Puigdemont, que se ha ido convirtiendo en un ser ridículo y casi imaginario, como un Umpa Lumpa, ya tiene a los suyos en la calle llamando botiflers a los de Esquerra y deseando que Junqueras, el fraile de pan basto, se pudra en la cárcel. El independentismo catalán es una guerra de sectas, pero ya ni siquiera por la pureza de la causa, sino por el poder, por los sillones no de hechicero sino de contable. La negociación es imposible porque el que huyó vestido de lagarterana quiere imponer su corte de peluquines y Esquerra no quiere ser un mayordomo en la cena. Puede haber repetición de elecciones mientras se insulta a los que antes eran mártires como si fueran maderos jerezanos bajados del Piolín.
Te puede interesar
-
Junts descarta apoyar una moción de censura liderada por Feijóo con el concurso de Vox
-
Las agresiones sexuales crecen un 6,3% y una de cada diez son violaciones grupales
-
Podemos apoya el paquete fiscal del Gobierno bajo el compromiso de aprobar el impuesto energético
-
Podemos arrincona al Gobierno con la votación de la reforma fiscal
Lo más visto
- 1 El primer gran 'servicio' al PSOE de David Broncano
- 2 Alcampo prevé una Navidad con más consumo tras la inflación
- 3 Aldama, lavativa de la cárcel
- 4 Marlaska dio a Aldama con la Orden del Mérito de la Guardia Civil
- 5 El 'Aldamazo': El 'caso Koldo' coge vuelo y alcanza a Montero, Ribera y Cerdán
- 6 Nueva ley 'antiokupas' aprobada por el Congreso
- 7 El inspector jefe de los 20 millones se reunía al lado de la Jefatura
- 8 Cena de Delcy con sorpresa... y la sorpresa era Pedro Sánchez
- 9 Entrevista a Koldo: "Aldama me pidió una foto con el presidente"