Este año del COVID-19 ya nada es igual y tampoco (o menos) el turismo. Lo es desde el punto de vista empresarial - hay en juego 8.700 millones sólo en verano - pero también desde el punto de vista sanitario y emocional de los españoles que tenían sus vacaciones de verano programadas tras una larguísima primavera de pandemia. Los rebrotes se han acelerado en los últimos días y países como Reino Unido han decidido volver a imponer la cuarentena a los viajeros españoles. Fernando Simón, por su parte, afirmaba este lunes que prefería que belgas y británicos se quedaran en su casa. Entonces, ¿es seguro ir de vacaciones? ¿Qué recomendaciones hay que seguir? ¿Cómo hay que actuar si nos causa ansiedad la mera idea de salir unos días de casa?

El genetista y experto en epidemias Salvador Macip, profesor de la UOC, fue uno de los primeros en decir públicamente que habría que acostumbrarse a los rebrotes y que el éxito no sería evitarlos, por imposible, sino controlarlos antes de que fuera tarde. Y nos encontramos, a su juicio, justo en ese "antes". "Estamos en un punto de inflexión, a punto de ascender en una rampa de contagios de la que sería difícil salir. Por eso es clave lo que ocurra estos días", reconoce Macip.

Para el experto, este es "el verano perfecto para quedarse en casa" siempre que uno esté contento así, pero cree que también es posible ir de vacaciones, siguiendo algunas recomendaciones. "Si se sale, hay que ser muy consciente del momento frágil y peligroso en el que nos encontramos. Por eso hay que elegir de forma segura y con sensatez, pero es lógico que tras la pandemia se necesite una desconexión".

Así coincide José Ramón Ubieto, profesor de Psicología de la misma universidad, quien ve que "las vacaciones este verano son más que necesarias, después de lo vivido y ante la incertidumbre de lo que viene, pero siempre que se puedan cumplir las tres medidas de distanciamiento, higiene y mascarillas".

También recomienda salir la epidemióloga Patricia Guillem, profesora de la Universidad Europea de Madrid, quien incide en que "no sabemos cuánto tiempo nos va a acompañar el virus pero va para largo. Si se sale en la ciudad de uno puede haber exposición igual que en otro lugar, siempre que se tomen las medidas preventivas no tiene porque haber mucho más riesgo".

Más prudente se muestra Jesús Palacio, médico de familia y experto en Seguridad del Paciente, que advierte de la situación de colapso que ya hay en los centros de salud, "un panorama en el que lo más prudente es no viajar, sobre todo si eso implica salir de las zonas en las que hay transmisión comunitaria del coronavirus o entrar en ellas, para no extender aún más el problema".

Destinos cercanos y en vehículo propio

¡Macip cree que este verano hay que fomentar el turismo de proximidad, "tanto por la reducción del riesgo como por la promoción de la economía local". Para elegir el destino recomienda pensar en sitios menos concurridos más allá de mirar la situación respecto al virus en un momento determinado. "Podría servir fijarse en zonas donde el virus no esté golpeando tanto, pero tampoco será fiable porque la evolución del virus es muy rápida y la situación cambia de un día para otro", reconoce.

Por ello recomienda evitar siempre que sea posible los aviones u otros medios de transporte y priorizar el vehículo propio, "ahí ya se está reduciendo muchísimo el riesgo". Coincide Guillem en ese consejo y añade el evitar días u horas punta para desplazarse. "Si podemos evitar salir a horas de más afluencia evitaremos coincidir con mucha gente en gasolineras o áreas de servicio".

Palacio incide en que, más allá de la decisión del destino, "es más previsible que la situación empeore que que mejore en el futuro próximo. Hay que estar preparados y asumir, al tomar la decisión de viajar, que puede que nos encontremos con que no podemos salir del lugar de destino o no podemos volver al lugar de origen si se restringe la movilidad".

Más previsión, menos improvisación

Toca según el experto, hacer más previsión. "Las personas que tomen medicamentos han de llevar una buena provisión de su medicación habitual, por si tuvieran que prolongar su estancia", recomienda Palaio. También plantea las dificultades que se pueden presentar para acudir a centros de salud: "Hay que ser muy prudentes y lo primero que hay que hacer al llegar a un sitio es averiguar y apuntar donde estén a mano los números de teléfono del centro de salud de la zona, el servicio de urgencias correspondiente y el de asistencia para consultas sobre la COVID-19 de las autoridades de la comunidad".

Guillem cree también que este año hay que hacer un especial esfuerzo para evitar "hacer las cosas a salto de mata". "En vez de ir a la playa tarde o aparecer en los restaurantes sin reserva, este año hay que intentar organizarse e informarse de qué sitios están más concurridos para poder evitarlos. Y aprovechar, que se ha puesto en marcha en algunos sitios, las aplicaciones que te indican por ejemplo qué aforo de la playa está ocupado o qué lugares turísticos tienen más afluencia", añade.

Además, estas vacaciones la epidemióloga recomienda no olvidar el habitual botiquín para incluir "un kit con mascarillas suficientes para el viaje, gel hidroalcóholico propio y una crema de manos para hidratarlas y evitar que puedan estropearse con el uso del gel.

Por último, Guillem recomienda evitar grupos grandes de amigos de convivencia y evitar especialmente algunos lugares: "El ocio nocturno donde se bebe alcohol, que tiende a relajar el cumplimiento de las medidas. Los lugares cerrados y las aglomeraciones".

Macip también recomienda evitar aglomeraciones y restaurantes o discotecas cerrados, así como cualquier actividad grupal: "El riesgo cero no existe, pero con todas estas recomendaciones lo minimizamos al máximo, además de por supuesto las tres medidas de prevención habitual y que corresponden a la responsabilidad individual".

Tanto en casa como de vacaciones, Palacio apunta a que "conviene estar al tanto de la actualidad, por si hay nuevas medidas de contención que nos conciernen, pero evitar una sobreexposición a los medios y las redes sociales que nos tenga todo el día preocupados y estresados. También hay que estar bien comunicados y localizables, por si nos pasara algo o tuvieran que contactar con nosotros".

Por qué no redescubrir la ciudad

La del miedo a los rebrotes o la económica pueden ser razones que impidan este año viajes de vacaciones, una situación que se puede cambiar por la de "redescubrir la propia ciudad. Así, Ubieto plantea que "si no se sale de vacaciones, lo importante será romper con la rutina y visitar espacios desconocidos dentro de la propia ciudad, hacer deporte individual o contactar con amigos".

El psicólogo cree que esa puede ser también una buena fórmula para quienes han desarrollado ansiedad durante estos meses de pandemia. "Hay tres tipos de sentimientos que se están dando entre las personas de forma mayoritaria, el de la inhibición como respuesta a los rebrotes, con aislamiento y suspensión de vacaciones; el de decepción y tristeza porque se han roto sus expectativas con los rebrotes y uno que va a más, el de la rabia y el enfado por la creencia de que no se han gestionado bien las cosas y por eso estamos en esta situación".

Para calmar esa rabia creciente, se vaya o no de vacaciones, Ubieto aconseja "confiar un poco más en la gestión pública pensando que no es tan fácil gestionar una situación e este tipo y teniendo un poco de paciencia, ya vendrá el momento de pedir cuentas".

Además, el experto recomienda analizar un poco más si la pandemia nos ha generado ansiedad. "La ansiedad puede desencadenarla lo último que ha pasado pero suele tener que ver con asuntos generados antes. En ese caso, esa rabia es como una aspirina para el dolor de cabeza, lo calmará pero no lo hará desaparecer del todo si la causa es otra".