La incorporación de Eva Parera (Barcelona, 1973) a las filas del PP es el segundo gran movimiento electoral de Alejandro Fernández en Cataluña para unas elecciones que, aunque ahora se retrasen hasta finales de mayo, constituyen un plebiscito en las fuerzas situadas a la derecha del tablero político. Y la incorporación de la que en tiempos fuera senadora de CiU ha desatado una serie de críticas incluso intramuros por un polémico vídeo en que Parera habla, hace años, de la necesidad de "ejercitar el derecho a hacer un referéndum", cuyas palabras explica en una entrevista con El Independiente.
La plataforma con la que concurrió a las elecciones municipales de Barcelona junto a Manuel Valls facilitó la investidura de Ada Colau en el consistorio, una decisión que provocó la ruptura con el Ciudadanos que entonces seguía presidiendo Albert Rivera. Con ese movimiento, Parera y Valls evitaron una alcaldía independentista en la ciudad condal. ¿Y en el Parlament? "Si la opción es un gobierno con independentistas o sin ellos, hay que ser lo suficientemente responsables como para escoger lo segundo, eso sí, con condiciones", alega.
Pregunta.- ¿Se ha hecho lo correcto aplazando las elecciones hasta el 30 de mayo?
Respuesta.- Creo que no contamos con datos suficientes que sustenten esa decisión. Es muy difícil explicar a los ciudadanos por qué pueden ir a comprar al supermercado pero no ir a depositar un voto en una urna. Desde el primer día, el criterio de aplazamiento electoral se ha sustentado más en las encuestas políticas que en los datos sanitarios reales. A medida que pasan las semanas, el 'efecto Illa' va perdiendo fuerza. El PSOE no quiere celebrar unas elecciones cuando los ERTE hayan acabado, porque es un problema real que les va a pasar factura. Me da la impresión de que la decisión es más electoral que sanitaria.
P.- ¿Por qué decidió dar el paso y sumar fuerzas con el PP para las elecciones catalanas?
R.- No ha ocurrido de la noche a la mañana. Se ha ido cocinando muy poco a poco. Vimos que había una gran coincidencia en el modo de hacer política y en lo que falta por construir en Cataluña y, a partir de ahí, comenzaron las conversaciones para unir esfuerzos de cara a las autonómicas. En Barcelona pel Canvi ya se decidió que no concurriríamos por separado porque eso significa dividir el voto y restar, pero Alejandro Fernández me planteó esa posibilidad personalmente y decidí participar.
P.- ¿También se le ofreció a Manuel Valls un puesto en las listas del PP?
R.- No. El PP sólo ha hablado conmigo. No se ha dirigido nunca a Manuel. Él siempre dejó claro que no iba a participar en las autonómicas y que no tenía sentido incorporarse a una lista electoral, tampoco a la del PP.
Dudo de las motivaciones y de la utilidad de Ciudadanos en la lucha contra el independentismo
P.- Sobre Valls se ha especulado con la posibilidad de que vuelva a Francia y abandone la política catalana.
R.- No, no se lo ha planteado. Siempre ha manifestado que aquí se queda y compagina la agenda de Barcelona con la de Francia. Sique con las mismas responsabilidades y no las ha abandonado ni las va a abandonar.
P.- ¿Le ha sondeado algún otro partido político para que formase parte de sus listas? ¿Ciudadanos, quizá?
R.- Ciudadanos nunca ha tenido interés alguno en nosotros. En parte lo entiendo, fueron ellos los que rompieron la alianza cuando votamos a favor de la investidura de Ada Colau en el Ayuntamiento, así que sería extraño que ahora quisieran reconstruirlo. Por otra parte, sí me han contactado algunas formaciones catalanistas que se presentan, a las que prefiero mantener en el anonimato, movimientos que quieren reconstruir lo que un día fue Convergència. Pero no es posible. Yo ya dejé claro que no iba a estar en ninguna lista electoral que incorporase gente independentista o posibilista en sus listas. Lo único que quiero explorar es mi colaboración con el PP.
P.- ¿Por qué cree que el PP representa mejor la alternativa al independentismo que el resto de fuerzas?
R.- Cualquiera que esté en el sector denominado constitucionalista puede representar una alternativa. Pero el PSC está en la ambigüedad, en la línea de abrir la puerta a un tripartito. Y Ciudadanos para mi es una gran decepción después de lo que pasó en el Ayuntamiento de Barcelona. Siempre han sido los adalides contra el independentismo, y cuando tienen la oportunidad de sacarlos de las instituciones se echan para atrás. Dudo de sus motivaciones y de su utilidad contra el independentismo, y creo que pagarán las consecuencias en Cataluña.
P.- Hay quien dice, también dentro del PP, que Ciudadanos está en vías de desaparición.
R.- Es una palabra muy fuerte, pero Ciudadanos necesita hacer una reflexión que todavía no ha hecho. No saben muy bien qué espacio político tienen que ocupar, y en Cataluña no encuentran cuál es su propuesta política. No vale con decir que voy a quitar lazos amarillos, tiene que haber algo más. Desaparecer no, pero lamentarán el no haber entendido qué significa tener 36 diputados en el Parlament.
Voy a hacer todo lo posible porque no haya ningún partido independentista en el nuevo Govern
P.- Si el constitucionalismo lograse mayoría, ¿estaría de acuerdo en facilitar un Gobierno del PSC con Podemos si ello implica apartar al independentismo?
R.- Es complicado que se presente un escenario de esas características. Pero lógicamente, voy a hacer todo lo posible porque no haya ningún partido independentista en el equipo del Govern. A partir de ahí, cualquier opción debe ser analizada. Yo tengo mi posicionamiento, que es evidente y no lo voy a esconder, porque ya facilitamos la investidura de Ada Colau en Barcelona. Allí no había otra opción. Era o blanco o negro. O Maragall o Colau. Creo que al final, si la opción es un gobierno con independentistas o sin ellos, hay que ser lo suficientemente responsables como para escoger lo segundo, eso sí, con condiciones y garantías y con unas políticas pactadas. Hay que controlar quién va a gobernar y con qué propósito. Y, en función de eso, decidir el voto.
P.- "En Cataluña convivimos muchas sensibilidades. Lo único que estamos pidiendo es que se nos deje ejercitar el derecho a hacer un referéndum para conocer lo que quieren los ciudadanos. Eso es democracia". Estas palabras las pronunció hace años en el Senado ¿Sigue pensando igual?
R.- Ese es un vídeo de 30 segundos de una intervención de 10 minutos sobre la banalización del nazismo que no tenía nada que ver con Cataluña. Si alguien hace el ejercicio de ver el vídeo completo se da cuenta. Entiendo que estamos en campaña y cada uno la hace como quiere. Pero nunca he querido un referéndum, nunca he sido independentista y nunca me va a ver nadie con una estelada. Todo esto lo entiendo como parte del juego político.
P.- ¿Ha percibido cierto malestar dentro del propio PP por su incorporación?
R.- En absoluto. Lo que he percibido es una cálida bienvenida, gente muy abierta de mente, contentos de que me sume. Dicen que esto es un refuerzo para mostrar en Cataluña un proyecto de centro moderado. Entiendo que haya críticas, son normales. Cuando tomas decisiones arriesgadas no todo el mundo está contento. Si alguien dentro del PP tiene dudas sobre mí o sobre mi trabajo, mi obligación es convencerles de que vengo a aportar y a sumar. No es algo que me preocupe.
P.- ¿Qué consideraría como un buen resultado del PP en las urnas?
R.- La experiencia con las elecciones municipales me ha demostrado que un buen resultado no lo marcan los votos. Ahí tuvimos un mal resultado que al final resultó bueno porque nos permitió hacer aquello para lo que nos presentábamos, que era evitar una alcaldía independentista. Un buen resultado es demostrar a los votantes que aquí ha nacido una alianza política moderada y útil, dedicada a hacer política responsable.
P.- ¿Cree posible el sorpasso de Vox?
R.- Me preocupa que haya partidos extremos que van creciendo. Es el resultado de la política de la división, de la demagogia y del populismo. Vox está en las antípodas del PP. Lo que proponen para Cataluña es muy distinto, así que veo muy difícil que un votante pueda estar dudando entre votar a Vox o al PP, porque nos parecemos lo que un huevo a una castaña.
Si alguien en el PP tiene dudas sobre mí, mi obligación es convencerles de que vengo a aportar y sumar
P.- ¿Pactar con Vox es una línea roja?
R.- A mí no me gusta pactar con los extremos. Creo que es muy difícil pactar con Vox con programas tan distintos. Aunque creo que es importante puntualizar que cuando una formación política tiene una representación parlamentaria es legítima y la tienes que considerar para llegar a acuerdos. En el Ayuntamiento se pueden pactar cosas con JxCat o con ERC, por ejemplo. Si esta propuesta que hacen es buena para los ciudadanos, no tienes que tener vergüenza.
P.- ¿Ha fracasado el procés?
R.- El procés es un fracaso desde el primer día que se plantea. La decisión en su día de CiU de empezar a abrazar la idea del independentismo fue el primer paso para el procés y ahí empieza su fracaso. Al final lo que se ha hecho es dejar a Cataluña huérfana de una opción de centro muy necesaria en la consideración del territorio como una comunidad autónoma que quiere ejercer sus competencias. Ese es el gran fracaso. Pero ellos consiguen su objetivo real, que es mantener una cuota de poder, no por una creencia real. Por el camino van perdiendo todos sus principios y valores. Están pasando muchas líneas rojas que, a la larga, les acabará pasando factura.
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