Susana Díaz anda por los pueblos de Andalucía con camisetilla y mucho acento (el acento a veces se gradúa como el abrazo). Está en unas primarias de morir y de besar y de llamar a todos “canijo”, o sea compadre, colega, quillo. Susana siempre ha sido campechana y pegajosilla como una reina castiza, pero no conquistaba a los militantes con zalamerías ni retórica, sino con hechos, pactos, cosas tangibles y fungibles que ella parecía llevar siempre encima, como las piruletas de los pervertidos. Aún le quedan, aunque no tantas como a Sánchez, que ya va sólo con caramelos y gabardina. Lo que pasa es que el presidente es alguien que no tiene partido, sino camarilla, y además ha perdido ya ese caprichoso favor que los dioses otorgan a los guapos. Susana puede parecer que sólo vende papeletas de una rifa o que va por los pueblos encalando, pero el sanchismo está nervioso. Tienen a un candidato que es un mandado y saben que Andalucía no va a funcionar como otra pianola de Iván Redondo.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Entrevista a Koldo: "Aldama me pidió una foto con el presidente"
- 2 Alcampo prevé una Navidad con más consumo tras la inflación
- 3 El 'Aldamazo': El 'caso Koldo' coge vuelo y alcanza a Montero, Ribera y Cerdán
- 4 Cena de Delcy con sorpresa... y la sorpresa era Pedro Sánchez
- 5 Broncano explota contra 'El Hormiguero' tras dejarle sin invitado
- 6 El inspector jefe de los 20 millones se reunía al lado de la Jefatura
- 7 Torres anuncia una demanda conjunta del PSOE contra Aldama y acusa a Feijóo de ser "portavoz de un delincuente confeso"
- 8 Aldama, lavativa de la cárcel
- 9 Nueva ley 'antiokupas' aprobada por el Congreso