“Montesquieu ha muerto”, dicen que dijo Alfonso Guerra, que ya tiene sus propios evangelios apócrifos y leyendas de jinete sin cabeza. Guerra siempre fue el predicador con pistolas, mientras que Felipe era como el Corazón de Jesús andaluz, ajarronado y algo sexuado, de aquel socialismo de comodita. Guerra predicaba, azotaba y ejecutaba, con su cara de dominico de la Inquisición, a la derechona o a lo que estorbara, incluidos banqueros o jueces. En 1985, aprovechando una ambigüedad de la Constitución, ajustició al poder judicial cambiando la ley para que las Cortes eligieran a todos los vocales del CGPJ. Decían que era lo democrático (lo siguen diciendo), pero como expresa la frase de Guerra, o de su versión evangélica, en realidad se habían cargado la división de poderes. Sánchez, ahora, aún quiere ir más lejos que aquel felipismo todopoderoso, omnipresente, papista y cowboy.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Hatamleh, NASA: "En el futuro nos casaremos con robots":
- 2 Aldama puede acabar con Sánchez
- 3 La declaración de Aldama irrita al PSOE y refuerza a Cerdán a días del congreso: "Relevarlo sonaría a castigo injusto"
- 4 El PP ganaría las elecciones y tendría mayoría absoluta con Vox
- 5 "Ucrania no puede ganar la guerra y tendrá que aceptar las pérdidas territoriales"
- 6 El inspector jefe de los 20 millones se reunía al lado de la Jefatura
- 7 Metsola se muestra a favor del envío de misiles alemanes de largo alcance tipo Taurus a Ucrania
- 8 Recuperan un ancla del siglo XIX en la casa de un vecino de Muxía
- 9 Otegi llama a miles de simpatizantes a "liberar la nación vasca" cada día con "pequeños gestos"