El Banco de España ha actualizado este viernes sus previsiones macroeconómicas en las que dibuja tres escenarios en función de la evolución de la pandemia y de la recuperación de la demanda. En el informe, el supervisor bancario alerta de que "un repunte de la enfermedad en el corto plazo", llevaría a la tasa de paro al 20%.

Esta es la previsión de la institución en el peor de los escenarios. Aunque es cierto que se mejoran las expectativas en cuanto a la caída del producto interior bruto (PIB). En este sentido, se prevé un retroceso de entre un 10,7% y un 11,6%, y un mayor crecimiento tanto el próximo año, de entre el 4,2% y el 8,6%, al estimar una aportación de 1,3 puntos porcentuales de los fondos europeos, como en 2022, cuando se registrará un crecimiento de entre el 3,9% y el 4,8%.

El repunte del producto de la economía en 2021 sería de un 6,8% en el escenario central, cifra que se elevaría hasta el 8,6% en el escenario más favorable y se reduciría hasta el 4,2% en el más adverso.

Además, las previsiones del Banco de España también mejoran para el año 2022, ya que frente a las anteriores estimaciones de un crecimiento de entre el 1,9% y el 3,3%, ahora augura un alza del 3,9% en el escenario severo, el 4,2% en el central y el 4,8% en el suave.

La mejora de las previsiones se debe a la revisión a la baja de los precios del petróleo y aunos costes de financiación algo más reducidos, además de que la tasa de crecimiento en el segundo trimestre es siete décimas más elevada, lo que lleva a una revisión de las tasas medias de crecimiento tanto este año como el próximo de 0,5 y 0,2 puntos porcentuales, respectivamente.

A ello se suma el crecimiento del 16,7% del tercer trimestre y se añaden 1,3 puntos de crecimiento en 2021 derivado del impacto de los fondos europeos, muy lejos del impacto de 2,5 puntos porcentuales que prevé el Gobierno para el año que viene. Para el resto de los años, el Banco de España limita el efecto de los fondos europeos a dos décimas anuales.

Efectos persistentes

En cualquier caso, el Banco de España advierte de que la crisis dejará "efectos persistentes" sobre la actividad económica y un impacto "negativo" sobre la fuerza laboral, en la medida en que, a pesar del recurso a los ERTE y a los programas de cese de actividad de los trabajadores autónomos, "existirán puestos de trabajo que no superarán la crisis y que darán lugar a un cierto aumento del desempleo de larga duración", según ha explicado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce.

Por ello, asegura que no se puede descartar el riesgo de que, a pesar de la "contundencia" de las medidas aplicadas (ERTE y mejora de liquidez a empresas), se registren "fenómenos de histéresis" en el mercado de trabajo, o lo que es lo mismo, efectos persistentes en el empleo una vez que desaparecen las motivos que los causaron.

El escenario suave asume que las medidas serán efectivas para evitar la materialización de este riesgo, a diferencia de los otros dos escenarios. En el severo, la pérdida de puestos de trabajo tendría un carácter más persistente, particularmente en los sectores más expuestos al distanciamiento social y entre los grupos de trabajadores más vulnerables (en particular, aquellos con un contrato temporal).

Según los distintos escenarios, el Banco de España prevé que la tasa de paro se sitúe entre el 15,7% y el 16,2% este año; para subir a entre el 17,1% y el 20,5% el próximo año. Ya en 2022 bajaría a una horquilla de entre el 14% y el 18,1%, y en 2023 se situaría entre el 12,4% y el 17,6%.

Déficit y riesgos a la baja

El organismo supervisor explica que la crisis sanitaria ha acarreado también un deterioro muy acusado de las finanzas públicas y el conjunto de medidas para contrarrestar el impacto de la pandemia elevará el déficit público hasta el 10,5% en el escenario central este año, en una horquilla de entre el 10,3% y el 10,9%, si bien a lo largo del horizonte de proyección se espera una mejora sustancial, como consecuencia tanto de la naturaleza temporal de parte de las medidas discrecionales adoptadas como de la mejora cíclica.

Así, el déficit público bajará a una horquilla de entre el 6,7% y el 9,6% el próximo año, entre el 4% y el 7,1% en 2022 y entre el 3,2% y el 6,7% en 2023.

A su vez, la deuda pública registrará un fuerte aumento en 2020 hasta situarse cerca del 120% del PIB en cualquiera de los tres escenarios. Concretamente, se situará entre el 113,7% y el 122,8% el próximo año, entre el 111,7% y el 124,9% en 2022 y entre el 11,5% y el 128,7% en 2023.

A pesar de la mejora generalizada de las previsiones y de que el escenario más probable sería el central, el Banco de España advierte de que los riesgos al crecimiento del PIB estarían "moderadamente orientados a la baja", como consecuencia de que la evolución de la epidemia sea más adversa o de un coste más elevado de la financiación al sector privado, que diera lugar a problemas de solvencia, con consecuencias adversas para los balances bancarios.