Del escenario a la tribuna televisiva, Mimi Doblas Muñoz (1992) es un combustible inagotable de música y baile. Como los felinos, ha tenido la oportunidad de vivir varias vidas, todas ellas conectadas por su ímpetu de aprendizaje. La primera fue en Fama ¡A bailar!, el concurso que convirtió a los amateurs de la danza en profesionales del ritmo. La segunda vino en Operación Triunfo, donde aunó el canto con el movimiento. La tercera, y actual, la convierte en una de las principales referencias urbanas del panorama musical nacional.
Saluda a El Independiente mientras pregunta el calendario de eventos a su manager: una larga lista de obligaciones conformada a por meetings, entrevistas y conciertos, entre los que se encuentra el del próximo 27 de mayo de la mano de Vodafone yu Music Shows, un escenario virtual por el que ya han pasado coetáneas como Ana Mena o Bad Gyal.
Sigue luchando contra gigantes para eliminar la etiqueta de “primera expulsada” que le tatuaron junto a su nombre después de que Operación Triunfo decidiera renovar sus aires en 2017, y continúa abroncando a los medios que insisten en preguntar sobre la clave de su éxito a pesar de no haber obtenido la completa formación que otorga la academia a sus participantes. "No quiero que los artistas que están empezando piensen que el criterio de OT tiene algún poder por encima de lo demás", afirma contundente a este medio.
Tras numerosos éxitos musicales que nunca pensó que "podría hacer", aprecia los toros desde la barrera en The Dancer, el nuevo concurso de baile de La 1 en el que, por primera vez, Mimi no marca el ritmo del compás desde el escenario, sino como voyeur en la grada.
Pregunta.- Has pasado de participar en concursos de televisión a formar parte de su jurado. ¿Qué sientes al ver en The Dancer a gente que comparte el que, hace no mucho, también era tu sueño?
Respuesta.- Esto ha sido la oportunidad de mi vida a nivel personal, porque tras tantos años dando clases de baile ahora puedo hacer algo por alguien, puedo dar visibilidad a un concursante y puedo darle consejo.
P.- ¿Qué les dirías a los jóvenes que quieren dedicar su futuro al arte?
R.- Que estudien, que ahorren y que si alguien les dice ‘no’, que piensen ‘vale, por lo menos me lo he currado’. A mí lo que me ha dado más tranquilidad en la vida ha sido interesarme por todo para estar preparada cuando llegue la hora de la verdad.
P.- ¿Cómo ha sido la reconciliación televisiva con Rafa Méndez?
R.- Me hace gracia que digáis reconciliación. Más bien el reencuentro. Nosotros éramos colegas, lo he dicho en todas las entrevistas. Yo le pedí consejo antes de entrar en Operación Triunfo, por ejemplo. El reencuentro profesional ha sido muy guay porque todos teníamos muchas ganas de verle en televisión otra vez. Rafa Méndez es una persona insuperable, es auténtico, es un showman.
P.- Méndez fue muy duro contigo durante tu paso por Fama. ¿Le consideras un mentor?
R.- Rafa era súper exigente conmigo en Fama. Después me dijo que me metía caña porque en el fondo le gustaba. Me veía atontada con cosas de niña de 18 años que acababa de salir de un pueblo pequeñísimo de Granada donde no había tanto baile. Estaba flipando con mis compañeros antes que compitiendo y claro, él lo que quería era darme caña. Lo que pasa es que simplemente hay gente que no funciona en los talents. Yo he estado en varios, pero sigo pensando que no soy una artista de talent show. Aprecio la exposición y el escaparate que te dan, pero competir no se me da bien. Yo puedo estar a gusto cuando hago mis cosas, cuando canto mis canciones, cuando controlo todo lo que pasa a mi alrededor, pero los talents te plantean retos y cosas que, aunque ellos creen que son lo mejor para ti, quizá no son lo que tú eres.
P.- Dices que no eres artista de talents. Cuando te conviertes en la primera eliminada de Operación Triunfo, ¿qué se pasa por tu cabeza?
R.- Cuando salí tuve una época oscura y de incertidumbre. Llevo toda la vida dedicándome al arte, no he trabajado de nada más y tengo que pagar mi piso. Llamaba a la discográfica y les decía ‘mira, decidme qué coño va a pasar porque no soy una nini, mis padres no me van a mantener’, y pasaba el tiempo y era una impotencia muy jodida. Yo solo sé trabajar, no puedo estar en mi casa, me da mucha ansiedad cuando no estoy siendo productiva. Al final hubo gira con Operación Triunfo y supe que iba a tener unos pequeños ingresos, que no fueron muchos y no me importa contarlo, pero sabía que iban a ser algo.
Lola Índigo: "El respeto que me merezco no se mide por la cantidad de tela que llevo en el cuerpo. Me da rabia que la gente se escandalice con un pezón".
Foto: Ignacio Encabo
P.- ¿Alguna vez has querido renegar de la etiqueta OT (Operación Triunfo) que alguno de tus compañeros ha insistido en eliminar tras su paso por el programa?
R.- No me molesta en absoluto, soy defensora de estos formatos porque como escaparate son lo más y llegas a un target al que quizá no llegas a través de otras plataformas. Lo que me sigue molestando es la continua pregunta de qué se siente al haber sido la primera expulsada. Primero, ya no lo siento porque hace tres años que pasó. Segundo, ¿por qué tiene que ser relevante si hay gente que no ha pasado por ese formato y tiene una carrera musical? Te puedo poner un montón de ejemplos de gente que ha pasado por La Voz y tiene un montón de éxito sin haber llegado ni a la final ni a las batallas. Sin ir más lejos, Belén Aguilera. ¿Quién no ha pasado por un talent en este país? No quiero que los artistas que están empezando piensen que el criterio de OT tiene algún poder por encima de lo demás.
P.- Reivindicaste que Karol G, entre otras artistas, no había sido nominada en los Billboard Music Awards de 2020 en las grandes categorías de la música latina a pesar de que su Tusa había bombardeado cada altavoz y discoteca. ¿Sentís que estos géneros, que además tienen cierta lacra machista, no os valoran como artistas? ¿Está la mujer un escalón por debajo dentro del universo urbano?
R.- Es un pescadito que se muerde la cola, porque cada vez que lo digo salta gente diciendo que estoy lloriqueando. Solo buscamos que haya una igualdad. No hace falta que te vayas a los Billboard, es que en los premios españoles pasa igual. Hace poco en unos premios dijeron, como defendiéndose, que un 25% de los nominados eran mujeres. Eh, ¿gracias? ¿Qué se supone que te tengo que decir ante esa respuesta? Hay un movimiento emergente de mujeres haciendo música brutal. Te voy a poner ejemplos porque me encanta hablar de mis compañeras: Ptazeta, Bad Gyal, Nathy Peluso, Rosalía, Aitana… En España hay mucho power femenino, hay chicas con mucho talento y con propuestas muy interesantes, si no lo están valorando es porque algo no está funcionando.
P.- ¿Juzga el público a las artistas por la ropa que llevan en sus videos o apariciones?
R.- El respeto que me merezco no se mide por la cantidad de tela que llevo en el cuerpo. Ni siquiera te tienes que ir al culo, también está el tema del pecho. Una cosa que me da mucha rabia es que la gente se escandalice porque ve un pezón. Estamos totalmente sexualizadas. Muchas veces enseño mi cuerpo solo para que se vea la línea del baile, para que se aprecie bien el movimiento o simplemente porque me apetece.
P.- ¿Qué influencias musicales van a marcar tu próximo sonido?
R.- El nuevo disco son todas las referencias que tenía cuando era niña, todas las mujeres que quería ser: Gwen Stefani, Ciara, Christina Aguilera... El sonido, dentro de que tiene mucho de lo que se conoce de mí, está muy empapado de ese pop de la diva de los 2000. Creo que este nuevo álbum es más rosita que Akelarre, que era mucho más dark: era una época en la que yo reivindicaba mi lugar porque sentía que eso era lo que se esperaba de mí. Amo Akelarre, pero siento que me he descubierto un poco más y he vuelto a la raíz para entender lo que quiero ser hoy. Y ojalá la gente lo entienda así.
P.- El single que más captura la esencia de Lola Índigo hasta la fecha.
R.- De las que han salido, Mujer Bruja.
P.- ¿Una colaboración deseada?
R.- Lo quiero pensar muy bien porque luego la lío (ríe). Me gustaría mucho colaborar con Craig David. Ptazeta, me mola su rollo y Dellafuente, que es de la tierra. Con Rvfv voy a repetir, porque es una bomba. Nathy Peluso, creo que comparte muchas cosas conmigo en su manera de afrontar el trabajo, es muy especial. Se podría decir que es la Amy Winehouse de la música urbana.
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