"También ha venido Patxi López". Alfredo Pérez Rubalcaba respondía así el miércoles a las preguntas de los periodistas sobre su coincidencia con Susana Díaz en la presentación de un libro sobre Guillermo Fernández Vara en Madrid. Tras las reticencias de Felipe González a mostrar su apoyo explícito a la presidenta andaluza como nueva líder del PSOE, Díaz buscaba una foto con Rubalcaba. Esquivo, el ex secretario general apuntó a López, uno de sus incondicionales.
¿Qué papel desempeña el ex lehendakari y ex presidente del Congreso en la guerra interna del PSOE? En principio está ahí, sin molestar, sin enfrentarse a nadie y con un camino propio. Incluso hizo su presentación a comienzos de mes con un artículo en El País sobre el nuevo modelo de partido que debe construir el PSOE. Pocos confían en que tenga posibilidades frente a la arrolladora Susana Díaz, pero su tercera vía se mantiene ahí, por si acaso.
Sectores del partido buscan una tercera vía frente al choque de Díaz y Sánchez
Hay sectores del PSOE que entienden que unas primarias cruentas entre Susana Díaz y Pedro Sánchez terminarían de despedazar el PSOE. En ese caso, una opción intermedia y que no va contra nadie, como la de López, podría contemplarse como una vía de consenso. Algunos dirigentes sitúan en esta estrategia a Rubalcaba, que retiraría así de la dirección del partido a las dos personas que frustraron sus planes sucesorios con Eduardo Madina.
Leal a Sánchez y a la Gestora
López fue leal al secretario general en todo momento y defendió el 'no a Rajoy' hasta el final, asegurando que unas terceras elecciones serían un escenario mejor. Pero no se saltó el mandato del Comité Federal y aceptó la abstención, por lo que no se ha enfrentado a la nueva dirección del partido. Ni siquiera ha destacado en las tumultuosas reuniones de grupo que muestran la división socialista y la falta de autoridad moral de la Gestora.
Mientras Pedro Sánchez inicia su gira para recabar apoyos y Susana Díaz actúa como secretaria general de facto, dirigiendo la revisión de relaciones con el PSC, López practica una estrategia híbrida, mucho más discreta, que ayer lo llevó a Barcelona. Allí participó en un acto de homenaje a Ernest Lluch, asesinado por ETA hace 16 años, celebrado en Vilassar de Mar, junto al primer secretario del PSC, Miquel Iceta.
La Gestora le reconoce la inteligencia política del acuerdo entre el PNV y el PSE
En ese foro, López ha opinado del modelo territorial del PSOE, como hizo el viernes también junto a Iceta Susana Díaz, pero sin tantas alharacas ni cámaras como las que acompañan a la presidenta andaluza. El dirigente vasco ha apostado por "construir un país que reconozca sus diferentes identidades" a partir de un "proyecto colectivo".
Esa misma discreción ha sido fundamental para alcanzar el acuerdo entre el Partido Socialista de Euskadi (PSE) y el Partido Nacionalista Vasco para gobernar juntos en la comunidad. A pesar de sus quejas iniciales por falta de protagonismo, la Gestora destaca la inteligencia política del pacto: el PSOE deja de ser irrelevante en la comunidad -donde perdió casi la mitad de sus escaños para quedarse en nueve diputados- y puede empezar a influir en la política nacional.
Un "perdedor" frente a la ganadora Díaz
Los detractores de un eventual paso al frente de López recuerdan que perdió el Gobierno vasco y que Susana Díaz sí representa a un PSOE ganador. No obstante, la audacia de la baronesa, que ya no disimula su objetivo ni sus formas, también genera desconfianza y malestar. Algunos barones empiezan a censurar que se haya auto erigido en voz del partido y que pretenda ser elegida por aclamación, sin sufrir el más mínimo desgaste.
Otros dirigentes, por el contrario, creen que es imposible que ningún candidato distinto a Sánchez ose plantarle cara a la federación andaluza, la más numerosa, que representa casi el 25% de los delegados del congreso federal. En el último, celebrado en julio de 2014 y que eligió a Sánchez como secretario general gracias, precisamente, al apoyo del PSOE-A, Díaz llevó a 241 delegados de los 1.019 que votaron. Le seguía en número de delegados el PSC, con 106 que ahora están en el aire por la revisión de las relaciones entre los dos partidos; la valenciana, con 90; la madrileña, con 83 o la de Castilla-La Mancha con 61.
La federación andaluza se rompe entre leales a Díaz y 'sanchistas'
En este caso, la diferencia puede venir de la ruptura de la federación andaluza. Mientras que en 2014 fue como un bloque unido, los sanchistas han logrado crear plataformas de apoyo al ex secretario general en provincias como Sevilla, Cádiz, Huelva y Granada que podrían romper esa unidad de criterio en torno a Susana Díaz. Esa misma estrategia se sigue en otras comunidades como Valencia, donde ha reaparacido Sánchez.
De fragmentarse su federación y aparecer López como una amenaza, Díaz podría intentar un acuerdo con él para unir candidaturas y establecer un eje vasco-andaluz atractivo hasta para los militantes sanchistas. Rubalcaba situaría así a su hombre de confianza en primera línea y controlando la acción de la nueva lideresa.
Un rostro femenino podría surgir como candidato alternativo
Otra opción que nadie descarta es que surja un candidato inesperado, como lo hizo Josep Borrel frente a Joaquín Almunia en 1998; o como José Luis Rodríguez Zapatero frente a José Bono en 2000. En este sentido, muchos apuntan a un rostro femenino que podría emerger más adelante para no quemarse aún. Aparezca o no, Patxi López sigue ahí, por si acaso.
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