8 millones y medio de euros. Esa esa la deuda que arrastra Izquierda Unida, coalición casi en bancarrota que, a pesar de las dificultades, ha conseguido reducir en 4 millones el endeudamiento con el que arrancó en 2016. La cifras se contienen en el informe de gestión que se presentará en la XII Asamblea Federal de IU, a celebrar los días 15 y 16 de enero. Se trata de uno de los capítulos más delicados para la formación liderada por el ministro de Consumo, Alberto Garzón.
Y es delicado en la medida en que, además, impide la integración orgánica de IU en Podemos. Se trata de un plan capitaneado por el secretario general del PCE y diputado, Enrique Santiago, frente a las dudas que acabó albergando el propio Garzón a pesar de haber acariciado en su momento dicha vía. Ahora parece haber desistido de presentar batalla a su compañero de filas, mucho más próximo a Pablo Iglesias que él mismo, a pesar de compartir con el líder morado la mesa del Consejo de Ministros.
En la coalición de izquierdas confían en poder reducir aún más esa deuda si culmina la gestión de devolución de la sede federal al ayuntamiento de Madrid, lo que les aliviaría las cuentas en otros dos millones, todo ello después de una operación frustrada de intentar vender el edificio a la embajada de Ghana.
Una permuta del Ayuntamiento de Madrid
El terreno donde se erige la sede central de IU, en la calle Olimpo, del distrito de Hortaleza, fue cedido en permuta por el ayuntamiento de Madrid al PCE en 1990. Izquierda Unida acabó levantando en el solar un edificio de cuatro plantas, de casi 3.000 metros cuadrados, que a finales del año pasado apalabró para su venta al gobierno ghanés por tres millones de euros.
De hecho, las instalaciones de la Embajada llegaron a ocupar algunos de los despachos. Sin embargo, el ayuntamiento dio al traste con esta operación para revertir al municipio el terreno y el edificio. A cambio, IU ha rebajado su precio a dos millones. Todavía está pendiente de cerrarse esta operación.
"Una organización con una deuda tan grande, no puede aspirar a cambiar la sociedad y se encontraba lastrada en su actividad" , admite IU en su informe de gestión. Se han pagado todos los créditos bancarios, a excepción del hipotecario; reducido la deuda con Hacienda por la debacle electoral de 2015 y se han reducido también, e incluso eliminado, deudas internas con otros partidos, como el PCE o ICV.
En cuanto a la gestión económica, agrega IU, "hay que destacar la transparencia, la puesta en marcha de salarios máximos, la rendición de cuentas, la aprobación de presupuestos anuales y la contención en le gasto para la recuperación del conjunto de la organización". En definitiva, este "éxito ha permitido sacar a la organización de la UVI y superar siete procesos electorales en cuatro años en unas condiciones más precarias".
La confluencia electoral con Podemos le dio un respiro
Es cierto que su confluencia electoral con Podemos le ha permitido solventar sus limitaciones económicas. En las elecciones generales de 2015 Izquierda Unida pasó de tener 11 diputados sentados en el Congreso a dos, esto es, de 1.686.040 votos a 926.783. Esto supuso un fuerte castigo económico tanto en pérdida de subvenciones por número de votos como por la desaparición del grupo parlamentario. Con la entonces inédita repetición de los comicios y su alianza prelectoral con Podemos y sus confluencias -que consiguieron en 2015 nada menos que 72 escaños- se presentó a las elecciones de junio 2016. En apenas seis meses perdieron un millón de votos.
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