La ANC completa este sábado los tres días de votaciones para la elección de su Secretariado Nacional, un órgano asambleario del que deben salir, en diez días, los cuatro cargos orgánicos que dirigen la entidad. El próximo 20 de junio los 77 componentes del plenario elegirán al presidente de la Asamblea y los otros tres cargos orgánicos que definen el día a día de la entidad: vicepresidente, secretario y tesorero.
Las elecciones dejan en el aire la presidencia de Elisenda Paluzie, que ha acabado siendo una voz incómoda tanto para ERC como para JxCat. Y alumbran una nueva maniobra del polémico presidente de la Cambra de Comerç, Joan Canadell, para hacerse con el poder de la entidad que durante casi una década ha marcado el paso del proceso independentista. De fondo, las nuevas elecciones catalanas, a las que Canadell podría concurrir como candidato de JxCat y número dos de Carles Puigdemont, según algunas voces próximas al presidente de la Cámara.
Paluzie concurre a las elecciones como favorita para revalidar la presidencia conseguida hace dos años, precisamente frente a Canadell. Como principal rival oficial, la candidatura del popular periodista y ex dirigente de la CUP Antonio Baños, que según algunas fuentes de la cámara podría conseguir incluso el segundo puesto, gracias a su popularidad en los medios, pero carece de apoyos internos para ir más allá. Y como tapados, pero mucho más peligrosos, la candidatura alternativa auspiciada por Canadell, con el beneplácito de Carles Puigdemont.
Las bazas de Paluzie
Elisenda Paluzie cuenta con un apoyo mayoritario en las asambleas territoriales -que escogen a 57 de los 77 miembros del plenario-y la actual dirección de la ANC, copada por un equipo de fieles a la presidencia. Canadell ha conseguido tejer una candidatura de críticos en la que unen fuerzas la plataforma con la que tomó la Cambra, Eines de Pais, junto al grupo crítico Salvem la ANC y ex dirigentes de la Asamblea muy críticos con la gestión de Paluzie, a la que recriminan no haber sido suficientemente decidida en la exigencia de una implementación ya de la "república del 1 de octubre".
Se trata, en definitiva, del grupo nacido entorno al Cercle Català de Negocis, que tiene como cabeza visible en la ANC a Montse Soler, la responsable de la campaña en redes que catapultó a Canadell a la presidencia de la Cambra a partir de la base de datos y asociados de la ANC.
Aunque la auténtica baza de Canadell y los suyos es el apoyo que de Puigdemont, que sigue siendo la voz más influyente del independentismo catalán por encima de cualquier adscripción partidista. Puigdemont no se ha posicionado oficialmente, pero ha permitido que el equipo de Canadell extienda la ida de que tiene su apoyo sin desmentirlo. Si gana la candidatura de Canadell, Puigdemont disfrutará de una ANC fiel de nuevo. Si sigue Paluzie, nadie le podrá recriminar un posicionamiento público en su contra.
Se trata, en todo caso, de una batalla en la que Esquerra tendrá un papel más que secundario. Los republicanos fracasaron en su asalto a al ANC hace dos años, con la candidatura de David Minoves, pero la apabullante victoria de Paluzie le permitió evitar una maniobra como la que años antes descabalgó de la presidencia a Liz Castro, sustituida por Jordi Sánchez, que había quedado segundo, en una maniobra orquestada desde CDC por David Madí, ex mano derecha de Artur Mas.
Elecciones catalanas
Dos factores explican la candidatura auspiciada desde la Cambra. Por un lado, el divorcio entre Canadell y Paluzie, que aupó al actual presidente cameral con el apoyo de la ANC, pero rompió después con él por la gestión de esa victoria y el protagonismo adquirido por Canadell. Paluzie también perdió el apoyo de los neoconvergentes al impulsar las candidaturas de Primaries, una marca alternativa a ERC y JxCat que compitió en las municipales con los dos grandes partidos independentistas.
El intento de una candidatura unitaria al margen de los partidos fracasó, pero dio alas a sus opositores en la ANC. Y Canadell quiere aprovechar ahora esa oposición para hacerse con el control de al entidad. En las últimas semanas, Canadell empieza a sonar con fuerza como un candidato alternativo a los consellers de JxCat como número dos de Puigdemont en las próximas elecciones. Una operación muy difícil porque necesita contar con el apoyo de Puigdemont, pero también de la Crida para vencer al PDeCat.
Por eso Canadell se ha lanzado al asalto de la ANC. Con la Asamblea y la Cambra detrás, y el dirigente independentista está convencido de que su candidatura será imbatible y puede convencer a los neconvergentes de que es la única opción de volver a derrotar a ERC.
De hecho, fuentes próximas a la operación advierten de que Canadell ni siquiera necesita hacerse con la presidencia de la ANC. Con un resultado suficientemente ajustado que obligue a Paluzie a compartir la dirección de la entidad, podrían forzar la designación de Montse Soler como Coodinadora de Movilización de la ANC. "Con Soler como coordinadora de movilización, gestionando la base de datos de la ANC, Canadell es imbatible" aseguran estas fuentes.
"Una cosa es clara: que los partidos nos han fallado, y tendremos que ver qué pasa en las próximas elecciones" advertía este viernes Canadell en declaraciones a Vilaweb. "Se les ha pedido por activa y por pasiva" la unidad, se lamentaba, "y ahora vamos a unas elecciones y a ver quien puede fastidar más al otro... Esto dice muy poco del sistema de partidos actual". En todo caso, concluía, "todo el mundo debe hacer su reflexión sobre por qué ha pasado esto".
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