El día que se estrenaba Segundo Premio, la película de Isaki Lacuesta sobre la leyenda de Los Planetas, "los de verdad", Jota y Florent, estaban en Madrid en plena gira por el 30 aniversario de su primer álbum, Súper 8. "Mejor Los Planetas que los imitadores", avisó Jota, consciente del runrún que había generado el estreno del filme, justo antes de empezar aquel concierto cargado de nostalgia indie.

"Esta no es una película sobre Los Planetas", avisan unos rótulos al principio de la proyección, curándose en salud de cualquier similitud con la realidad. Y así ni el grupo granadino pierde su mística indie con una película oficial, ni el cineasta tiene que amoldarse a la imposible partitura de los hechos históricos ni a los delirios de los artistas.

Así es cómo ambos han prosperado por separado, Los Planetas por su parte han acrecentado su leyenda con una cinta que juega con la realidad y la imaginación, y la película se ha servido precisamente de estos orígenes míticos para experimentar libremente con la historia de una de las bandas más importantes de la música popular española.

El resultado, un filme realizado desde la admiración y el cariño, con su buena dosis de rigurosidad histórica, ambientación granadina de los 90 y una polifonía de voces que se permite soñar con la leyenda de un grupo al que, seguramente, ningún relato realista sería capaz de hacer justicia. Segundo premio trata de acercarse a lo que fueron unos Planetas en riesgo de disolución durante los momentos previos a grabar Una semana en el motor de un autobús, el álbum que los consolidó como la gran banda de referencia para el indie español.

'Segundo premio', una película que da para otra película

Para ello, este proyecto ha pasado por un proceso que seguramente daría para hacer otra película. Porque la idea que nació en 2018 del productor Cristóbal García y el guionista Fernando Navarro, granadinos los dos, y el viejo deseo de Jota de tener su propia ópera rock estilo Quadrophenia. Una película sobre Los Planetas, una idea tan abstracta como grandilocuente capaz de seducir a todos los interesados, pero la materialización en algo tangible era otra historia. Al principio se optó por Jonás Trueba para dirigirla. El plan del pequeño de los Trueba pasaba por contar la historia desde la perspectiva de May, la bajista que dejó la banda en 1996 para llevar una vida normal.

Pero ponerse de acuerdo con una banda tan acostumbrada a hacer las cosas a su manera, o directamente no hacerlas, debió secar las ideas de un Trueba que "perdió la pasión" y abandonó. En el verano de 2022, el proyecto pasó a las manos de Isaki Lacuesta, a petición del propio Jonás. Lacuesta aceptó el reto dándole una vuelta de tuerca más y apostando por una ficción cuya fantasía fuese capaz de ser más fiel a la verdad que la propia realidad. Los integrantes de la banda, al ver que su control sobre el contenido se diluía se desentendieron de la cinta. Paradójicamente, una vez Los Planetas perdieron la capacidad de decisión sobre cómo iba a ser su historia, la película pudo alzar el vuelo.

De ese primer borrador de Trueba, Lacuesta mantuvo la idea de filmar con músicos en lugar de actores y prescindir del playback. De hecho, todos los miembros de la banda son en realidad músicos profesionales de la escena granadina, salvo Dani Ibáñez ('el cantante'), que sí tenía lazos familiares en Granada y conocimientos musicales previos. De hecho, 'el batería', Mario Fernández (Mafo), ha tocado con Los Planetas.

Eso no significa que los auténticos desaparecieran, siguieron, a su manera, a disposición del equipo y también permitieron el uso de sus canciones. Simplemente dejaron de sentir la película como propia y volvieron a ocupar su papel de héroes míticos. Entre medias, lo personal irrumpía sin ninguna piedad para ahogar la emoción de un proyecto tan ilusionante. La hija de 9 años de Isaki, Luna, enfermó de leucemia al poco de empezar a filmar y obligó al director a trabajar a distancia, que terminó sacando la película adelante con la ayuda del que ha sido codirector, Pol Rodríguez.

Al poco de terminar el rodaje, Luna murió, marcando el trágico final de una película con una enorme carga emocional. Para siempre quedará el discurso y la canción que el padre dedicó a su hija tras recibir la Biznaga de Oro en Málaga por su Segundo Premio. A ella le dedicó las estrofas de Línea 1 en la ceremonia de clausura, con música de Antonio Vega y voz de Albert Pla.

La leyenda de Los Planetas, de Málaga a los Oscar

Después de aquel triunfo en Málaga, la película siguió con su recorrido por las salas, donde los fans y no tan fans del grupo han aplaudido el riesgo de una cinta que navega a medio camino entre el realismo mágico y el 'biopic', entre lo que se cuenta y lo que fue. Una película arriesgadamente atractiva sobre la capacidad creativa y destructiva de las relaciones de amor y amistad, sobre las adicciones y la música, sobre dos protagonistas contradictorios y aparentemente nada carismáticos que curiosamente consiguen fascinar y enganchar al espectador.

Sus verdaderos protagonistas han preferido mantenerse al margen, incluso jugar a "renegar" de ella, como hicieron el día de su estreno. Y hacen bien, porque qué pueden ser las estrellas del rock sino héroes misteriosos e inaccesibles, seres venidos de otros planetas cuya mística reside en su música y en la forma en la que esta nos hace sentir.

Ahora que el filme ha sido elegido para representar al cine español en los Oscar, uno se pregunta si cumplirá con los exigentes estándares de la Academia. Y ahí está lo arriesgado de su elección, Segundo premio no es precisamente lo que pueden esperar en Hollywood de una película española, sino una demostración de que nuestras leyendas también quedan bien en la gran pantalla.