Los hoteles relanzaron su actividad a finales de junio con el fin del estado de alarma y el levantamiento del cierre de las fronteras. Pero la recuperación que se anhelaba para julio fue mucho más modesta de lo esperado, con desplomes del 73% de las pernoctaciones y del 65% en el número de clientes, con grandes caídas generalizadas de la ocupación a pesar de la bajada de precios para animar la demanda.

Durante el mes pasado, los hoteles españoles registraron 11,4 millones de pernoctaciones, apenas una cuarta parte que en el mismo mes del año pasado, y recibieron 4,3 millones de viajeros, un tercio que en la temporada alta pasada, según los datos hechos públicos hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Pese al derrumbe, los datos mejoran los de meses previos, en los que la paralización total del sector hotelero se reflejaba en hundimientos del 100% de las pernoctaciones en abril, del 99,2% en mayo y del 95,1% en junio. Pero la recuperación del turismo de julio ha sido demasiado tibia y en el acumulado de los primeros siete meses del año la caída de las pernoctaciones aún es del 71%.

Los hoteles sostuvieron su actividad gracias al cliente nacional. Y es que los viajeros locales (3,2 millones) triplicaron el mes pasado a los turistas extranjeros alojados (1,1 millones), dando la vuelta al predominio tradicional de los clientes internacionales en el conjunto de las reservas hoteleras del país. En cualquier caso, el número de viajeros nacionales fue un 50% inferior al de hace un año y el de clientes extranjeros sufrió un desplome del 85%. Las pernoctaciones de los residentes fueron un 45% superiores a la de los internacionesl (7,4 millones frente 4,1 millones).

Tras el parón de la actividad por las restricciones de movilidad contra la pandemia de Covid-19, el mes pasado se duplicaron los hoteles abiertos en España, pasando de los 5.896 de junio a los 12.068 establecimientos operativos en julio. A pesar de ello, los hoteles en funcionamiento son un 29,5% menos que el año pasado y el número de plazas ofertadas (1,02 millones en todo el país) aún representan apenas la mitad que hace un año.

A pesar del menor número de hoteles en marcha, la ocupación el mes pasado fue de apenas un 35,6%, la mitad que el año pasado, y el grado de ocupación por plazas en fin de semana fue del 40,5%, un 46,8% menos que hace un año. Y eso a pesar de la rebaja de precios generalizada, con una caída del 15% de la tarifa media cobrada por cada habitación ocupada (desde los 103,1 euros del año pasado hasta los 87,6 euros de este julio). El ingreso medio diario por habitación disponible (RevPAR), un indicador fundamental para medir la rentabilidad del sector, cayó hasta sólo  33,3 euros, con un descenso del 56,8%.