La vuelta a las andadas de Unicaja y Liberbank para fusionarse tendrá el camino más despejado que el intento anterior. Un año y medio después de fracasar en sus negociaciones para convertirse en un solo banco, la entidad andaluza confirmaba el lunes a primera hora que se han retomado los contactos, pero las perspectivas de que lleguen a buen puerto son mejores que las de la primera vez, pues el regulador ha sembrado el camino hacia la consolidación.
El sector bancario sintió un pequeño déjà vu este lunes. Unicaja confirmaba al mercado a través de un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que está manteniendo "contactos preliminares" con Liberbank para acometer una fusión. Lo hacía después de que durante el fin de semana Bloomberg publicara que ambos bancos habían retomado en serio sus planes de fusión.
El comunicado era casi calcado al que la entidad andaluza envió el 12 de diciembre de 2018, cuando tuvo que reaccionar después de que, también por la prensa, se supiera que había empezado a negociar con Liberbank. En aquella ocasión, las cosas no terminaron bien. Unicaja y Liberbank gastaron cinco meses negociando los detalles más importantes de la fusión, pero no llegaron a entenderse y terminaron rompiendo las conversaciones. La ecuación de canje se convirtió en un escollo difícil de superar, como las propias entidades reconocieron cuando comunicaron el final de las negociaciones.
Ahora, sin embargo, las negociaciones pueden tener un final feliz. Aunque solo ha pasado un año y medio desde que se frustró la operación, el entorno es completamente diferente y algunas prioridades han cambiado.
En momentos de crisis, la necesidad de encontrar eficiencia y rentabilidad aprieta, especialmente en el sector bancario, cuyos márgenes llevan mucho tiempo presionados por los tipos negativos. Este es, precisamente, el argumento más repetido por los reguladores para animar a las entidades a llevar a cabo una consolidación.
El Banco Central Europeo (BCE), además, ha ido más allá. El regulador ha eliminado la exigencia de que el banco resultado de una fusión deba tener un nivel de solvencia igual al de la entidad que tenía mayor ratio, que en este caso correspondería a Unicaja (CET1 fully loaded del 14,3% frente al 14% de Liberbank). De esta medida se ha beneficiado también la fusión CaixaBank-Bankia, que dará como resultado una entidad con un capital del entorno del 11,6%.
El BCE ya no exige que la entidad fusionada tenga el mismo nivel de solvencia que el banco con mayor ratio de los dos
Además, el supervisor está trabajando en una nueva guía que permitirá a la entidad fusionada utilizar los modelos internos aprobados para los bancos que se unen durante un periodo de tiempo "limitado", dado que una entidad fusionada no puede contar con un modelo interno aprobado desde el momento de su nacimiento. Otra medida que favorece las reestructuraciones del sector.
Asimismo, el supervisor pretende a través de esta guía flexibilizar el uso del badwill, que se genera cuando una compañía compra un activo a un precio inferior al de su valor en libros, algo que es muy posible que tenga lugar en las actuales circunstancias, como reconoce el propio BCE. "En el caso de circunstancias que ejercen una presión a la baja en la valoración de mercado de los bancos, parece que lo más probable es que se genere un badwill", reza la guía que está en proceso de aprobación.
Estos dos bancos deberán llegar a un acuerdo sobre la ecuación de canje, que supuso un verdadero escollo para las pasadas negociaciones. Por el momento, Unicaja tendría un peso de casi el 60% por valor de mercado y teniendo en cuenta el beneficio del primer semestre del año, si bien en la ecuación de canje se valoran muchos más factores que podrían desequilibrar la balanza.
Quinto banco por activos
La fusión dará lugar al quinto banco por activos del país, teniendo en cuenta que la fusión entre CaixaBank y Bankia termine llegando a buen puerto y que Sabadell, al que la mayoría de los analistas apuntan como siguiente protagonista de una fusión, se mantenga en solitario. La entidad fruto de la fusión entre Liberbank y Unicaja tendrá un activo total superior a los 108.000 millones de euros, lo que le colocaría en el quinto puesto, cuando en la actualidad, por separado, estas dos entidades están mucho más abajo del ranking.
De llegar a buen puerto, esta fusión y la de CaixaBank reconfigurarán el mapa bancario del país
Así, el mapa bancario se reconfigurará casi por completo. Los seis primeros bancos del país (actualmente CaixaBank, Santander, BBVA, Bankia, Sabadell y Bankinter) serían CaixaBank (con Bankia integrado), Santander, BBVA, Sabadell, Unicaja (con Liberbank integrado) y Bankinter. Eso si no se producen más fusiones, algo para lo que Santander y BBVA ya se han apresurado a descartarse, pese a que algunas voces del sector hablan de que este último podría absorber a Sabadell.
El nuevo banco formado por la unión de Unicaja y Liberbank tendría, con los datos actuales, 9.942 empleados y unas 1.607 oficinas formarían su red comercial, que a priori no tendría muchas duplicidades, dado que las franquicias de ambas entidades son bastante complementarias.
Al ser las dos resultado de varias fusiones de las antiguas cajas de ahorro, están presentes especialmente en las regiones a las que pertenecían las viejas entidades, como Andalucía y Castilla y León en el caso de Unicaja o Asturias y Castilla-La Mancha.
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