Política

Las claves del estallido de Vox: del 'cinturón rojo' de Madrid al muro de Ceuta

Los dirigentes de Vox celebrando los resultados electorales en su sede de Madrid.

En Fuenlabrada, joya de la corona socialista en el 'cinturón rojo' de la Comunidad de Madrid, Vox ha sido la segunda fuerza más votada con un 20% de apoyo en las urnas, un resultado que mejora en casi un 25% el desempeño del partido a nivel nacional. Un terremoto político desconocido hasta la fecha. En Alcorcón, el partido de Santiago Abascal ha logrado el 16,3%; en Getafe, el 16,6%; en Leganés, el 15,5%; en Móstoles, el 18,7%.

Los municipios más populosos de la Comunidad, las grandes urbes que nutren de trabajadores al gigante de la capital, los paraísos obreros tradicionales del PSOE, ahora impulsan a la derecha más conservadora. Sus habitantes confían más en Santiago Abascal que en Pablo Iglesias. El dato más sorprendente de la jornada: Vox obtiene prácticamente el mismo resultado en Fuenlabrada (20%) que en el Barrio de Salamanca (20,2%).

El voxpasso se consuma más al sur todavía, con Vox como primera fuerza y alrededor del 30%: Valdemoro, Navalcarnero, Batres, Casarrubuelos, Chinchón...

Buscando ese efecto transversal, el partido había diseñado una campaña obrerista. En Sevilla, por ejemplo, programó sus tres actos principales en Pino Montano, La Macarena y Dos Hermanas, bastiones socialistas por definición. También le funcionó: este 10-N, con el escrutinio terminado, Andalucía es más de derechas que de izquierdas.

Vox se ha quedado a menos de 7.000 votos de superar al PP como segundo partido más votado en la Comunidad Autónoma en la que primero se decretó la "alerta antifascista" tras las elecciones autonómicas del 2 de diciembre de 2018. Entonces Vox logró sólo el 10,97% de los votos, que pasaron a ser el 13,37% el 28 de abril y hoy ya son el 20,39%. El bloque de la derecha alcanza ya el 49,02% en Andalucía, 6,3 puntos por encima del resultado de PP, Vox y Ciudadanos a nivel nacional.

¿Por dónde crece Vox?

Atender al crecimiento de Vox es imposible sin detenerse en el descalabro de Ciudadanos. La formación de Albert Rivera se deja dos millones y medio de votos respecto al 28 de abril, que se reparten de manera desigual. Vox crece en 950.000 papeletas, mientras el PP capitaliza otras 644.000. Otro millón de votos se pierden, presumiblemente en la abstención y no en el PSOE, que también retrocede unos 800.000 votos respecto a la anterior cita electoral.

El hundimiento de Ciudadanos es especialmente demoledor en Cataluña, donde el partido que ganó las elecciones autonómicas posteriores al 1 de octubre de 2017 ahora es la octava fuerza política con sólo el 5,6% de los votos y por detrás de Vox, al que los disturbios de las últimas semanas impulsan claramente y doblan su resultado respecto al 28 de abril. El de Ciudadanos, de forma paralela, se contrae a la mitad.

No obstante, el crecimiento de Vox en Cataluña es anecdótico comparado con el que le impulsa verdaderamente. En la España rural, la formación de Santiago Abascal pasa de uno a seis diputados en Castilla y León, al tiempo que Ciudadanos pierde los ocho que tenía hasta el momento. El mensaje agrario del partido ultraconservador ha calado en circunscripciones en las que el bipartidismo mandaba históricamente, y donde sólo Albert Rivera había amagado con pelear por los restos del sistema d'Hondt, que ahora se queda Vox. Es el gran premio de ser tercera fuerza política.

La situación se reproduce a menor escala en Castilla-La Mancha, pero especialmente en Murcia, donde Vox arrasa y se proclama primera fuerza con el 28% de los votos y tres diputados. Triplica en votos a Podemos y supera el umbral del 30% en localidades como Cartagena o San Pedro del Pinatar.

En la vecina Almería, Vox se ha quedado a sólo ocho mil votos de superar al PSOE y ser también primera fuerza, aupada por sus principales feudos. En El Ejido crece más si cabe y ya acapara el 36% de los apoyos, umbral que supera en Vícar y al que se acerca en Roquetas, Adra y el resto de localidades del mar de invernaderos de la costa almeriense, habitualmente sacudidas por polémicas migratorias. En municipios como Balanegra consigue hasta el 43,26%.

Pero si de inmigración se trata, el ejemplo más paradigmático es el de la ciudad autónoma de Ceuta, donde Vox ha hecho campaña por la construcción de un muro que frene los saltos a la valla desde Marruecos. ¿La respuesta? Ceuta quiere muro: Vox vence las elecciones con un 36% del voto y le roba el escaño al PSOE, que arrasó hace seis meses.

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