En marzo de 2007 arrancó un proyecto urbanístico en Madrid que vivió una tortuosa historia de 10 años con final feliz para Juan Miguel Villar Mir y no tan feliz para las arcas del Ayuntamiento capitalino: el Centro Internacional de Convenciones de la Ciudad de Madrid (CICCM). Iba a ser un complejo situado junto a los cuatro rascacielos al norte del Paseo de la Castellana, cerca de la Plaza de Castilla. Y al final será la quinta torre, tras no pasar de la categoría de agujero durante una década. Un agujero de lujo.
Era el enésimo proyecto apadrinado por Alberto Ruiz-Gallardón en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, una operación truculenta por la cual Bruselas obligó el año pasado al club merengue a pagar 20 millones al Consistorio. 70.000 metros cuadrados edificables para captar al turismo de negocios que, 10 años después, se ha quedado en un hueco con 1.800 plazas de aparcamiento, 120 millones de euros dilapidados en el vaciado, la cimentación y los muros de contención del agujero y otros 150 millones del anillo distribuidor.
120 millones en la cimentación y contención de muros, 150 en el anillo distribuidor
En total, 270 millones gastados por el Consistorio que se recuperarán en prácticamente 75 años: es el tiempo que tiene la Inmobiliaria Espacio, filial del Grupo Villar Mir, para pagar un alquiler de 300 millones a abonar a lo largo de ese periodo. Así lo ha acordado el presidente de OHL con el anterior equipo de Botella, decisión que avala Manuela Carmena, como denuncia la delegación del PSOE en el Ayuntamiento. "Un canon absolutamente ridículo", denunciaba esta semana la portavoz socialista de Urbanismo, Mercedes González, durante un Pleno municipal.
"La quinta torre fue una mala herencia del PP que encontró en Ahora Madrid un disciplinado heredero que hasta le ha puesto adornos", critica la edil. El PSOE ya ha anunciado que estudia denunciar el plan urbanístico aprobado por la Corporación que dirige Carmena por el cambio de uso de sanitario a educativo que "vulnera el concurso", según los socialistas.
Gallardón llegó a poner la primera piedra del Centro de Convenciones en 2008
La próxima primavera empezarán las obras del denominado proyecto Caleido. La construcción costará 84 millones, según Espacio, y, con 181 metros, será la torre más baja de las cinco. El rascacielos alojará un campus universitario del Instituto de Empresa (IE Business School) que ocupará la mayor parte del edificio, una clínica médica del grupo Quirón Salud -especializado en medicina deportiva-, un centro comercial y un área verde. "Es un proyecto educativo extraordinario", celebró con júbilo Carmena el pasado 10 de enero, "el primer campus madrileño vertical".
Una historia de despilfarro
La historia de la quinta torre es un relato de despilfarro heredado por dos mujeres alcaldesas, Ana Botella y Manuela Carmena. En 2008, tras un concurso de ideas, Gallardón llegó a poner la primera piedra del inexistente CICCM. Por entonces se hablaba de que éste tendría un coste de 300 millones de euros, que ha sido lo que finalmente ha costado el eterno cráter.
Un mes antes de las elecciones municipales de 2015 Villar Mir se llevó el concurso
En 2009 empezó la primera fase de las obras, casi un año después de haberse puesto la primera piedra. Una situación estrambótica que solo podía explicarse por la crisis y la falta de liquidez del Consistorio madrileño, cada vez más endeudado. El primer paso que se dio en aras de la creación del CICCM se produjo ese año, y también fue el último: Acciona se encargó del movimiento de tierras para la cimentación de un nuevo edificio que se terminaría en 12 meses, según los planes municipales. El socavón ya estaba hecho.
Después llegó la parálisis absoluta, los informes locales alertando del derroche y las advertencias de la Intervención municipal. Fue a finales de 2014 cuando Botella abrió el concurso del alquiler a 75 años, que fue adjudicado en abril de 2015 -un mes antes de las elecciones municipales- al Grupo Villar Mir. Y así hasta hoy: un agujero millonario para la ciudad de Madrid.
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