Usa Today, una donación de 4.000 millones de dólares, más de 3.700 millones de euros, para cuatro asociaciones que pelean por los derechos sociales. El total de la cantidad se divide entre los 2.000 millones que aporta la compañía y otros 2.000 millones que han sumado los propios trabajadores. El actual CEO de Google es Sundar Pichai, natural de Chennai, en India.
Uber fue uno de los actores más criticados tras el anuncio de Trump, ya que su consejero delegado, Travis Kalanick, formó parte del equipo asesor económico del líder republicano. Pero la empresa de transporte colaborativo dio rápidamente la vuelta a la situación y anunció que va a crear un fondo de 3.000 millones de dólares, 2.800 millones de euros, para ofrecer ayuda legal a sus conductores que puedan verse afectados por las decisiones del presidente norteamericano. El actual CEO de Uber, Travis Kalanick, nació en Estados Unidos pero tiene ascendencia checa y austriaca a través de su familia paterna.
Tibieza en los gigantes
Todas las grandes empresas tecnológicas han criticado el veto de Trump a ciudadanos extranjeros, si bien algunas lo han hecho con más determinación y fuerza que otras. Entre las que han mostrado más cautela, al menos hasta el momento, están actores de la talla de Facebook o Apple.
El CEO de la primera, Mark Zuckerberg, sí que ha pedido "mantener las puertas abiertas" a los refugiados. En un post a través de su perfil oficial, Zuckerberg ha expresado su "preocupación por el impacto que la orden ejecutiva de Trump puede tener". El creador de la red social ha recordado que sus abuelos tienen sus orígenes en Alemania, Austria y Polonia, y que los padres de su esposa, Priscilla Chan, son refugiados de China y Vietnam. "Estados Unidos es un país de inmigrantes y eso es algo de lo que deberíamos estar orgullosos", dijo.
La tibieza también ha sido la nota predominante en las declaraciones de Tim Cook, actual CEO de Apple. El mandamás del gigante de Cupertino ha mandado una nota a sus empleados, que ha publicado The Verge, en la que asegura que les ayudará en los ámbitos legales y de seguridad que necesiten. Cook sí ha asegurado que ha presentado protestas ante la Casa Blanca, y en su comunicación interna ha recordado que "la diversidad hace a nuestro equipo más fuerte. Es importante, ahora más que nunca, que no flaqueemos. Apple está abierta a todos, da igual de donde vengan o el idioma en el que hablen".
Lo cierto es que el fundador de Apple, el visionario Steve Jobs, tiene sus orígenes en Siria, ya que su padre procede de ese país. Hoy en día, tras la decisión de Trump, no hubiera podido entrar en Estados Unidos.
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