Renfe quiere hacerse con la alta velocidad británica, el proyecto HS2 (High Speed 2) que pasa por ser el AVE más caro del mundo y prevé tener su primera fase (Gran Londres-Birmingham, Midlands Occidentales) terminada para 2026. Se suceden las reuniones con las autoridades británicas y se negocia con operadores ferroviarios locales de cara al preconcurso que prepara el Gobierno de Theresa May, del cual saldrán un número reducido de finalistas. En el operador se trabaja a destajo para optar al mega concurso, cuyo coste total ya rebasa los 55.000 millones de euros.
Si en enero una delegación del Ministerio de Transporte visitó Renfe, según adelantó El Independiente, ahora Renfe ultima una negociación con un operador británico para pujar por las diferentes fases del HS2. Y ese operador es Virgin Rail Group, una firma controlada por el Grupo Virgin (51%) y por Stagecoach (49%). Renfe y Virgin se han reunido ya en numerosas ocasiones, según varias fuentes, entre ellas británicos del Ejecutivo de May.
A Renfe le interesa contar con un operador local para optar al HS2
A Renfe le interesa contar con un operador local para hacerse con todas las fases posibles del HS2, que tendrá una longitud de 200 kilómetros y prevé conectar en un futuro no demasiado lejano Londres con Leeds y Manchester. Y a cualquier operador local le interesa una compañía con experiencia en alta velocidad, caso de Renfe. Las autoridades del Reino Unido valoran la presencia de consorcios mixtos en los que ya existan empresas conocedoras del país en el que mueven sus trenes. Alemania y Francia ya están: la SNCF francesa opera sobre las vías británicas con su filial Keolis y la alemana Deutsche Bahn hace lo propio con Arriva.
Virgin es todo un emblema de la privatización de los trenes británicos, a comienzos de los noventa por el ex primer ministro tory John Major: no fue obra de Margaret Thatcher como popularmente se cree. Un camino privatizador que nadie ha seguido en la Unión Europea en lo que respecta al sector ferroviario. Opera la Virgin CrossCountry (sur de Inglaterra) y la West Coast Main Line. Y esta última línea, que va del Gran Londres a Escocia, interesa también a Renfe por una razón muy concreta.
Virgin es un emblema de la privatización británica de los trenes
La concesión de la West Coast Main Line -que Virgin opera bajo el nombre de InterCity West Coast- vence en 2019. Según decidió a finales de 2016 el Gobierno británico, el ganador de la próxima licitación para operar en ese trayecto también se hará con los primeros servicios del HS2, en 2026 si los planes de Londres se cumplen. "Habrá una transferencia gradual de servicios de la antigua línea a la nueva del HS2", cuenta un funcionario británico desde el anonimato. Así que la alianza de Renfe y Virgin tratará de ganar el concurso de la West Coast Main Line en 2019 para asegurarse de este modo la operación, total o parcial, del HS2 en su primera fase (Londres-Birmingham).
Otros candidatos para Renfe
Pero Virgin Rail Group no es el único pretendiente para Renfe Operadora. El ente ferroviario que preside Juan Alfaro mantiene reuniones con, al menos, otro operador local, según varias fuentes. Hay al menos dos firmas posibles: una es la hongkonesa MTR y otra la holandesa Abellio. Ambas ya tienen trenes en circulación en Reino Unido.
Renfe negocia también o con un operador de Hong Kong o con otro holandés
"Las autoridades británicas valorarán en el preconcurso que los candidatos ya estén asentados en el entramado ferroviario británico y que tengan experiencia en alta velocidad", indica una fuente. "Una alianza entre Virgin y Renfe parece a priori una gran idea". En Renfe también se trabaja a pleno rendimiento para tratar de ganar otro concurso, el del AVE de California para el que se lanzó una oferta interna ya que el preconcurso del proyecto estadounidense (AVE Los Ángeles-California) está igualmente al caer.
Nadie en Renfe ha respondido a las preguntas enviadas por este medio con relación a las negociaciones con otras firmas en torno al HS2.
Sobrecoste y caos
La prensa británica, por otro lado, viene informando estos días del "caos" que vive el HS2. El director general David Prout ha dimitido recientemente por las dudas sobre a un contrato de 170 millones de libras vinculado al proyecto. Y varios diputados del Parlamento británico ya han reclamado una investigación por el sobrecoste que arrastra el proyecto, que el Ejecutivo de May eleva ahora a 55.000 millones de libras (casi 65.000 millones de euros).
Varios diputados han pedido una investigación por el sobrecoste del proyecto
El HS2 es con diferencia el proyecto de alta velocidad más oneroso del mundo: el AVE por el desierto entre La Meca y Medina, que un consorcio español se afana desde 2012 por construir y explotar, tiene un coste estimado de 7.000 millones de euros. De momento, el Brexit está teniendo un efecto llamada y no ha derivado en aislacionismo británico. Al menos en la parte del negocio de las infraestructuras.
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