Buen tiempo en Semana Santa en casi toda España, al menos hasta el viernes. Así se podría resumir el pronóstico meteorológico de estos días. Y eso ya es noticia. Porque existe una percepción generalizada de que esta celebración está condenada a verse pasada por agua. La ciencia dice que no llueve siempre, pero que puede llover en cualquier momento. Esto también es cierto.
La lluvia, de hecho, podría hacer acto de presencia, sobre todo el sábado y domingo, en la Cornisa Cantábrica. En el resto, seguirán las altas presiones con probables chubascos dispersos en las sierras de la mitad norte peninsular y temperaturas que bajarán en el oeste, aunque estando por encima de los valores habituales para esta época del año.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) señala que entre el Sábado Santo y el Lunes de Pascua aumentará la incertidumbre sobre la evolución atmosférica. El escenario más probable apunta al "posible desplazamiento hacia el este" de un frente atlántico que dejará lluvias en el norte peninsular y de forma débil, en otras zonas de la mitad norte de España.
El pronóstico más complejo del año
Desde la AEMET reconocen que los profesionales de la meteorología "están sometidos a gran presión" en Semana Santa. El gran problema es que la primavera es una época de transición en que la atmósfera está sujeta a más perturbaciones bruscas.
Rubén del Campo, portavoz adjunto de la agencia, recuerda que la primavera suele presentar "gran variabilidad meteorológica", aunque ha reconocido que "es probable que, en general, las temperaturas sigan subiendo de forma que se alcancen valores algo más altos que los normales para estas fechas", según recoge Europa Press.
"Puede haber alguna precipitación, pero no parece que vengan grandes temporales de lluvia y no habrá ni grandes calores ni fríos, sino valores templados y temperaturas agradables", ha concluido.
Hay una leyenda que afirma que es la influencia de la luna llena la que hace que se altere el tiempo. Es cierto el poder gravitatorio del satélite sobre las mareas, pero no sobre la atmósfera. Sí es cierto que, necesariamente, hay una luna llena en Semana Santa: el Domingo de Resurrección se calcula conforme al primer plenilunio tras el equinoccio, el momento en que entra la primavera.
Lo que sí influye es la llamada corriente en chorro. Es un flujo de aire a unos 10 km de altitud. En primavera asciende al latitudes al norte y en su ascenso se acentúan sus meandros, de manera que nos inyectan a veces aire polar y otras veces aire sahariano.
Los cambios son bruscos. Se pueden formar, de manera rápida, pequeñas borrascas (zonas donde el aire pesa poco y asciende, enfriándose y generando nubes).
La estadística dice que en Semana Santa no siempre llueve, pero dice también que puede llover en cualquier momento. Suerte.
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