En Podemos siguen considerándose como alternativa real en el espacio de izquierdas, preferentemente para las europeas. Las elecciones del País Vasco suponen un golpe importante para los morados, que se suma a la no entrada, nuevamente, en Galicia, donde llegaron a ser partido de oposición con En Marea. En el escenario vasco, asociado con Alianza Verde, los morados han visto como, tras no acordarse un pacto de coalición para concurrir a los comicios con Sumar e IU, así como otras fuerzas menores, se ha desintegrado el espacio edificado durante dos legislaturas. En gran parte, en beneficio de EH Bildu, para aupar al soberanismo abertzale a máximos históricos. Por otro lado, para reforzar al PSE-EE y para permitir a Sumar arañar un escaño por Álava.

A raíz de ello, el pesimismo ahonda entre las filas de Ione Belarra, que ven más mermado su representación autonómica: sólo cuenta ya con 28 diputados autonómicos en toda la geografía nacional. Tras las catalanas del 12 de mayo, serán 20, dado que los morados no se presentan. Internamente, se considera que el domingo era el momento de entrar, dado que se ha hecho un "buen trabajo" y se contaba, a diferencia de otros enclaves, con "implantación territorial". Se insta a seguir trabajando para dar un vuelco. Con todo, ya están focalizados al que será el mayor reto de la formación este año: contar con representación en las europeas. En contraste, para esta convocatoria se parte con optimismo. Y se confía en la capacidad de mantenerse al menos con un escaño, el de Irene Montero. Es algo que ya vienen sosteniendo con anterioridad. Aunque la situación no es la más ventajosa, sin una estructura sólida a lo largo del país. De hecho, recientemente han pedido un SOS para captar voluntarios con los que promocionar electoralmente el partido.

"La candidata es la que es", advierten fuentes del partido, aludiendo al renombre y al reconocimiento público de la exministra de Igualdad del anterior Gobierno de coalición. Las apuestas de sus principales rivales de espacio son, ya confirmada, la socialista Teresa Ribera, y la presidenta de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR), Estrella Galán, por Sumar. Asimismo, se reivindica que Podemos parte como la única fuerza puramente de izquierdas que participará, algo que se agita como elemento diferenciador para intentar calar en el electorado decepcionado en estos meses.

Podemos reivindica que los candidatos de su lista irán al grupo de La Izquierda, y no a Los Verdes, caso de Galán, Asens y el designado por Compromís

Se identifica al PSOE como partido más proclive a ponerse de acuerdo con el PP eventualmente antes que con sus socios naturales, mientras que de Sumar, se le reprocha estar más orientado a una propuesta mayoritariamente verde. Los morados estiman que "los tres primeros de su lista van a ir" al Grupo de Los Verdes-Alianza Libre Europea. Es el caso de Jaume Asens, de los comunes, que será 'dos', y del candidato que ocupe por Compromís la tercera plaza. Las opciones, aún a debatir, son el ex conseller Vicent Marzà o el exeurodiputado Jordi Sebastià. IU, que ostentará la cuarta plaza, sin dudas, irá a La Izquierda, el grupo que comparte con Podemos actualmente.

En Podemos, por un lado, se entiende que el clima, en lo que respecta al contexto internacional y el posicionamiento de PSOE y Sumar, es el más oportuno a escaso mes y medio de la contienda electoral. Una de las lecturas que se hace es que el perfil bajo de Sumar, más desde el Gobierno que desde el Grupo Parlamentario Plurinacional, en cuestiones como el rol de España en la OTAN o en lo referente a Palestina, donde el presidente Pedro Sánchez está capitalizando la postura común, puede influir en un viaje de retorno hacia el nicho morado tras la apuesta de generales [y puede que regionales en Galicia, Euskadi y a los comunes en Cataluña próximamente]. Aunque sólo sea para esta convocatoria, dado que no importa tanto el liderazgo, sino contribuir a incrementar el peso de las familias europeas, desde las que se desarrollará la acción legislativa.

El foco de Podemos en Gaza e Israel es constante, en redes sociales o en cada declaración o rueda de prensa. También la denuncia a EE.UU y el colaboracionismo, dicen los morados, de Occidente con Netanyahu, o al gasto de Defensa del que la OTAN requiere un incremento al 2% del PIB en el caso nacional. Sobre ello, se refirió este miércoles, en la última sesión parlamentaria el diputado y portavoz morado, Javier Sánchez Serna. "La semana pasada, el Consejo de Ministros aprobó 1.030 millones de gasto extraordinario en material de guerra. El Gobierno de Sánchez no quería que se debatiera y votara en el Congreso. Pero Podemos no va a callarse ante esta escalada bélica", escribió en X aportando parte de su intervención frente a la ministra Margarita Robles.

Yolanda Díaz no comparte el incremento en gasto militar, pero Podemos cree que no es lo bastante contundente dentro del Ejecutivo

En esa reunión de ministros, Sumar dejó patente su rechazo a esta cuestión, pese a todo. Se producían incoherencias dentro del seno, no obstante, como que mientras los magentas se negaban la ministra de Sanidad, de Más Madrid, Mónica García, reconocía que en comparación con otros países, el presupuesto de defensa en España "es bajo". No sin ello, matizar que hay que priorizar el "escudo social". La posición del Grupo parlamentario fue la primera en publicitarse a cargo de su portavoz, Íñigo Errejón: "Le dijimos que para frenar las guerras lo mejor no es participar escaladas militaristas, que siempre acaban mal". "Vamos a ser firmes siempre fuera y dentro", lanzó el pasado jueves. Este miércoles, en el pleno, marcaba perfil la propia Yolanda Díaz, metiéndose de lleno: "No compartimos el incremento en gasto militar y así está suscitado en el acuerdo de gobierno". Pero lo que Podemos denuncia es que no haya más presión al PSOE en este sentido.

Electoralmente se considera que "puede haber votantes de lo que ha sido el espacio amplio de la izquierda que se lo planteen", señala una fuente morada respecto a un posible trasvase de sufragio. Ésta contempla que todo queda "abierto" para junio, por el desgaste que trae la marca Sumar. Esto se ve como un marco de oportunidad para rearmarse, después de la salida de Podemos de la coalición de izquierdas, que costó consolidar con su presencia, hacia el Grupo Mixto, y tras bajas importantes como la de Lilith Verstrynge, que ha hecho que pasen de cinco a cuatro diputados, y los magentas se lleven uno por el paso de la lista catalana de las generales.

Ahora bien, las transferencias, frente a un retroceso de Sumar, pueden no ir orientadas a Podemos, sino al PSOE como voto útil. El último sondeo nacional del CIS, en este mes de abril, advirtió que aunque la sensibilidad del votante magenta es más cercana a Podemos, hay preferencia por los socialistas para dotar de efectividad el sufragio.

Sumar, inmerso en un caos interno

El momento no es el más idóneo para Sumar, aunque, pese a todo, fuentes del partido hacen un llamamiento a la calma. La última estocada la ha propiciado IU, que ya venía mostrando malestar por decisiones como la estructuración encasillada en los territorios. Especialmente en aquellos, como Andalucía, en los que domina. Se solucionó en la primera asamblea que oficializó a la marca como partido político, y también se resolvieron los problemas con Más Madrid, a quien se aseguró su única presencia en el territorio como a los comunes. Pero las listas europeas, precisamente, han agitado a madrileños, quienes se asentarán en el quinto puesto, de riesgo para la representación, y a IU, que se ubicará en el cuarto.

IU y los comunes han aplazado la integración en la Ejecutiva de Sumar hasta después de las europeas y las catalanas

El malestar es de tal calibre que el partido que aspira a liderar a partir de mayo Sira Rego, actual ministra de Juventud e Infancia, ha dejado hasta después de ese proceso, que se hará vía congreso federal, la integración prevista en Sumar. Lo hace después de amagar con no presentarse junto a los magentas a las europeas, algo ya cerrado. Este sábado, el Grupo de Coordinación elegirá a una parte de su Ejecutiva, y tampoco contarán con los comunes, que se reservan hasta después de las catalanas. Son 37 puestos los que los socios deberán ocupar. Para Sumar, no obstante, lejos de plazos, lo importante, resaltan fuentes del partido, es que se ha logrado el objetivo político: "ir a las elecciones juntos y seguir cooperando". Ven bien que cada actor del espacio se tome su tiempo.

La conclusión es que, con eventos como un congreso por delante, los partidos suelen tensar para defender intereses propios. "Pasó con Compromís", dicen. Pero creen que, una vez superadas las europeas y cerrado el relevo en IU, todo volverá a la calma. Detallan que, lejos de rupturas, "en Euskadi la campaña ha venido bien" para reforzar la "integración". Se ha demostrado la importancia de estar juntos, sostienen.