Las mejores escuelas de negocio españolas han incrementado la inversión en soluciones tecnológicas con el fin de ajustar sus programas para mejorar la calidad de la enseñanza ‘online’.
La pandemia ha supuesto un revulsivo en el mundo de la educación, que ha llevado a muchas escuelas y universidades a reinventar sus procesos e incrementar la inversión en soluciones tecnológicas que apoyen su transición al aprendizaje ‘online’.
Rankings como los de The Financial Times y The Economist, o EdUniversal en España, eligen cada año las mejores escuelas de negocios a nivel mundial, entre las que destacan numerosos centros españoles, como IESE Business School, Esade Business School de Barcelona, EADA Business School y ESIC Business and Marketing School.
De hecho, IESE Business School encabeza un año más el Top 50 de mejores escuelas de negocios a nivel mundial, según The Financial Times y The Economist, por encima de otros centros internacionales como HEC Paris Business School (Francia) o el Stephen M. Ross School of Business (EE.UU.).
El plagio se ha convertido en una preocupación cada vez mayor para las instituciones de educación superior de todo el mundo. Cuando no se implementan las medidas preventivas necesarias para evitarlo, esta forma de mala conducta se convierte rápidamente en una amenaza para su reputación y buen nombre, afectando también a las perspectivas de futuro de los estudiantes.
En España, los centros educativos ya están trabajando para combatir y corregir estas prácticas entre los estudiantes. Una prueba de esto son las investigaciones que la Inspección de Servicios de la Universidad de Granada realizó, el pasado mes de febrero, tras detectar plagio durante los exámenes ordinarios del primer cuatrimestre.
Ante este nuevo escenario, las escuelas de negocio tienen en común una estrategia: la utilización de herramientas tecnológicas como, por ejemplo, Turnitin que permiten salvaguardar la integridad académica, garantizar el éxito estudiantil y potenciar los valores de la enseñanza y la comunicación efectiva entre profesores y alumnos.
Con este tipo de herramientas, los educadores pueden estar seguros de que los estudiantes se involucran realmente en su educación, potenciando el pensamiento crítico y escribiendo con integridad en trabajos y exámenes.
El Gobierno de España se ha sumado recientemente a esta preocupación, anunciando que la nueva Ley de Convivencia Universitaria perseguirá y castigará el plagio, consciente del efecto negativo que esta práctica supone en la reputación de la educación superior en España, por lo que es de esperar que cada vez más universidades y escuelas opten por este tipo de herramientas tecnológicas.
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