La presidenta de la Junta de Andalucía y precandidata a la primarias que decidirán en mayo quién será el próximo secretario general del PSOE, Susana Díaz, esta marcando ya de hecho las grandes líneas políticas del partido.
Por ejemplo, en el conflicto con los estibadores. El Gobierno necesita del apoyo del PSOE para la aprobación mañana en el Congreso del decreto ley que, por imposición de Bruselas, pretende poner fin a un conflicto gremial enquistado. Los ministerios implicados (Fomento y Trabajo) han puesto sobre la mesa 225 millones para prejubilar a 1.350 trabajadores, que de media ganan 68.000 euros al año y que se jubilan a los 55 años. Una oferta difícil de mejorar, pero que no cuenta con el apoyo del sindicato de estibadores, que pretende mantener los puestos de trabajo hereditarios.
El Gobierno ha entablado en las últimas semanas contactos con sus interlocutores habituales en el PSOE y estos le habían hecho llegar su comprensión ante una decisión sobre la que la Comisión Europea no admite más dilaciones (ya ha sido impuesta a España una multa por no liberalizar ese sector). Sin embargo, la semana pasada la situación cambió. "Susana no quiere que el PSOE apoye el decreto si no hay un acuerdo previo con los sindicatos", transmitieron. La presidenta andaluza se mueve ya en clave electoral interna y no quiere dejar ni un resquicio a que su principal competidor, Pedro Sánchez, pueda acusarla de "pastelear" con el PP.
Por tanto, el Gobierno va a tener muy complicado sacar adelante el decreto si, en las próximas horas, los sindicatos no dan su plácet a la oferta sobre las prejubilaciones, cosa poco probable porque los representantes de los trabajadores saben que tienen a la presidenta de Andalucía y posible líder del PSOE de su lado.
La presidenta andaluza ha dado instrucciones a la Gestora para que el PSOE rechace el decreto sobre los estibadores -si no hay acuerdo con los sindicatos- y los Presupuestos
Otro ejemplo, los Presupuestos. La sensación de frustración que ha creado la posición del PSOE sobre el decreto de la estiba se ha extendido también a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. El Gobierno da ya como seguro el apoyo a las cuentas del Reino por parte del PNV, pero necesita un voto más para rechazar las enmiendas a la totalidad. Rajoy contaba con que el PSOE cediera al menos un escaño para dar luz verde al presupuesto, toda vez que los socialistas ya han dado su visto bueno al techo de gasto. Sin embargo, el mensaje transmitido por los interlocutores habituales ha sido igualmente descorazonador: "Susana ha dado instrucciones para que el PSOE rechace los Presupuestos, porque ésa sería la baza de Sánchez para demostrar a los militantes socialistas que el partido se ha puesto de rodillas frente al PP".
El pesimismo se extiende en el Ejecutivo porque la defenestración de Sánchez sólo ha tenido como fruto la investidura de Rajoy. Una cosa sí que ha conseguido el ex secretario general socialista y es condicionar la agenda política de Susana Díaz, que, a su vez, pilota a la Gestora desde Sevilla.
Las fuentes consultadas en el Gobierno están convencidas de que "si Sánchez no se hubiera presentado a las primarias, Susana Díaz sería más flexible en los asuntos que afectan a la credibilidad de España, como es el caso de los Presupuestos".
El objetivo de Susana Díaz, en clave electoral interna: no quiere dejar ni un solo resquicio para que Pedro Sánchez pueda acusarla de "pastelear" con el PP
También opinan que si la presidenta andaluza gana las primarias la situación tenderá a relajarse, pero, en el caso de los Presupuestos, el calendario juega contra el Gobierno, que tendrá que presentar las cuentas en el Congreso en el plazo de tres o cuatro semanas, lo que obligará a votar las enmiendas a la totalidad en mayo. Es decir, en plena batalla por el liderazgo socialista. El no del PSOE al presupuesto será vendido por los partidarios de Díaz como una prueba de que, si gana, el partido no le dará un respiro ni al Gobierno, ni al PP.
Lo que demuestra este cambio de actitud del PSOE, el "endurecimiento frente a la derecha", es que Sánchez tiene razón en una cosa: la Gestora está trabajando por y para Díaz.
La falta de neutralidad del órgano que gobierna el PSOE desde el dramático Comité Federal del pasado 1 de octubre será un activo de Sánchez para lograr el apoyo de las bases. La presidenta de Andalucía, por su parte, tampoco se preocupa en exceso de disimular su tutelaje sobre la Gestora. El día elegido para anunciar su candidatura a las primarias -26 de marzo- coincide con la fecha en la que la Gestora hará público su programa de cara al Congreso socialista del mes de junio. Dicho documento será asumido como propio por Díaz, lo que no es extraño teniendo en cuenta que uno de sus cerebros -José Carlos Díez- viene asesorando a la Junta de Andalucía y a la mismísima presidenta desde hace meses.
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