Los españoles van a tener que abonar un alto precio por hacer uso de la electricidad, que hasta la fecha no ha tenido precedentes. Este fin de semana, los clientes suscritos a la tarifa regulada han pagado hasta un 50% más en diferentes tramos del día respecto a otros del inicio de año. Además, comparando los precios que se pagaban en estas fechas hace justo un año, el incremento en dichas franjas es del doble.
Pero, tal y como subrayan las diferentes fuentes consultadas por este periódico, la situación va a prolongarse durante los próximos días y el precio de la electricidad va a seguir manteniéndose o, incluso, se encarecerá aún más debido a diversos factores que han creado una tormenta perfecta.
Y es que, en el mercado mayorista, el precio de la luz se elevó este viernes en los 95 euros euros/megavatio hora (MWh), el segundo más alto de la historia tras los los 103,76 euros que marcó el 11 de enero de 2002. Los precios del mercado eléctrico se negocian con un día de antelación. Es más, en algunas franjas del día, se llegaron a tocar los 135 euros por megavatio.
De acuerdo con la información aportada por Red Eléctrica, la demanda eléctrica llegó a superar los 41.485 MW a las 12: 26 del viernes, un nuevo récord en los últimos años, con incrementos de hasta el 12% si se compara con el inicio de la semana, cuando España comenzaba a conocer a Filomena.
Las renovables pierden terreno
Pero… ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Fuentes del sector consultadas explican que se debería erradicar “el chascarrillo fácil” de culpabilizar al Gobierno o a las eléctricas en esta ocasión. “Se han dado una serie de circunstancias difíciles de que se den a la vez y, desafortunadamente, han llegado todas juntas en el peor momento”.
Los analistas de Argus explican a este periódico, que una de las principales razones por las que el precio se ha incrementado notablemente es la ausencia de viento durante los primeros días de enero. “En los días cinco y seis de enero los niveles de energía eólica son muy bajos. España tiene que acudir a otros mercados como el carbón, mucho más contaminante, y que atrae nuevos hándicaps para el precio de la luz”.
En este sentido, los propios analistas subrayan que España está quemando carbón por encima de los 2GW, una cifra que cuadriplica, por ejemplo, a la de días anteriores.
Pero la utilización de este mineral para generar electricidad es netamente superior a la de otras energías. Los expertos de Argus revelan que durante varias semanas las fábricas y plantas de carbón han estado funcionando a menor rendimiento por lo que los costes ahora se incrementan al tener que activar nuevas plantas.
Además, la generación de luz a través de energías no renovables conlleva que se emite más dióxido de carbono a la atmósfera. Dichas emisiones también han logrado estar en máximos históricos, unos 30 euros por tonelada.
Los expertos de Argus revelan que la Unión Europea limita el lanzamiento de este gas al aire y que cada año se realizan una subasta para determinar los kilos que se emiten. Así, durante estos días, España se ha visto en la obligación de acudir al mercado y comprar a otros países emisiones, generando un nuevo gasto extra.
Los buques que se marchan a Asia
El gas natural licuado también ha puesto en un brete a la factura de la luz. España, según confirman los analistas de Argus, se encuentra con un déficit de GNL, también utilizado para generar electricidad. La reactivación económica en China y Japón y la ola de frío que también azota Asia ha provocado que los cargamentos que llegaban en los buques que se dirigían a España hayan cambiado el rumbo.
Los expertos subrayan que Asia paga mejor el precio del gas que Europa y, por eso, los extractores de GNL han decidido no arribar en las costas españolas y sí hacerlo en las chinas o japonesas. “La contrapartida para los extractores es pagar multas, pero la cantidad que abonan los países orientales es muy superior a la que lo hace España”.
Frío histórico y confinamientos
La demanda de la luz se ha incrementado hasta máximos históricos debido al frío intenso que está azotando España. La principal razón es, obviamente, la borrasca Filomena, que ha dejado en nuestro país temperaturas de hasta -36º.
Además, muchas comunidades autónomas han decretado confinamientos perimetrales y cierres de locales de ocio por lo que la estancia en los hogares es superior, haciendo que se demande más energía eléctrica.
Por eso, las previsiones para los días venideros, en los que los termómetros van a hundirse hasta los once grados centígrados bajo cero en las ciudades del centro de España, hacen pensar que el consumo será muy similar al que se ha registrado en estas jornadas.
Malas previsiones
Los expertos consultados también recalcan que los precios seguirán estando en “la misma horquilla”. De hecho, para este sábado se esperan que los precios sean superiores a los registrados durante el jueves y este viernes.
“Las variables que manejamos hacen indicar que durante la semana que viene la situación no cambiará. El problema del gas no se va a solucionar y las temperaturas seguirán bajando”, señalan las voces autorizadas en electricidad.
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