La maquinaria electoral de las distintas formaciones políticas funciona ya a pleno rendimiento de cara a los comicios de la Comunidad de Madrid del próximo 4 de mayo, a pesar de que la campaña no comenzará oficialmente hasta el próximo 18 de abril. Isabel Díaz Ayuso se erige ya como la gran triunfadora de la noche electoral a la luz de todos los sondeos publicados hasta la fecha, aunque por el momento permanece alejada de la ansiada mayoría absoluta. Ese es precisamente el objetivo con el que ya se trabaja a contrarreloj no sólo dentro del equipo de la presidenta regional, sino también en el 13 de la calle Génova.
La aritmética política obliga, no obstante, a hacer compañeros de viaje no del todo cómodos. Si Ciudadanos no logra reactivar a su electorado con el 'efecto Bal', y tal y como apuntan ya algunos sondeos se quedan por detrás del 5% del voto necesario para entrar en la Asamblea, a Ayuso le quedará Vox como única opción para mantener la joya del poder territorial del PP. Y desde el núcleo duro del partido se lanza ya una advertencia a los de Santiago Abascal: no habrá puestos en el futuro ejecutivo autonómico para ellos y aseguran que, aún sin la mayoría absoluta, el gobierno de la Comunidad de Madrid será "monocolor" con el apoyo externo de los de Santiago Abascal, la misma fórmula que "funciona" en Andalucía y que ha operado también en la Puerta del Sol hasta el adelanto electoral.
"Vox está condenado a apoyar a Ayuso. No tienen otra opción", sentencian fuentes de la cúpula de Pablo Casado, que adelantan ya cuál será la posición oficial del partido ante una hipotética exigencia de estas características por parte de los de Santiago Abascal, que subrayan además de las consecuencias estratégicas de compartir un gobierno autonómico -y no cualquiera- con Vox cuando el presidente de los populares quiere incidir en el pretendido 'giro al centro' y en el discurso de la moción de censura como hoja de ruta del "nuevo" Partido Popular.
Las fuentes consultadas confirman que, en función de los resultados y llegado el momento, sí se puede explorar alguna "fórmula de colaboración" con Vox que no implique puestos en el ejecutivo, y se abre la puerta a realizar determinadas cesiones a la formación que en Madrid preside Rocío Monasterio. En Murcia, sin ir más lejos, los tres diputados expulsados de Vox han negociado con el gobierno de Fernando López Miras la implantación -con matices- del polémico pin parental a cambio de tumbar la moción de censura que habían pactado PSOE y Ciudadanos contra el ejecutivo popular en este territorio.
En público, la presidenta de la Comunidad de Madrid no ha descartado, al menos de momento, ningún escenario de pactos con Vox, ni siquiera su posible entrada en el ejecutivo madrileño si resulta finalmente vencedora tras el 4-M. "No sobra nadie si los ciudadanos han decidido que entren en las instituciones", se expresaba Díaz Ayuso en una comparecencia este mismo miércoles, aunque sí ahondaba en que "hay pactos mucho más beneficiosos" para los madrileños que el de una posible disputa por los sillones.
El partido que dirige Pablo Casado, quien estará también muy presente en la campaña madrileña tal y como hizo en las pasadas autonómicas catalanas, maneja ya unas encuestas internas que allanan el camino de ese ejecutivo "monocolor", pero Ayuso se queda aún "muy lejos" de la mayoría absoluta. Según sus cálculos, el PP "está muy fuerte" y la líder madrileña podría escalar "sin problema" hasta los 60 escaños, pero aún necesitaría nueve más para alcanzar la mayoría absoluta. Vox no crece respecto a las anteriores autonómicas, por lo que se quedarían con entre 12 y 13 escaños. "Ni siquiera tendrían que prestarnos todos", comentan en la dirección del PP.
Ciudadanos, por contra, no entraría en la Asamblea al no lograr rebasar la barrera del 5%, por lo que el pacto con la formación liberal a pesar de la ruptura expresa entre Casado y Arrimadas por el intento de 'opa' del primero sobre la segunda, y no se tiene en cuenta el 'factor naranja' en los cálculos que ya ha abierto Génova para conservar el poder en Madrid. Comentan además que el 'efecto Iglesias' no hace sino diluir la presencia de Vox y "empujar el voto útil" hacia Díaz Ayuso. La polarización política juega también en contra de los liberales, que han lanzado la candidatura de una de las caras más visibles del partido, la de Edmundo Bal, como última bala de Ciudadanos para evitar la desaparición.
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