Celia Cánovas Essard (Barcelona, 1966), exsenadora de Podemos, declarará el próximo jueves como testigo del caso en el que se investiga a la formación morada por presunta financiación ilegal.

Cánovas, que denunció el supuesto uso irregular de la caja de solidaridad del partido en la que los cargos electos, como ella, depositaban sus donaciones, se personó en el caso Neurona como perjudicada de presunta administración desleal. Afirmó que nunca se le justificó a qué proyectos sociales fue a parar su dinero.

La abogada, muy crítica con los dirigentes de Podemos, fue senadora entre 2016 y 2019 cuando, acabada la legislatura, "no quise saber nada más del partido", afirma en conversación con El Independiente. El próximo jueves 3 de junio tendrá que verse las caras con sus representantes en sede judicial. El juez Juan José Escalonilla considera que tiene un "conocimiento directo" sobre los hechos investigados y por eso quiere escucharla como testigo. Podemos presentó un escrito oponiéndose a su declaración al considerar que tiene un "conocimiento nulo" y "abierta animadversión" a Podemos y sus dirigentes. Afirma estar dispuesta a contar todo lo que sepa.

Pregunta: ¿Qué información de interés puede aportar a la investigación?

Respuesta: Soy acusación particular en la causa y en principio voy a declarar como una testigo de las cosas que a mí me afectan, no de todo el proceso porque hay muchas cosas de éste que desconocía y que me han causado gran decepción. De ahí mi personación. Entiendo que tengo todo el derecho a personarme como cualquier otro inscrito, militante o ex cargo del partido. Vox pidió mi declaración y voy con la obligación de decir la verdad, lo que se, y así lo haré.

P: ¿Por qué cree que Podemos se opone a su declaración?

R: Pensarán que voy a mentir, pero no lo voy a hacer. He vivido experiencias personales en el Senado, he estado casi cuatro años conviviendo con ciertas circunstancias que también conoció el letrado que lleva la defensa de Podemos porque fue asesor del grupo parlamentario. Yo me quejé de ciertas cosas y él escuchó mis quejas. Quizá sepa que voy a decir cosas que no le gustará oír.

Dije ante la prensa que no me parecía bien que Iglesias abrazase a un candidato y al resto ni siquiera se dirigiera. A partir de entonces, se me tachó

P: ¿Cuáles fueron esas quejas?
R: Cuando me presenté como candidata a secretaria general del partido aquí en Cataluña, contra Xavier Domenech, hablé claramente sobre cosas de las que otros no se atrevían. Dije ante la prensa que no me parecía bien que Iglesias abrazase a un candidato y al resto ni siquiera se dirigiera. A partir de entonces, se me tachó. Un senador amigo de Ramón Espinar y otras personas se encargaron de hacerme la vida imposible en el Senado y a utilizar todos los medios a su alcance, que en parte estaban sufragados con mi sueldo puesto que donaba una parte al partido, para ningunearme y desprestigiarme. Esto se me hacía expresamente por orden de ciertas personas. Vi que me estaban castigando porque opinaba de manera diferente. Yo era senadora de base, soldado raso, la última de la fila. Encima de mi había otros y luego la dirección del grupo parlamentario, que eran cuatro. Entre ellos se lo guisaban y se lo comían. Ellos hacían fotos, vídeos para promocionarse y a mi nada de nada. En cambio, me mandaban a pagar donaciones igual que otros. Me di cuenta de que no había igualdad de trato, que además cada uno donaba lo que quería o podía. En concreto, me consta que otro senador donaba menos que yo. Nadie nos decía qué importe donaba cada uno.

No se publicaba nada en el portal de transparencia del partido, no teníamos información sobre qué gastos había, qué partida iba a fines sociales, nada

P: ¿Pidió estar personada en la causa al percibir irregularidades en el uso de la caja de las donaciones del partido?

R: Nunca nos han justificado dónde iba el dinero de las donaciones. Únicamente una vez pidieron voluntarios para elegir a qué entidades sociales destinaríamos una donación. Me ofrecí voluntaria y también otro senador del País Vasco. Él escogió una asociación de Euskadi y yo una de Cataluña, creo recordar que eran asociaciones de mujeres maltratadas y contra el maltrato animal. Ahí fue la única vez que participamos en el conocimiento del reparto, la única vez que se nos dijo por parte de la dirección del grupo: "aquí tenéis este dinero para que los senadores decidáis a dónde va". No se publicaba nada en el portal de transparencia del partido, no teníamos información sobre qué gastos había, qué partida iba a fines sociales, nada. He visto que cuando me giraron los primeros recibos, la mitad se destinaba a un proyecto que se llamaba Impulsa. El primer año que hice donaciones, supuestamente se repartía el 50% de mi donación a Impulsa. Después han publicado las cuentas de 2016 y 2017 y no he visto nada destinado a una asociación que se llame así. Por eso quiero saber, y de ahí que esté personada, a dónde ha ido mi dinero. Porque si un año doné 14.000 euros, 1.000 euros al mes incluidas las pagas de diciembre y verano, 7.000 deberían haber ido a Impulsa. Quiero saber dónde están esos 7.000 euros. No entiendo por qué se me ponen tantas pegas para todo.

P: ¿Cuándo le saltaron las alarmas de que las donaciones podían estar siendo destinadas a fines distintos a los declarados, como denuncia?
R: Tras la Asamblea Ciudadana en la que ganó el sector 'Pablista', Errejón quedó arrinconado y cambió la Ejecutiva del partido, recibí un mensaje de Telegram de Gloria Elizo, exsecretaria de Acción Institucional, en el que me decía algo así como 'hemos comprobado que estás donando 1.000 euros al mes y tienes que donar más. Somos estrictos con la normativa y sólo puedes cobrar tres salarios mínimos'. Yo había llegado a un acuerdo con la anterior Ejecutiva para donar ese dinero porque soy abogada con 30 años de experiencia, tengo mi despacho, perdía dinero al estar dedicada a la política y pacté en su momento que iba a donar 1.000 euros al mes más la misma cantidad en diciembre y verano.

El partido dejó de girarme recibos para presionarme como el dueño de los pisos de alquiler que quiere echarte

Me dijo que estaría hasta octubre pagando 1.000 euros y después regularizaría la situación. Le dije que creía que no era justa porque había pactado eso con el partido y no podía cambiar los términos cada vez que hubiera una nueva Ejecutiva. Me pidió que hiciera un escrito explicando cuáles eran mis gastos personales, mis razones, rebajándome hasta unos términos considerables. Me arrepiento, pero está hecho. Aún así, me dijeron que no. A partir de entonces, el partido dejó de girarme recibos para presionarme como el dueño de los pisos de alquiler que quiere echarte. De esta manera, estás como en falso en el partido. Si te quieres presentar a algún cargo no puedes, porque tienes que estar al corriente y te pueden abrir un expediente disciplinario. Me consideré maltratada.

El encargado de girar las facturas me giró 7.000 y pico euros sin avisarme y me dejaron la cuenta en 5.000 euros negativos. Devolví los recibos porque me habían dejado en negativo y pedí a Elizo que no me enviara más al cobrador del frac, que me aceptara los 1.000 euros al mes o me diera la cuenta del partido para hacer los ingresos yo. Le dije que si no convocaría a la prensa para contar que no me aceptaban las donaciones y que, como sobra el dinero, las donaría a los círculos. Al día siguiente tenía la cuenta del partido. Hice transferencias por 4.000 o 5.000 euros y después dije: 'Se acabó'. Al año siguiente me mandaron un certificado de donaciones en el que me dijeron que en 2019 había donado 5.000 euros cuando en realidad había donado 3.000 un año y 2.000 otro. Me llamó mucho la atención.

Por esas fechas me enteré de la denuncia de José Manuel Calvente y quise saber qué estaba pasando porque desde el Senado no se nos daba información y tampoco se decía a las bases a dónde iba el dinero. Consideré muy fuerte todo lo que estaba relatando Calvente, al que conocía porque sabía que era abogado del partido desde el principio. Consideré que para que hiciera esas declaraciones debía ser muy gordo lo que estaba pasando, entre el círculo de juristas del partido fue un shock su denuncia.

P: ¿Cuándo dejó el partido?

R: Sigo inscrita, pero cuando dejé de ser senadora, no quise saber nada más.

P: ¿Después de esos encontronazos y denuncias, hubo alguna represalia por parte del partido contra usted?
R: La represalia era la ignorancia, tenerme completamente aislada, soltar rumores absolutamente falsos e injuriosos sobre mi persona en las redes sociales. Difundían bulos y mentiras, barbaridades como que llegaba borracha al Senado, que me dormía allí... Unos disparates muy gordos de los que me enteré después. Lo comentaban a mis espaldas. Ahí es cuando dije: '¿Yo qué hago en este partido?'. 'No merezco estar aquí'. Me quité un peso de encima cuando me fui del Senado. Fue uno de los motivos, unido a otras cosas, que me llevaron a dejar de donar. Por eso estuve casi un año, el último, sin donar.

P: Desde la distancia, ¿qué opina de la marcha de Pablo Iglesias?
R: Creo que ya estaba prevista. No tiene sentido que un vicepresidente, que era algo que tanto anhelaba, deje todo. Está viendo quizá que le queda poco futuro al partido. Creo que ha sido una gran decepción a una oportunidad histórica que había para cambiar cosas y se ha convertido en un partido normal, como el PP o el PSOE.

Podemos es Montero e Iglesias. Si le quitan a cualquiera de los dos se termina porque no han dejado que haya opiniones, que haya congresos…

Es un partido además con un sistema muy estalinista, muy vertical, muy de mando. No hay democracia dentro del partido. Voy viendo las trampas, cómo se montan las elecciones para elegir a quien se quiere y no me gusta nada. Yo me molesto en leerme los estatutos, los reglamentos y veo que para cada elección montan un reglamento especial para que la persona elegida pueda ganar y el resto no tenga ninguna opción. Pablo Iglesias está viendo que tiene muchos frentes judiciales abiertos y el partido está condenado a su fin, le queda muy poquito.

Podemos es Montero e Iglesias. Si le quitan a cualquiera de los dos se termina porque no han dejado que haya opiniones, que haya congresos…No se ha hecho nunca en el partido un verdadero debate. Iglesias se ha anticipado a lo que pueda venir y no tiene necesidad económica del tormento que supone ser vicepresidente. Creo que esto va a terminar muy mal. Se hizo una asamblea el año pasado y se hace otra este año con un calendario súper ajustado. Se dice que la candidata es Ione Belarra, amiga íntima de Montero, que estaba en el Consejo de Coordinación y en el Ministerio por eso. Es buena chica pero no tiene experiencia ninguna. Belarra es conocida y el resto de candidatos no, por lo que no tienen opciones. No hay censo de electores. Estos dos últimos ejemplos claman al cielo. Esta señora va a ser elegida secretaria general y esto son demasiadas irregularidades a nivel de elecciones para taparlas tanto. La gente se está cansando de todo esto.

P: ¿Volvería a la política?
R: Volvería a la política, siempre me ha quedado el gusanillo de hacer algo bueno por la gente, pero no me han dejado desde el partido. Me gustaría crear algo nuevo y tener ese apoyo para hacerlo que es muy difícil de conseguir. Ahora mi profesión, que soy abogada, es lo primero. Y que me dure muchos años, porque es lo que me gusta. A pesar de todo, ha sido una experiencia maravillosa y creo que los ciudadanos deberían pasar por esto para ver lo que son las instituciones, que creo que están muy alejadas de la gente. Gracias a lo que he vivido puedo decir que no quiero a estos políticos y no quiero esta política. Es una pena que Podemos no haya aprovechado este tren tan grande que ha dejado pasar.