Emilio Saracho, presidente de Popular, y el inversor mexicano Antonio Del Valle, han tenido sus diferencias desde que el ejecutivo tomó las riendas del grupo el pasado 20 de febrero. Sin embargo, ambos se han visto obligados a alinear sus intereses por el bien del banco y de los accionistas, ante la encrucijada de afronta el grupo: ampliar capital o vender el grupo. O ambas cosas.
Según ha podido saber El Independiente, Saracho y Del Valle mantuvieron una reunión hace apenas 10 días en las que el magnate latinoamericano ofreció al nuevo primer espada del grupo "capital extranjero de inversores institucionales" para cubrir las necesidades de Popular.
Saracho, que en un principio mostró entre sus allegados cierta renuencia a ampliar capital, al menos hasta que no tenga un plan creíble que le garantice la confianza de los inversores, reconoció el lunes en la junta de accionistas que el banco "está abocado a ampliar capital para seguir adelante". No se atrevió a precisar cuándo sería la operación, ni el importe de la misma.
Paralelamente, abrió la puerta a una operación corporativa. "La independencia es un valor hasta que se convierte en una carga. En un momento tendremos que elegir entre una cosa y otra", apuntó.
Los comentarios del presidente no sentaron bien al mercado y las acciones de Popular se desplomaron en la sesión más de un 9%. El banco vivió otra jornada agónica la semana pasada, con un desplome del 10% en bolsa, al conocerse que el consejero delegado Pedro Larena abandonaría el banco. Le sustituirá Ignacio Sánchez-Asiaín.
En este contexto, Del Valle -representa oficialmente a varias familias mexicanas con el 4,2% del capital, aunque fuentes cercanas a la entidad aseguran que casi el 10% del accionariado es azteca- es uno de los principales interesados en reflotar Popular. Acumula pérdidas cercanas al 90% desde que él y otros grandes patrimonios de su entorno acometieron una inversión valorada en 450 millones de euros a finales de 2013. A ello se suma el dinero invertido en las ampliaciones de capital. El propio Del Valle controla a título personal el 1,2% del grupo.
Demanda contra Del Valle
Por otro lado, Del Valle podría ser el blanco de una demanda civil contra el consejo de Popular -Del Valle fue consejero hasta que en septiembre le sustituyó su primo Jaime Ruiz Sacristán- que prepara un grupo de inversores, entre los que figuran algunos mexicanos, donde se le acusa de manipulación del mercado por presuntas filtraciones con el objetivo de tirar el valor de la acción y, adoptando posiciones bajistas, recuperar parte de su inversión en el banco.
Para cursar esta demanda, Jorge Gastélum, un abogado mexicano especializado en casos de conflictos entre socios y administración fraudulenta, representa a mexicanos con el 4% del capital, según publica El País. La CNMV tiene en curso una investigación sobre posiciones cortas en Popular.
Actualmente, el 10,7% del capital de Popular está en manos de inversores que apuestan por la caída del valor en bolsa. Las posiciones bajistas consisten, grosso modo, en que un inversor pide prestadas acciones de una compañía para venderlas, confiado en que el valor de las mismas va a caer y podrá recomprarlas a un precio inferior antes de devolvérselas a su propietario.
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