Las inopinadas palabras del presidente de la CEOE, dando la bienvenida a los indultos de los dirigentes independentistas condenados por el Tribunal Supremo, allana al Gobierno un camino que se presumía lleno de espinas y parece ir captando cada vez más adeptos. Antonio Garamendi terminó este jueves de dar el plácet a una decisión que genera rechazo entre amplios sectores sociales -según distintos sondeos realizados en las últimas fechas- pero sobre la que cada vez hay menos críticas públicas a excepción de los partidos de centro-derecha del Congreso de los Diputados.
Moncloa parece haber ganado la batalla del relato en un asunto tan controvertido. Y para terminar de rematarlo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acudirá el próximo lunes al Liceo barcelonés para explicar ante 300 personas la concesión de esta medida de gracia y sus planes para Cataluña, según adelantó La Vanguardia.
Moncloa ha invitado al govern a la conferencia de Sánchez en el Liceo
Moncloa está invitando a contrareloj al govern, diputados, alcaldes y representantes del mundo social, mediático, cultural y económico de esta Comunidad. Y todo ello en lo que pueden ser las vísperas de la concesión de los indultos si se confirma la fecha que el Ejecutivo le ha dado a ERC para que el próximo martes 22 pasen ya por la mesa del Consejo de Ministros para su aprobación.
Bajo el título "Reencuentro: un proyecto de futuro para toda España", el presidente del Gobierno insistirá en las ideas que viene reiterando en los últimos días, esto es, la necesidad de «reparar un desgarro emocional», pedir un voto de confianza para hacer "un gesto de magnanimidad" y, sobre todo, marcar el mensaje de que esta decisión no es en beneficio de los indultados sino que atiende al interés general para "construir convivencia" y cerrar la herida de varios años de confrontación.
El líder de la patronal española no es el único que ha dado un voto de confianza a los indultos a pesar de que haya tenido que matizar que la CEOE, como organización, no se posiciona ni a favor ni en contra. El empresariado catalán también se ha abonado a las tesis proindulto. El presidente del Círculo de Economía, Javier Faus, lo formuló el pasado miércoles como una "oportunidad para la concordia”, aunque sus palabras iban más dirigidas al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, para que recogiera ese guante con el que superar, dijo, los diez años de "parálisis" de Cataluña.
Respaldo de la Iglesia
Que la iglesia catalana apoye la medida de gracia tampoco es una sorpresa, puesto que lo ha hecho en otras ocasiones, pero ayuda a los propósitos del Gobierno. Además, no sería la primera vez que ofrece sus templos para actos independentistas, celebrados todos ellos con un cierto tufillo a "nacionalcatolicismo".
La Conferencia Episcopal Tarraconense, que es la que representa a las diócesis catalanas, emitió un comunicado este jueves para apostar por "la fuerza que tienen el diálogo y las medidas de gracia en todas las situaciones de conflicto». Pero más allá del estricto ámbito de Cataluña, hay que recordar que el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, es vicepresidente de la tarraconense, lo que puede ser interpretado como un apoyo más amplio de la Iglesia.
Además, el Partido Popular dio este miércoles una baza al Gobierno durante el debate y votación de una moción contra los indultos, destinada, según su estrategia, a que todos los Grupos representados en la Cámara Baja "se retratasen". Y dio esa baza a Sánchez porque el hemiciclo votó mayoritariamente en contra de impedir la medida de gracia. El Ejecutivo recabó más votos, 190, que los conseguidos en la investidura de Sánchez porque se sumaron ERC, Junts, CUP y el Pdecat. Y ello a pesar de que, públicamente, reniegan de los indultos para apostar por la amnistía, no contemplada en nuestra Constitución.
El PSOE castellano-manchego cree "no hay un contexto favorable"
Quienes no parecen haber cambiado de opinión son los socialistas castellano-manchegos capitaneados por Emiliano García-Page. PP y Ciudadanos forzaron ayer un debate sobre los indultos en la Cámara autonómica donde no faltaron los enfrentamientos con la oposición, pero en la que el PSOE señaló que "no hay un contexto favorable" a la concesión de los mismos. El diputado socialista Fernando Mora admitió sus propias dudas, pero criticó la estrategia de "agitación" de populares y naranjas.
Moncloa arguye que la concesión de la medida de gracia responde a una profunda "convicción" de Sánchez para normalizar la situación en Cataluña, incluso si no hubiera gestos de la otra parte. Pero tanto la carta del líder de ERC, Oriol Junqueras, como la, por otro lado, tímida presencia de Pere Aragonès en un acto junto a Felipe VI, -demonizado por el independentismo desde su discurso del 3 de octubre de 2017, en el que señaló el camino a Rajoy para la aplicación del artículo 155- son señales de que el govern "va amoldándose" a la nueva situación, según dicen en el entorno de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.
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