La historia del Brexit va camino de ser, sin entrar en errores o aciertos, el relato de una gran sorpresa. El resultado del referéndum celebrado en el Reino Unido el 23 de junio de 2016, en el que se decidió su salida de la UE, tomó a muchos con el pie cambiado. ¿Quién se iba a atrever a salir de la protección de la vieja Europa?
Después, los temores de una hecatombe económica en el continente no se cumplieron, por mucho que se haya depreciado la libra esterlina --hasta un 13% frente al dolar--. Y en lo que respecta a España, las estadísticas sobre flujos de inversión ofrecen una realidad también distinta a la que cabría esperar: las empresas españolas depositaron al otro lado del Canal de la Mancha 8.900 millones de euros en 2016, más del doble que en 2015, cuando las inversiones ya se había duplicado.
La confianza en que la City no se convertirá en una zona franca o un paraíso fiscal tras la salida del Reino Unido de la UE y las posibilidades de negocio en un país, que dentro o fuera de la UE, prevé invertir hasta 120.000 millones de libras –el equivalente al 14% del PIB español—en infraestructuras durante los próximos cinco años pueden ser poderosas razones.
Las bases de datos del Ministerio de Economía reflejan que, efectivamente, el Reino Unido fue el principal país de destino de las inversiones españolas durante el pasado año. Hasta 8.900 millones de euros tomaron rumbo al país anglosajón, frente a los 3.819 millones de 2015.
Estas cantidades hicieron que durante el pasado año, el de la declaración del Brexit, el Reino Unido fuera el principal destino de las inversiones de España en el mundo.
La mayor parte de estas cantidades, hasta 8.601 millones de euros, fueron inversiones productivas, encaminadas a generar bienes y servicios. De esta forma, la cuota del Reino Unido dentro del conjunto de las inversiones exteriores de España alcanzó el 23%, por delante de EEUU o Brasil.
Al mismo tiempo, las inversiones en empresas de tenencia de valores extranjeros (ETVE), que son meramente financieras y que se utilizan para pagar menos impuestos sobre las plusvalías y los dividendos, rozaron los 300 millones de euros, muy por encima de los 11 millones de 2015.
El sector financiero se posiciona
Fuentes financieras consultadas por El Independiente señalan que la razón de este repunte debe explicarse empresa por empresa y aseguran que si estas siguen confiando, y cada vez más, en Londres es “porque han hecho números y les salen las cuentas”.
Pues bien, la información sectorial que aportan los registros del Ministerio de Economía muestra que la mayor parte de esta inversión productiva parte, precisamente, del sector financiero. En esta rama, las cantidades han pasado de los 2.628 millones de euros a los 8.248 millones en un solo año.
El sector financiero protagonizó la mayor parte de las inversiones en 2016
Contrasta este dato con el temor extendido en las instituciones europeas a que tras el Brexit, la City se convierta en un paraíso fiscal. Al respecto, el agregado económico y financiero de la Embajada Británica en España, William Murray, aseguraba esta semana en unas jornadas organizadas por el CES Cardenal Cisneros que el Reino Unido no prevé reducir los niveles de exigencia y transparencia al sistema financiero y que su intención es hacer una transposición casi literal del acervo normativo europeo a su propia legislación.
Otros de los sectores que han puesto el punto de mira en el Reino Unido en 2016 fueron el de telecomunicaciones (505,7 millones) y el de las actividades inmobiliarias (105,3 millones).
No obstante, otras áreas han plegado velas. Es el caso de la industria química o la producción de fármacos. Llama también la atención la caída de las inversiones de particulares, que han pasado en el último año de los 10,6 millones de euros a los 600.000 euros.
¿Cuáles son las oportunidades?
España no es un inversor nuevo en el Reino Unido. Según los últimos datos disponibles del Ministerio de Economía, en 2014 había unas 270 empresas españolas establecidas en el país.
A modo de ejemplo, tres de los modelos de coches más vendidos en el mercado británico se fabrican en España. “Todos sabemos el nombre de las empresas españolas presentes en Gran Bretaña y no les vamos a cerrar las puertas en un futuro”, señalaba Murray.
Al contrario, desde el Reino Unido se alienta a invertir en el país ante la perspectiva de que su economía crezca un 2% en 2017. Pero sobre todo, con el reclamo de una inversión de unos 120.000 millones de libras en los próximos cinco años. De hecho, los informes que maneja el ICEX detectan entre los sectores de oportunidad en el Reino Unido los de infraestructuras, tecnología y energías renovables.
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