"La fase intensa de la lucha contra Hamás está a punto de acabar". Así lo considera el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, en mitad de la creciente tensión en la frontera con el Líbano y los intentos de Estados Unidos de alcanzar un alto el fuego que durante más de un mes ha resultado esquivo y cada vez se antoja más remoto.

En una entrevista a Canal 14, la primera que concede a un medio israelí desde los ataques de Hamás del 7 de octubre, Netanyahu reconoció que la operación terrestre en Rafah, que se inició el pasado mayo a pesar del rechazo de Washington, concluirá pronto aunque insistió en que no significa que el conflicto llegue a su fin. Nueve meses de guerra han dejado más de 37.500 palestinos muertos en una Franja de Gaza totalmente devastada. Fuentes israelíes aseguran que el 75% de Rafah está ya en manos de las fuerzas de seguridad israelíes.

Netanyahu, que trata de sortear las presiones de las familias de los rehenes y de los ministros más ultraderechistas de su Gobierno, aseguró que las fuerzas de seguridad israelíes “seguirán cortando el césped”, un término empleado para reivindicar el uso de la fuerza para evitar el resurgimiento de organizaciones como Hamás. Horas antes de la entrevista, el premier cargó contra la administración Biden por ralentizar el envío de armamento a Israel. "Hace unos cuatro meses hubo una caída dramática en el suministro de armamento que llegaba de Estados Unidos a Israel. Durante muchas semanas hicimos un llamamiento a nuestros amigos estadounidenses para que aceleraran los envíos", manifestó.

Durante la entrevista televisiva, Netanyahu se mostró dispuesto a alcanzar un acuerdo parcial con Hamás en virtud del que se liberarían parte de los rehenes que permanecen en Gaza pero con la condición de reanudar los combates. No existe información cierta sobre el número de rehenes aún con vida pero fuentes estadounidenses estiman que podrían ser alrededor de 50 de los más de 120 que permanecen cautivos.  En un breve comunicado tras la entrevista, la oficina de Netanyahu indicó que era Hamás quien se oponía a un acuerdo, no Israel, y agregó: "El primer ministro Netanyahu ha dejado claro que no abandonaremos Gaza hasta que vuelvan a casa a nuestros 120 rehenes, vivos y muertos".

Visita de Gallant a Washington

Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha iniciado una visita oficial a Washington para abordar lo que ha señalado como “la transición a la 'Fase C' en Gaza”. El pasado octubre esbozó un plan que consistía en tres fases, un periodo inicial de intensos ataques aéreos contra objetivos e infraestructuras de Hamás; una fase intermedio de operaciones terrestres destinadas a "eliminar los focos de resistencia"; y una tercera destinada a crear "una nueva realidad de seguridad para los ciudadanos de Israel" con el fin de desmantelar las capacidades militares y de gobierno de Hamás en Gaza.

Las declaraciones de Netanyahu -que sigue rechazando cualquier acuerdo que suponga la supervivencia de Hamás- contrastan con la propuesta de alto el fuego presentada por Biden, que consistía en una tregua en tres fases, la inicial de seis semanas, y la perspectiva de una tregua duradera. En un comunicado, Hamás ha denunciado que su postura de un acuerdo parcial y “reanudar la guerra después, es una clara indicación de su rechazo a la reciente resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y a las propuestas del presidente estadounidense Joe Biden, contrariamente a lo que la administración estadounidense ha intentado promover como un supuesto acuerdo del Estado ocupante”.

Hamás acusa a Netanyahu de rechazar la propuesta de Biden

El movimiento islamista palestino insiste en “un alto el fuego permanente y una retirada completa de la Franja de Gaza” de las tropas israelíes. “Pedimos a la comunidad internacional y a los países influyentes que trabajen con diligencia para obligar al gobierno de ocupación a poner fin a su guerra contra nuestro pueblo palestino. También exigimos que la administración estadounidense tome una decisión clara de poner fin a su apoyo al genocidio total que se está infligiendo a nuestro pueblo en la Franja de Gaza y levante su cobertura del Estado de ocupación y sus crímenes, que hacen de Washington un socio principal”, ha agregado.

En la entrevista, Netanyahu abordó fugazmente el plan posterior  a la guerra en Gaza. Volvió a rechazar el plan de Biden de entregar el control del territorio a la Autoridad Palestina, que gobierna Cisjordania, y se mostró partidario de una administración compartida por palestinos y países árabes. El ejército israelí tendría que mantener el control general de la seguridad del enclave, subrayó. Para llegar al "día después de Hamás", recalcó el premier, "primero hay que eliminar a Hamás", un objetivo que el portavoz del ejército calificó la semana pasada de poco realista.