Ignacio Sánchez-Asiaín, recién estrenado consejero delegado de Popular, asegura, en torno al ruido que genera una posible operación corporativa, que "no hay nada serio", aunque siempre "hay conversaciones de almuerzo y todos los bancos hablan con todos, desde 2008".
El directivo, en el maco de la presentación de resultados del primer trimestre, ha apuntado que el principal problema del banco es la falta de confianza del mercado y, para recuperarla, pone el foco en la transparencia y lanza algún dardo al antiguo equipo gestor.
La desconfianza del mercado responde a que en el pasado se crearon expectativas que no se cumplieron
"Los mercados financieros no muestran confianza y eso tiene que ver con haber generado expectativas que se han cumplido o no en el pasado. Nosotros no queremos generar expectativas que no estén basadas en la realidad. Y para ello estamos haciendo un análisis muy exhaustivo y analizando más de 40.000 activos problemáticos uno a uno, un proceso que no es rápido", explica el directivo.
"Popular emitió un plan de negocio antes de la ampliación de capital que fue inexacto o incorrecto. Se dijeron cosas que no se cumplieron y eso crea desconfianza. Es normal", sostiene. Frente a esto, Sánchez-Asiaín asesgura que ahora la entidad "se compromete a decir a cosas que se puedan cumplir".
Están en venta todas las filiales no estratégicas si el precio de compra es el adecuado
El directivo ha cuestionado la labor de sus antecesores al señalar que "la segregación de la división inmobiliaria se ha hecho muy tarde" y ha descartado que salga adelante el proyecto Sunrise, plan impulsando por Ángel Ron, expresidente del banco, para desaguar los activos problemáticos ligados al ladrillo. "Pero seguiremos mirando operaciones de ese tipo", apunta.
Con la reevaluación de activos que está haciendo la entidad, Sánchez-Asiaísn confía en que, en verano, se tenga visibilidad sobre el futuro del banco: es decir, tendrán los datos necesarios para decidir si el banco sigue independiente y si hace una ampliación de capital y por qué importe.
Se están analizando 40.000 activos problemáticos y en tres meses habrá visibilidad sobre el plan de futuro
"Ahora mismo no hay una ampliación prevista, aunque sí estamos teniendo acercamientos de inversores interesados", sostiene.
El ejecutivo ha reconocido que el banco pretende vender todas sus negocios no estratégicos. "Estamos trabajando y pretendemos vender nuestras filiales non core. Hay conversaciones avanzadas con posibles compradores, pero sólo las cerraremos si general valor al accionista. No nos sentimos presionados para aceptar la primera oferta que venga", añade.
En este sentido ha señalado que tanto el banco americano Total Bank, como la filial de banca privada y la división de tarjetas, WiZink, se venderán si llega un precio adecuado que cree valor.
Demandas contra el banco
El consejero delegado, preguntado sobre las demandas que preparan varios grupos de accionistas, ha manifestado que "no tiene constancia" de que se hayan interpuesto y que, en su opinión, "no hay base para demandar al banco".
Sobre las cláusulas suelo, desvela que han recibido 65.000 reclamaciones que se están estudiando.
El directivo ha descartado que, tras la reducción del 20% de la plantilla, esté prevista una nueva reestructuración el próximo ejercicio.
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