Sin protagonistas anglosajones, con una historia de amor y desde la perspectiva de la mujer que se queda cuando el hombre se va a combatir: esta es la premisa de Hasta el fin del mundo, película dirigida y protagonizada por Viggo Mortensen, quien dirige por segunda vez tras Falling, de 2020.

"Extrañamente, al dirigir y actuar simultáneamente soy más eficaz, porque estoy más pendiente de todo: la luz, los detalles que están en el fotograma, la voz, el tono, la mirada, los gestos del otros... soy más autocrítico y consciente, sé el tiempo que hay para cada cosa... creo que los actores deberíamos actuar siempre así", relata Mortensen a El Independiente desde el hotel Urso de Madrid.

A diferencia de en Falling, en Hasta el fin del mundo inicialmente el actor pensaba limitarse a estar detrás de cámara, pero en el último momento se cayó del proyecto el actor pensado para el papel del inmigrante danés Holger Olsen; y el propio director asumió el personaje:

"Como yo había imaginado y creado tanto la historia como el personaje, no fue complicado pese al poco tiempo que tuve y modifiqué el papel para que fuese un hombre más mayor". Mortensen relata que le consultó a la protagonista, Vicky Krieps, si le parecía bien el cambio. Y pone en valor cómo la química entre ambos hizo que el cambio de última hora se pudiese resolver con éxito.

"Era importante que los dos personajes funcionasen a la perfección y que la relación entre ellos fuese creíble, con cierto drama y emoción. He tenido mucha suerte con ella, puede actuar en silencio y transmitir esa fuerza interior. También tiene esa belleza particular, parece de otra época y tiene esa presencia como de artista ante la cámara", dice Mortensen sobre Krieps, que interpreta a Vivienne Le Coudy, una mujer estoica e independiente que se enamora de Holger Olsen.

Vivienne y Holger empiezan entonces una nueva vida cerca del tranquilo pueblo de Elk Flats, Nevada. El estallido de la Guerra de Secesión —la película se ambienta en 1860— los separa cuando Olsen decide luchar por la unión y dejar a Vivienne a su suerte en un lugar controlado por el corrupto alcalde Rudolph Schiller (Danny Huston), su socio sin escrúpulos, el poderoso ranchero Alfred Jeffries (Garret Dillahunt) y su violento y caprichoso hijo Weston (Solly McLeod), que hará todo lo posible para hacer de la vida de Vivienne un infierno.

Vicky Krieps y Viggo Mortensen, en 'Hasta el fin del mundo' | Wanda Films

Mortensen cuenta que, en esta película en la que el perdón es tan importante, se ha inspirado en su propia madre para crear a Vivienne y, a través de ella, mostrar esa parte que casi siempre olvida el western prototípico: ¿Qué pasa con las mujeres y los niños cuando los hombres se van a la guerra?

Además, explica que le parecía importante que Vivienne no fuese "dueña de un gran rancho", pero tampoco "ladrona" ni "una loca que matase a todo el mundo", sino "una mujer ordinaria que destacase por la libertad de su pensamiento".

Para plasmarlo, Mortensen ha optado por una película sin grandes pretensiones en la fotografía, pero en la que cobran importancia otros elementos como los paisajes. "Quería darle al espectador lugares nuevos, donde no se había filmado nunca, y elegí Durango en vez de localizaciones más típicas, como Arizona, California, Almería o Nuevo México", apunta.

Viggo Mortensen: "Pese a la mentira y la desfachatez de los políticos, me mantengo optimista"

Viggo Mortensen

La película tiene al director de fotografía Marcel Zyskind (As in Heaven), los diseñadores de producción Carol Spier (Eastern Promises) y Jason Clarke (Black Mirror), la diseñadora de vestuario Anne Dixon (La canción de los nombres) y el montador Peder Pedersen.

Además, destaca que los planos secuencia y rodar escenas con muchos personajes ha sido lo más complicado de un proceso complejo desde que surge la idea hasta que consigue que las salas proyecten la película. Siguiendo la corriente de Martin Scorsese en Los asesinos de la luna, Mortensen elige un género clásico como marco de una historia nueva.

Sin embargo, deja claro que no definiría Hasta el fin del mundo como una película "feminista" y que su intención no era ofrecer un producto "político", "activista" ni "conceptual".

Viggo Mortensen, en 'Hasta el fin del mundo' | Wanda Films

Con todo, y a diferencia de muchos compañeros de sector, el cineasta opina siempre que tiene ocasión sobre cuestiones sociales o movimientos políticos, siendo especialmente crítico con Donald Trump y Vox. Llama "terrible" a la situación en Argentina desde la llegada de Javier Milei al poder y como algo que perjudica a la inmensa mayoría de los ciudadanos, pero recuerda que Argentina ha sabido reinventarse y sobreponerse ante muchas otras situaciones hostiles.

"Pese a la mentira y la desfachatez de los políticos en casi todos los países y de la decepción, me mantengo optimista y creo siempre que las cosas pueden cambiar, aunque para esto hay que ser consciente de los fallos y enfrentarse al problema. De los obstáculos sale el ingenio", reflexiona.