Víctor Manuel (Mieres, 1947) sigue escribiendo canciones. Lo hace constantemente y si dejase de hacerlo quizás dejaría de cantar. Ahora presenta un nuevo disco, uno sinfónico que grabó en un concierto en Asturias en 2022 y con el que da el pistoletazo de salida a una gira que le llevará por los grandes escenarios del país. Tras ésta, pretende lanzar otro disco más y hacer otra gira porque va a aguantar, dice, hasta que el público deje de ir o a él le fallen las fuerzas.

Desde El Independiente lo entrevistamos y habla de cómo fue el concierto de hace 25 años que le ha traído hasta aquí. De cómo ha cambiado el sector, de la prensa, de la izquierda y la derecha. Hasta de Pedro Sánchez y su gran reflexión. Dice que ama y odia a España a partes iguales, que le encanta recorrer este país, pero que su "derecha es demasiado cerril". También que no podría vivir en otro lugar.

Pregunta.- Este disco tiene una buena historia detrás, una bonita.

Respuesta.- Este disco, o más bien un disco como este, lo hicimos hace 25 años, en 1999 con dos conciertos en Gijón con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Lo que pasó es que hace relativamente poco tiempo, unos tres años, íbamos con el ingeniero de sonido de entonces y por casualidad se lo puso a unos amigos. Estos dijeron que era estupendo, que teníamos que repetirlo y se fue armando la cosa con una grandísima facilidad: todo el mundo podía, incluido Joan Albert Amargós, el director de la orquesta, y nos pusimos. Hicimos algunos arreglos nuevos y en septiembre del 2022 dimos varios conciertos y grabamos uno. Ha estado guardado, porque he estado girando hasta ahora y porque armar una gira con orquestas grandes es muy complicado.

P.- Además quiere repetir ese concierto de 1999.

R.- Sí, lo vamos a hacer en el mismo sitio pero con temas nuevos, siete canciones que no estaban en el concierto de entonces. La primera parte es prácticamente como la que hicimos, pero en la segunda hemos hecho variaciones.

No tengo canciones favoritas, la verdad, pero sí muchísimas que me han llegado a gustar más porque son canciones útiles, que la gente se apoya en ellas. Canciones como El abuelo Vítor, que es una canción que a priori no creía que se pudiera grabar, por ser una historia tan personal, y ahí está 55 años después. O Sólo pienso en ti, que era útil en el 68 y sigue teniendo la misma utilidad. Me siguen dando las gracias continuamente familiares con gente con discapacidad por ella.

P.- Algunas han pasado de generación en generación, ¿cómo se consigue enganchar a abuelos, padres e hijos?

R.-En carreras largas como la mía tiene que ver con las canciones, son las que te llevan a los sitios. No tiene que ver con salir en la prensa o mostrarte en los medios. Eso no vale para nada sin un soporte.

Además, hay algo transversal en las generaciones. La gente se sigue enamorando igual ahora que hace 40 años, ahora quedarán por Tinder o por cualquier aplicación pero los sentimientos son muy comunes, sólo han cambiado las formas. Por eso muchas de ellas han quedado ahí, porque las han ido escuchando capas diferentes de la sociedad, algunos porque el disco era de sus padres y lo han encontrado por casa o porque les machacaron en el viaje a Santa Pola en el 600... Y otros porque te encuentran, de repente buscan en Google la de La puerta de Alcalá y ven otras cuarenta tuyas.

P.- Dice que un músico se tiene que jubilar cuando el público empieza a desaparecer, ¿y si no desaparece nunca?

R.- Uf... Supongo que por agotamiento físico. Aunque fíjate, yo vi a Charles Aznavour aquí en Madrid en uno de sus últimos conciertos, tenía 94 años y la vocecita un poco más pequeña pero sus canciones eran imbatibles. Y, claro, el público no le fallaba. Me contaron que al año siguiente tenía un concierto cerrado con Starlite pero que se rompió la cadera, luego ya murió, y que llamó a la organización diciéndoles que contasen con él para el año siguiente, que no le quitarán el sitio...

P.- Usted dice que canta mejor ahora que hace 30 años.

R.- Es verdad, es un oficio en el que estás aprendiendo toda la vida. También te digo, que nadie lo cuenta, los inears que utilizamos ahora no tienen nada que ver. Antes era cantar y como pelear contra una pared de hormigón porque las escuchas eran malas y ahora te escuchas tal y como suenas. Antes había mucha facilidad para romperse en un escenario por una escucha mala, ahora es más difícil. Siempre pongo como ejemplo esta última gira. Nunca me he escuchado tan bien.

P.- ¿Qué más ha mejorado en estos últimos 30 años?

R.- El sector ha cambiado radicalmente. La forma de escuchar música, de encontrarla y las actuaciones han cambiado muchísimo. Cuando te preguntan que cómo eran los conciertos hace cuarenta años... Pues es que no había, ibas a una gala que te contrataba uno y eran unas fiestas de pueblo. Cuántas veces habré cantado a las dos de la madrugada, sobre todo en Andalucía. Era mucho más árido todo... Acababas una actuación en Almería y te ibas a Barcelona con el coche, que por eso se han matado tantos. Las condiciones no tienen ahora nada que ver. Tampoco el tipo de música que se consume masivamente.

P.- Cambio al tema político. Dice usted que odia y ama a España a partes iguales

R.- Esa dicotomía la he tenido siempre, este es un país muy difícil pero no podría vivir en otro. La derecha es cerril, hay cosas que a uno le parecen obvias pero para ellos no lo son. Por ejemplo, no creo que si alguien muy de derechas tiene a su familia en fase terminal no sea partidario de la eutanasia, a no ser que tenga un sentimiento religioso fortísimo, uno quiere lo mejor para la gente cercana sea de la ideología que sea. Creo que el tiempo va pasando por encima de ellos...

Uno aspiraría a una derecha más francesa, de otra manera de comportarse. La izquierda tiene muchísimos defectos pero esa derecha que hace que todavía estemos discutiendo que haya que dejar a la gente en una cuneta o sacarla...

"Mi padre vivió toda su vida acojonado. Se quedó de cabeza de familia con 15 años, su padre fusilado, su tío fusilado..."

VÍCTOR MANUEL

Siempre cuento que mi padre vivió toda su vida acojonado. Se quedó de cabeza de familia con 15 años, su padre fusilado, su tío fusilado... Nunca me pasó ese acojone, nunca me dijo por qué habían fusilado al abuelo, que fue porque habían incautado unas estufas en la revolución del 34, cosas del pueblo, del a por ellos. Vivió siempre acojonado hasta su muerte porque cuando lo de él ya se había olvidado le ponían papeles en el coche por mí y él no me decía nada, me lo decía mi madre: "A tu padre le han puesto una nota que dice 'Vamos a matarte'". Te estoy hablando de hace 30 años.

Entonces, ¿mi padre de qué coño va a protestar? Ni pedir el expediente de la muerte de su padre ni nada. Ya lo hicimos los nietos, no queríamos que nuestro abuelo estuviese como un perro en la esquina de un cementerio, es un derecho legítimo. ¿Quién no puede entender eso? La derecha se va al otro extremo, hablan de que esto es guerracivilista. Pero yo estoy hablando de otra cosa, de ser los segundos después de Camboya en gente desaparecida, eso como país no es para enorgullecerse.

P.- "Si no cabemos todos, no cabe ni Dios", aseguró, pero ahora nadie quiere que quepa el otro.

"En este país, la gente en vez de dialogar se insulta, se dicen cosas que no se dirían en una discusión dos camioneros en una carretera"

VÍCTOR MANUEL

R.- Se han esquinado muchísimo las cosas pero no sólo en este país. Siempre buscó al culpable y en este caso fue Bush hijo con la historia de Irak. Fue cuando vi por primera vez que se establecía un mundo incompatible, tú no podías llevarte bien con alguien que estuviera a cierta distancia y eso ha ido derivando en los diferentes países y aquí algo de eso, no hay interés por lo que piensa el otro. Eliges el bando en función de lo que hay enfrente pero no analizas donde te metes, solo es por separarte. Es muy incómodo. Mira, en este país, la gente en vez de dialogar se insulta, se dicen cosas que no se dirían en una discusión dos camioneros en una carretera.

P.- ¿Qué opina sobre los cinco días de reflexión y la decisión final de Pedro Sánchez?

R.- Estaba convencido de que no se iba a ir a ningún sitio. Pedro es un animal político y lo que le interesa es la política y, por supuesto, su familia pero no por encima de la política. No conozco a nadie con esa capacidad de renuncia en ningún sitio. Pero las razones que daba Pedro eran para mi endebles. Estos días estaba leyendo que a la mujer de Gabriel Boric, presidente de Chile, la están llamando travesti, también lo han hecho con la de Emmanuel Macron... Vas mirando y no es que haya una mano, hay un montón de imbéciles.

P.- Bueno pero en este caso no ha sido porque la llamaran travesti.

R.- Pero tampoco había un procesamiento, luego el juez sí pero siempre que emprenden algo espontáneamente, pues... Hay mucho loco en la judicatura, hacen cosas a veces que no se entienden. Pero la oposición a él no le da credibilidad y dice que es un gobierno ilegal. Lo mismo le hicieron a Zapatero, los medios como El Mundo y la oposición, decían que estaba ahí por las bombas de Atocha. Es muy jodido pero si te dedicas a la política ya sabes que te puede pasar eso.

P.- ¿Qué opinión tiene de los medios de comunicación?

"A veces vamos por el aeropuerto y les oímos decir: 'Mira, los de la bandera'"

VÍCTOR MANUEL

Hay de todo, viene a hacerte una entrevista un medio determinado y desconfías pero luego ves que hay un montón de gente buena trabajando allí. Mi gran problema con la prensa fue cuando nos tuvimos que quedar fuera de España en el 1972 por una mentira publicada por el diario Pueblo, que dijo que habíamos pisado una bandera de España en un espectáculo en México. Era mentira y nos jodió la vida durante cinco años en este país, me prohibieron en todas las emisoras, me jodieron la vida mucho tiempo y después averiguaron que el anónimo que les había llegado era de una dirección donde no vivía nadie...

Así se hacían las cosas y te jodían la vida. Hubo gente que nos defendió, pero no podíamos volver y Julio Iglesias, que había estado viendo la función, vino a España y le dijo a alguien del gobierno que eso era mentira y al cabo de seis meses pudimos volver. Hasta nos interrogaron por separado y no pasó nada más pero ya estamos jodidos. Fue mentira pero quedó en la memoria de gente más mayor. A veces vamos por el aeropuerto y les oímos decir: "Mira, los de la bandera". Es que antes había una televisión y lo que decía iba a misa.

P.- Tanto usted como su mujer se han posicionado siempre políticamente, ¿ha merecido la pena?

R.- No, objetivamente no. El problema de tener ideas propias es que te causan problemas. Pero no puedes gustar a todo el mundo y tienes que hacer lo que te apetezca hacer y ver a cuanta gente convences de lo que tú crees correcto. Pero mucha gente no lo ve así y dice: "Mira estos rojos".

Si te pongo todo mi repertorio debe haber unas cinco o seis canciones en las que se habla de temas políticos y el resto son canciones mucho más convencionales.

P.- ¿Qué tiene pensando para después de esta gira?

R.- Estoy escribiendo canciones ahora mismo, siempre digo que sigo cantando porque sigo escribiendo. El otro día, Antonio García de Diego vino a verme a un concierto y me dijo: "¿Qué haces?", y le contesté: "Escribo canciones". "¿Todavía?", me preguntó. No he dejado de hacerlo. Ahora voy a grabar las que tengo para sacar un disco nuevo y hacer otra gira.