Salvador Illa ha recibido este martes en el Palau de la Generalitat a su primer inquilino en democracia: Jordi Pujol. Un encuentro que se enmarca en la ronda de contactos iniciada por el president de la Generalitat con sus antecesores, que inició la semana pasada con el socialista José Montilla. Illa se reunirá también, esta semana, con Artur Mas. No está claro, sin embargo, si la ronda de contactos incluirá al fugado Carles Puigdemont. Tampoco hay fecha para los encuentros con Quim Torra y Pere Aragonès, aducen desde Palau.

"Esta semana se reunirá con Pujol y Mas y en próximas semanas se darán a conocer futuros encuentros en el marco de la ronda con expresidentes" ha apuntado la consejera y portavoz del Govern, Sílvia Paneque este martes. Imposible salir de este marco. Fuentes de Junts han aclarado que todavía no se ha producido ninguna invitación formal al president que convocó el referéndum ilegal del 1-O y declaró la independencia de Cataluña.

Paneque defendía este martes la ronda de contactos como un símbolo de "continuidad y respeto a la propia institución y por tanto a los ex presidentes, más allá de las diferentes composiciones" de sus gobiernos. También en el caso de Pujol, pese a las causas abiertas por la justicia para investigar el origen de la fortuna de la familia Pujol-Ferrusola. La portavoz ha defendido el "bien superior de preservar la institución" para defender ese encuentro, que completará de hecho el proceso de restitución del ex president impulsado desde hace un año por el entorno ex convergente.

Han pasado diez años desde que Jordi Pujol confesó haber mantenido una fortuna oculta durante décadas en Andorra. Pero el ex president y su familia mantienen intacta la presunción de inocencia porque la Audiencia Nacional no ha señalado fecha para el juicio oral, pese a que el caso se terminó de instruir en 2020.

Encuentro en Bruselas

Dan por hecho, en todo caso, que de producirse el encuentro debería tener lugar en Bruselas, donde reside Puigdemont, quizá en el marco de alguna visita de Illa a las instituciones comunitarias. Tras su fugaz paso por Barcelona y posterior huida, de nuevo, a Bélgica, Puigdemont ha dejado claro que "no se dejará" detener por orden de la justicia española. Lo que hace inviable un encuentro con Illa en Palau, por lo menos mientras el Tribunal Supremo siga negándole la aplicación de la Ley de amnistía.

Desde el Govern se niegan a comentar el caso concreto de Puigdemont. Tampoco dan detalles de futuros encuentros con Torra, que también ha sido muy crítico con la figura de Salvador Illa.

En términos similares defienden desde el Govern la visita que Salvador Illa realizará este miércoles a la Zarzuela. Illa será así el primer president en acudir a audiencia con Felipe VI en nueve años. Un trámite que no cumplieron Puigdemont, Torra o Aragonès, que ha llevado al independentismo a criticar que se "doblegue" ante el Rey.

Visita a la Zarzuela

El Govern "quiere lo mejor para los catalanes" ha argumentado Paneque. Y "cuando alguien quiere avanzar nos parece que el camino óptimo es mantener buenas relaciones con todas las instituciones". Una práctica que, tal y como ha recordado la portavoz, no se limita al ámbito político. "Cualquiera que se dedique a la empresa sabe que la mejor manera de avanzar es mantener buenas relaciones institucionales, esto no significa doblegarse" ha advertido, sin entrar a cuestionar los plantones de los anteriores presidentes catalanes a Felipe VI.

Tras el referéndum del 1-O el Rey pronunció un discurso excepcional en el que recriminaba al gobierno catalán la vulneración del marco constitucional y estatutario. Un discurso con el que Felipe VI "dio el pistoletazo de salida al a por ellos judicial" contra el independentismo, se lamentaba este martes el secretario general de Junts, Jordi Turull.

Con este argumento, Quim Torra declaró la ruptura de relaciones de la Generalitat con el Jefe del Estado y evitó cualquier encuentro con Felipe VI en el que el monarca fuera el anfitrión. Una práctica que mantuvo el republicano Pere Aragonès, con desplantes a Felipe VI en actos como la inauguración del Mobile World Congres, donde año tras año evitaban formar parte de la línea de saludos oficiales, pese a que después compartían mesa.