Tuvieron el poder dentro del PSOE pero se les acabó antes de lo previsto. Los miembros de la Gestora han puesto el rostro y la voz a la crisis socialista, al control de Ferraz tras el derribo de su secretario general y al pilotaje de un proceso de primarias que se diseñaba a medida de su candidata. Nada salió "como debía" y la derrota de Susana Díaz arrastró a todos. Los principales dirigentes de la Gestora se han quemado en el proceso y ahora afrontan un futuro incierto.
El presidente del órgano, Javier Fernández, ha regresado al Gobierno de su comunidad, cargado de problemas. Tras perder frente a Pedro Sánchez y Adriana Lastra en su propio territorio, el también presidente del Principado sufre un desgaste orgánico e institucional. El primero le ha llevado a anunciar que no volverá a optar a secretario general, tras 17 años al frente del partido en Asturias. Sí que ha anunciado su intención de agotar los dos años de mandato que le quedan, en un momento convulso.
Su consejero de Empleo, Industria y Turismo, que había mostrado su desacuerdo con el apoyo explícito del presidente a Susana Díaz, ha dimitido provocando una cascada de renuncias en un área fundamental. Su marcha coincide con las nuevas actuaciones de la Unión Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que estrechan el cerco sobre el histórico dirigente del sindicalismo minero José Ángel Fernández Villa para aclarar el origen de los 1,4 millones de euros que regularizó durante la amnistía fiscal. La investigación ha salpicado al sindicato minero SOMA-UGT, que siempre ha estado vinculado a Fernández, ingeniero de minas de profesión.
Este viernes, el presidente del Principado negó haber tenido conocimiento de acciones ilícitas en el sindicato ni por parte de Fernández Villa, hombre fuerte del PSOE asturiano durante 30 años."Nunca he negado mi relación personal con él, pero lo que he hecho es actuar con contundencia desde el primer día porque lo podía hacer y eso fortalece mucho el alma", ha asegurado.
Mario Jiménez podría entrar en el Gobierno de Susana Díaz para reforzarlo
Su número dos en la Gestora, el onubense Mario Jiménez, también sufre un deterioro político tras su paso por Ferraz. El portavoz parlamentario del PSOE-A aspiraba a suceder a Susana Díaz o a formar parte de su núcleo de poder como secretaria general. Ambos han quedado relegados al ámbito andaluz, en el peor momento electoral de su partido. La Presidencia de la Junta de Andalucía corre peligro por primera vez en 39 años, dado que el PP ya no necesita ganar por mayoría absoluta para gobernar. Una mayoría simple y el apoyo de Ciudadanos podría acabar con el régimen socialista andaluz.
En este contexto, y tras su aventura fallida, Díaz se propone ahora consolidar el Gobierno andaluz, seriamente tocado por su fracaso en las primarias. Tras dos años de mandato sin acción política ni discurso, con su presidenta más tiempo en Madrid que en Sevilla, la gestión de la Junta de Andalucía está en entredicho. Decisiones como las fusiones hospitalarias han generado manifestaciones masivas en casi todas las provincias y han permitido a la oposición, el PP y Podemos, ganar un terreno social hasta ahora perteneciente al PSOE andaluz.
Los veteranos del partido recomiendan a la presidenta un importante giro de rumbo, con cambios en su Ejecutiva para integrar al sanchismo y una seria remodelación del Consejo de Gobierno que podría dar cabida a Jiménez como hombre fuerte. Su perfil político, su experiencia y su lealtad mostrada durante los ocho meses de Gestora podrían terminar, por fin, con los recelos de Díaz hacia cualquier compañero que pueda hacerle sombra en el partido o el Gobierno.
Hernando y Madina siguen desubicados en el grupo socialista
El papel de Jiménez en Ferraz encontró su reflejo en el de Antonio Hernando y Eduardo Madina en el Congreso y los medios de comunicación. Hernando, antiguo hombre de confianza de Sánchez, aceptó mantenerse como portavoz parlamentario pasando de ser uno de los más fervientes defensores del no es no -incluso cuando Sánchez lo dudaba, como le reconoció a Felipe González- a justificar la abstención socialista. Tras dimitir la misma noche de las primarias, ahora continúa en la dirección de grupo a la espera del congreso federal de junio.
Igual de desubicado se encuentra Eduardo Madina, que incluso ha renunciado a participar en el programa Hora 25 de la Cadena Ser para no tener que defender a una Ejecutiva socialista en la que no cree. Tras ser embajador y portavoz de Susana Díaz en las primarias, ha renunciado a defender en el congreso federal la ponencia política que elaboró por encargo de la Gestora. El documento cambiará notablemente para adaptarse al proyecto político de Pedro Sánchez a través de enmiendas.
También la labor del economista José Carlos Díez al frente de la ponencia económica le pasa ahora factura. Su perfil de consultor independiente ha quedado anulado por su afiliación al PSOE. Para acudir al congreso federal como delegado para defender la ponencia necesitaba el carné del partido, un requisito que ahora cuestiona su autonomía en la crítica a las políticas del Gobierno en las tertulias de las que era asiduo.
Díez seguirá asesorando a barones y busca nuevos horizontes internacionales
La impronta socioliberal con la que marcó el programa económico de Susana Díaz casaba mal con las aspiraciones de recuperar el espacio socialdemócrata de los militantes del PSOE, hastiados de la deriva socioliberal de las políticas socialistas de los últimos años y que encontraban en Díez un firme defensor.
“No comparto eliminar la palabra centro y dirigirnos sólo a los votantes de izquierdas. El 16% de nuestros votantes en junio de 2016 se autocalificaban de centro en las encuestas, al igual que cientos de miles de votantes que nos votaron en 2008 y han dejado de hacerlo. El PSOE siempre ha ganado las elecciones desde la izquierda y fiel a nuestros valores, pero mirando al centro”, ha explicado en su blog.
El gurú que no supo ver la crisis tampoco entendió en qué terreno se jugaban estas primarias y cuál era la línea ideológica y programática ganadora. Tras confundir becas con préstamos será difícil que encuentre espacio en el nuevo PSOE: hay demasiada potencia de fuego y vanguardia en materia de política económica y social como para que tengan la necesidad de requerir de sus servicios.
Eso sí, podrá seguir asesorando en la sombra a presidentes como Susana Díaz o Ximo Puig, mientras mantiene su empresa de asesoramiento y busca nuevos horizontes a nivel internacional en materias como la gestión del agua y el turismo.
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