Pablo Iglesias prolongará su hiperliderazgo en Podemos tres años más. El secretario general no contempla ningún rival en el congreso del partido, Vistalegre II, después de que su secretario político, Íñigo Errejón, y el referente de Anticapitalistas, Miguel Urbán, le hayan comunicado que no presentarán candidatura a la Secretaría General.
Esa falta de competencia le resta emoción al congreso, que coincidirá con el del PP en febrero, y consolida la dirección personalista mantenida en sus casi tres años de vida. Vistalegre se convertirá así en un debate sobre el hiperliderazgo de Pablo Iglesias frente a nuevas corrientes y nuevos referentes que piden paso en el partido. Errejonistas y anticapitalistas piden aperturismo, descentralización, más democracia interna y una dirección coral. En este sentido plantearán sus propuestas.
"Somos el primer partido de la oposición", recuerdan fuentes críticas, para tratar de redirigir los debates del partido
Otra de las cuestiones fundamentales es que Podemos deje de hablar de sí mismo para empezar a debatir sobre sus posiciones políticas. "Somos el primer partido de la oposición", recuerdan fuentes críticas, que consideran que ya es hora de establecer cuáles serán las líneas del partido frente al Gobierno; cómo se relacionará con el PSOE y la fórmula para combinar el activismo social con la representación ciudadana.
De momento, las peleas sobre las fórmulas de votación eclipsan esos debates. La importancia de esas normas en el congreso deriva de que la elección de una u otra supondrá que la balanza se incline hacia una de las corrientes internas. Si, como espera Iglesias y apoyan los anticapitalistas, se vincula la votación de los documentos políticos con las candidaturas personales, Errejón no tendrá ningún margen de maniobra, ya que ha renunciado a plantar cara al secretario general.
"Íñigo gana tiempo. Él piensa que faltan tres años para las próximas elecciones generales, su objetivo, y que éste es un congreso de transición. No es su momento", aseguran fuentes del partido.
La sucesión de Iglesias
Iglesias, por su parte, también piensa en el futuro. Cansado de la vida parlamentaria, que le parece rutinaria y estéril, el secretario general busca restar poder interno a los errejonistas, que copan todo el aparato del partido, para abrir espacio a su nuevo núcleo de confianza y al sector más izquierdista del partido, los anticapitalistas, con los que quiere consolidar el giro a la izquierda de la organización.
Precisamente la posición política de Podemos es uno de sus grandes retos de cara al congreso del partido. Iglesias ha vuelto a sus orígenes al pretender consolidar la coalición electoral con IU como organización política. Por su parte, los errejonistas mantienen su idea de apostar por una transversalidad populista que les permita alcanzar una base social suficiente para alcanzar el Gobierno. Los anticapitalistas, en su caso, apuestan por constituir una nueva transversalidad, situada en las capas populares exlcuidas del sistema y que votan opciones outsiders, como ha ocurrido en Iglaterra con el Brexit y con la elección de Donald Trump en EEUU.
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