Susana Díaz quiere levantar el ánimo de sus huestes. Tras el empate técnico con Pedro Sánchez en avales, la presidenta andaluza anuncia una remontada que insufle moral en su candidadura en la recta final de la campaña electoral de las primarias socialistas.
"Quienes van a decidir son los militantes y ahora hay una mayoría de hombres y mujeres en este partido que se han comprometido con esta candidatura, con el proyecto colectivo que nosotros representamos. Y por lo que estoy percibiendo en todos los territorios vamos a más, y lo hacemos desde el respeto a los compañeros, desde el respeto al partido y con un proyecto de cambio, reformista, con un PSOE reconocible que necesitan los ciudadanos", ha explicado en los pasillos del Parlamento andaluz.
Mientras que su rival presenta este jueves los ejes de su programa y anuncia un nuevo lema -"Aquí está la izquierda"-, Susana Díaz entiende que la debacle del partido socialista francés juega a su favor. "Nos demuestra que estamos en el camino correcto: los ciudadanos quieren un PSOE útil, reconocible, reformista, de cambio, que sea capaz de volver a hacerse cargo de España para que la gente viva mejor", ha afirmado.
Significativo en su discurso ha sido la reducción de su nivel de personalismo. Tras las críticas recibidas de Pedro Sánchez por insistir en la primera persona del singular, en vez de la del plural, Díaz evita pronunciar su característico 'yo' y se esfuerza en hablar de un proyecto colectivo. De esta manera, su equipo insiste en que los 6.000 avales de ventaja que le ha sacado a su principal adversario garantiza su victoria sin problemas. "6.000 votos son muy difíciles de recortar", aseguran.
"Embrutecer la política"
Por otro lado, Díaz ha respondido al senador de Compromís Carles Mulet que rompió una foto de ella en la tribuna y luego la insultó en las redes sociales. "Cuando uno recurre al insulto, la política del rencor y el odio, cuando la izquierda se vuelve tan inútil a los intereses de los ciudadanos acaban embruteciendo la política utilizando el lenguaje de la sinrazón", ha afirmado.
Por su parte, el senador ha denunciado que, tras su gesto el martes, recibe insultos de la bancada socialista en el Senado: "Estas escenificaciones se las hago al PP y no me insultan tanto como el PSOE. Hay senadores del PSOE que me han llamado payaso, mamarracho y asqueroso. Zombi me lo dicen mucho", ha asegurado el senador, que sitúa el origen de lo que ocurrió este martes en el pleno anterior, quince días atrás: el debate se tensionó a propósito de una moción socialista sobre el Corredor Mediterráneo que Unidos Podemos y Compromís no apoyaron por diferencias sobre el trazado de la obra (también ERC se oponía).
Los socialistas retiraron la moción visto el desacuerdo y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, medió en la polémica y calificó de "izquierda inútil" a Compromís y Podemos, a los que acusó de haber boicoteado la iniciativa.
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