“¡Mujeres de las zonas residenciales, por favor, tengo que gustaros! Hemos salvados las zonas residenciales. Era un desastre. Lo vimos hace cuatro años. Decían que las mujeres no iban a votar por mí y lo hicieron. Ahora es más fácil”. Donald Trump está repitiendo ese mensaje que escucharon sus fieles en Johnstown, cerca de Pittsburgh, en sus mítines en varios estados bisagra, como Pensilvania o Michigan, donde las soccer mom que confiaron en él hace cuatro años ahora le están dándola espalda.
Hace cuatro años Donald Trump sacó una ventaja de dos puntos a Hillary Clinton entre las mujeres blancas, mientras Hillary Clinton se imponía con claridad entre las afroamericanas y latinas. Trump tuvo éxito especialmente entre las mujeres blancas sin estudios universitarios, y también en las zonas residenciales (suburbs).
En 2018 ya se apreció un cambio. El 52% de las mujeres de zonas residenciales apoyaron a los candidatos demócratas, mientras que el 45% se inclinaron por los republicanos. Según las proyecciones en 2020, la diferencia es de diez puntos (54% por Biden y 44% por Trump).
Las soccer mum, que son esas madres de familias acomodadas dedicadas plenamente al cuidado de los suyos (suelen ir con sus hijos a verles jugar al soccer o fútbol, de ahí el nombre), inclinaron la balanza hacia el candidato republicano en 2016, pero ahora están tomando distancia del presidente que niega una pandemia que al cierre de octubre se habrá cobrado cerca de 230.000 muertos en Estados Unidos, según la Universidad Johns Hopkins. Están indignadas con su gestión de esta crisis.
Donald Trump intenta seducir a las soccer mum, también llamadas hockey moms o security moms sin sutilezas. Atiza los temores de las familias por los disturbios que se han vivido en varios estados a raíz de varios casos de abusos policiales.
En un tuit prometió proteger a "las amas de casa de las zonas residenciales de América". En los mítines les ruega que le voten, que confíen en él, si no quieren que el caos se adueñe del país.
Fue en la campaña de Bill Clinton de 1996 cuando las soccer moms se convirtieron en un objetivo clave " la hora de segmentar el mensaje económico de la candidatura demócrata", como expone Xavier Peytibi en su artículo La segmentación electoral: La información es poder.
Como señala Peytibi, la idea fue del consultor Mark Penn, y el asesor principal de Clinton, James Carville, lo vinculó a la economía. De ahí su conocida y repetida frase: "Es la economía, estúpido". Ahora Trump sabe que "son las soccer mom, estúpido".
"Las soccer mom representan un montón de segmentos que en 2016 le respaldaron y ahora estarían dándole la espalda. Se está armando una gran coalición anti Trump y ellas también están ahí”, afirma Martin Szulman, sociólogo en el equipo de Ideograma. Formarían parte de esa coalición afroamericanos, latinos, LGTBI,
“Las soccer mum son un ejemplo muy particular. Biden lidera por 23 puntos en las mujeres de zonas residenciales en los swing states, según el New York Times y el Siena Colllege, y por 19 puntos en las mujeres en zonas residenciales en todo el país, según el Pew Research Center. Entre las latinas aventaja por 44 puntos y entre las afroamericanas por 85 puntos, también según el Pew”, añade Szulman.
El voto y la geografía
Estados Unidos tiene una inmensa cantidad de áreas metropolitanas además de las megalópolis. Trump no ganó ninguna ciudad de más de un millón de habitantes en 2016.
“Los votantes en los grandes centros urbanos tienden a tener identidades políticas más líquidas, más en contacto con la globalización y tienen un comportamiento más líquido. Los votos son más fluctuantes y dispersos”, señala Szulman. “La América profunda, igual que la España vacía, es más conservadora. En Estados Unidos se decantan por partidos más tradicionales o por los más tradicionales en cada partido”.
Las soccer mum han dejado de conectar con el discurso de Trump. Tienen la sensación de que el presidente ha dejado de tener el control. Si hay caos, le corresponde poner orden. Y, sobre todo, a ellas les preocupa la pandemia.
Estas mujeres blancas se sienten desprotegidas con la mala gestión del coronavirus"
martin szulman
“Estas mujeres de zonas residenciales, madres de familia acomodadas, se sienten desprotegidas con la mala gestión del coronavirus y su negacionismo. Ellas se dicen: ‘Es la principal amenaza y el presidente no nos protege adecuadamente. En 2016 depositaron la protección de sus hijos y de sus padres en Trump y no ha respondido a las expectativas”, añade Szulman.
Larry Jacobs, director del Centro de Estudios y Gobernanza de la Universidad de Minnesota, afirma cómo hay dos bloques que están dejando de lado a Trump: los mayores de 65 años, y las mujeres de zonas residenciales. En los dos casos la pandemia tiene mucho que ver. Los mayores serán clave en un estado muy reñido como es Florida.
“Ese giro dado por las mujeres de zonas residenciales ha puesto más estados en juego, como Georgia. Este tipo de presidencia del macho ha encontrado resistencia entre la mujeres, especialmente las que tienen título universitario”, afirma Larry Jacobs, en declaraciones a The Guardian.
Y no solo ocurre en Georgia, en Pensilvania, un estado que perdió Hillary Clinton con gran dolor en 2016, la ventaja a favor de Biden entre las mujeres de las zonas residenciales es de 29 puntos, 35 en Michigan, 21 en Wisconsin. Y en Texas, estado tradicionalmente republicano, las mujeres en general se inclina por Biden por ocho puntos de ventaja frente a Trump.
Son los varones blancos, especialmente sin estudios, los que cada vez más apoyan al presidente. En estas elecciones la brecha de género (gender gap) parece que será mayor que nunca antes: la diferencia en el voto femenino será de unos 25 puntos a favor de Joe Biden, según los últimos sondeos.
Hay un factor relevante que también hay que tener en cuenta: en los 60 y 70 estas zonas residenciales eran abrumadoramente blancas. No es así ya. Un informe de la Institución Brookings muestra cómo el 35% de la población de zonas residenciales en 36 de 100 zonas metropolitanas ya no son blancos.
Esa revuelta de las zonas residenciales y empezó en las elecciones de medio mandato (midterms) en 2018, cuando los demócratas ganaron 41 puestos en la Cámara de Representantes, el mayor avance desde las elecciones de 1974, posteriores al Watergate. La presencia de mujeres se incrementó sustancialmente hace dos años, a pesar de que en el Congreso la representación femenina no llega al 25%.
"A las mujeres de las zonas residenciales no les gusta el estilo abusivo de Trump. Lo ven polarizador. Ellas odian el caos, lo que quieren es estabilidad", afirma Celinda Lake, asesora de la campaña de Biden, en www.vox.com.
Si las encuestas aciertan esta vez, y se confirma la tendencia que ya se vio en la elecciones al Congreso de hace dos años, las soccer mom serán clave en estas elecciones. Miran por sus padres, por sus hijos, por el futuro de América. Y no les gusta lo que ven. Demasiada polarización y poca protección.
Lauren Copeland, politóloga de la Universidad Baldwin Wallace, lo resumía así en la CNN: "Hay mucha gente que está harta de la retórica de la campaña de Trump, sobre todo las mujeres de las zonas residenciales con hijos pequeños o adolescentes. No quieren que crezcan en un país donde el presidente rechaza condenar a los supremacistas blancos. Incluso algunos republicanos quieren que les gobierne alguien moderado".
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