El ex director del FBI James Comey ha evitado pronunciarse sobre si el presidente, Donald Trump, cometió obstrucción a la justicia al pedirle que abandonara la investigación abierta contra el entonces asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, por sus contactos con Rusia y ha dado a entender que el fiscal especial encargado del caso, Robert Mueller, es quien debe determinarlo.
"Esta administración ha elegido difamarme a mí, y lo que es más grave, difamar al FBI diciendo que el FBI estaba en ruinas. Eran mentiras. Simplemente. Me produce tristeza que el FBI y el pueblo americano hayan tenido que escuchar estas mentiras", ha dicho Comey.
Comey se ha referido al encuentro mantenido con Trump en la Casa Blanca en el que éste le pidió, según su versión, que dejara de investigar a Flynn, durante su esperada comparecencia ante la Comisión de Inteligencia del Senado.
"Había una investigación criminal abierta en relación con los contactos rusos y los contactos en sí mismos", ha recordado el exdirector del FBI respecto al momento en que se produjo el encuentro, al ser preguntado por su opinión respecto a la actuación de Trump.
"No creo que me corresponda a mí decir si esa conversación que tuve con el presidente fue un esfuerzo de obstruir", ha sostenido, afirmando que para él fue algo "muy preocupante". "Pero esa es una conclusión en la que estoy seguro que el fiscal especial trabajará con el fin de averiguar la intención y si hubo delito", ha añadido.
En cuanto ha acabado la comparecencia de Comey, la Casa Blanca ha reaccionado. Sarah Huckabee, la portavoz, ha dicho: "Puedo decir definitivamente que el presidente no es un mentiroso y francamente me siento insultada por el cuestionamiento".
'Era importante documentar las conversaciones con Trump'
Por otra parte, ha explicado que decidió poner por escrito el contenido de sus encuentros con Trump porque "por la naturaleza de la persona" temía que "podía mentir sobre la naturaleza de nuestra reunión".
"Por eso pensé que sería importante documentarlo", ha añadido, aclarando que tanto con Barack Obama como con George W. Bush, los dos predecesores de Trump, nunca sintió la necesidad de dejar por escrito lo hablado.
"Sabía que podía llegar el día en el que podría necesitar un registro de lo ocurrido, no solo para defenderme sino para defender al FBI y nuestra integridad como institución y la función investigadora independiente", ha añadido.
Precisamente, Comey ha explicado que una de las cosas que más le han molestado de su cese han sido las "cambiantes explicaciones" que se han dado sobre los motivos para apartarle del cargo.
En este sentido, ha dicho que cree que su salida del FBI vino motivada por su gestión de la investigación sobre Rusia, teniendo en cuenta lo dicho por Trump.
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