Desde el minuto en que comenzó la campaña de las elecciones madrileñas, la estrategia de Isabel Díaz Ayuso fue la de presentarse desde Madrid como auténtica "alternativa" a Pedro Sánchez, con un discurso propio y diferenciado en muchas ocasiones del de la dirección nacional del partido con el que logró atraer a la mayoría de votantes de Ciudadanos, que desapareció el 4-M, pero también a un puñado importante de electores de Vox. Esa transversalidad de la baronesa por excelencia del PP para pescar en distintos caladeros ideológicos aparece también reflejada en la composición de su nuevo gobierno. Y no sólo entre los dirigentes de primera línea.
Para los dos años restantes de legislatura, Díaz Ayuso ejecutó un gobierno de corte continuista, renovando en el cargo a los seis consejeros que le habían acompañado en su experiencia de coalición con Ciudadanos y sumando a esa lista a otros tres mandatarios: Carlos Izquierdo, Concepción Dancausa y Marta Rivera de la Cruz. En esa lista siguen estando presentes 'aznaristas' declarados o perfiles del ala más conservadora, como es el caso de Javier Fernández-Lasquetty, actual consejero de Economía y Hacienda y ex secretario de FAES; o David Pérez, actual líder del departamento de Vivienda, que en su día protagonizó algún enfrentamiento con Cristina Cifuentes. Es preciso subrayar en este punto el nombre de Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Díaz Ayuso, el hombre detrás del éxito del ex presidente del Gobierno, José María Aznar.
Y el alma más conservadora del PP convive en primera línea con una ex dirigente que ostentaba el carné de Ciudadanos hace tan sólo unos meses: Marta Rivera de la Cruz, quien ha mantenido su puesto como consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid pese a que quien confió en ella en 2019 fue el ex vicepresidente regional, Ignacio Aguado. Otro nombre importante a la par que polémico es el de Concepción Dancausa: fue presidenta de la Asamblea de Madrid de 2007, y trabajó tanto con Esperanza Aguirre como con Alberto Ruiz Gallardón para ser designada en 2015 delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid por Mariano Rajoy.
Su nombramiento ha despertado recelos en algunos sectores de la oposición que ven en su fichaje como consejera de Familia y Políticas Sociales una maniobra velada con Vox, bien para apaciguarles o bien para desactivar su discurso. Sobre todo porque, en la presente legislatura, Dancausa será la encargada de defender la posición del PP en asuntos sociales tales como el feminismo, las leyes LGTBi o la inmigración, y el discurso de esta dirigente en esta materia más se acerca al de Vox en muchas ocasiones que al de los sectores más moderados del PP. La última polémica se produjo hace sólo unos días, cuando la nueva consejera habló en la Asamblea de personas "con" LGTBi. "Debe pensar que se pega como el sarampión", criticaron desde la izquierda.
En la lista de dirigentes cercanos a Vox debe aparecer otro nombre: el de Rafael Núñez Huesca, que volvió a concurrir en las elecciones del 4-M como número 49 en las listas. Este periodista fue coordinador provincial de Vox en Alicante y, según se atribuye a sí mismo, es el "inventor" de la marca del partido de Santiago Abascal, con el que mantiene una buena relación. Ayuso ya tendió lazos con él en 2019, cuando le fichó como asesor. Esta operación se ha repetido en el presente y Núñez Huesca ha vuelto a ponerse a las órdenes de la presidenta madrileña en su shadow cabinet particular, desde el que contribuye a la elaboración y perfeccionamiento de su estrategia política.
Dentro de la consejería de Presidencia, a las órdenes de Enrique López, trabaja el ex diputado nacional José Francisco Herrera Antonaya, quien también ejerce funciones de asesoría con la presidenta de la Comunidad de Madrid. Los lazos de Antonaya con el 'aznarismo' resultan evidentes con sólo leer su currículum. Fue diputado en el Congreso entre 1997 y 2004 y portavoz adjunto del Grupo Popular en la Cámara Baja en la Comisión de Cooperación Internacional. Además, durante 13 años (entre 2003 y 2016) ocupó el puesto de director del área de internacional en FAES.
Y Ayuso aún se reservaba más guiños con el ex presidente del Gobierno. La dirigente regional decidió contar en su equipo con Alfredo Timermans, actual viceconsejero de Empleo en la Comunidad de Madrid. Este abogado ocupó distintos cargos de responsabilidad en la cúpula gubernamental de Aznar, ocupando puestos como el de director general de Asuntos Internacionales de la Presidencia del Gobierno; subdirector de Gabinete; y secretario de Estado de Comunicación. Más recientemente, ejercía de asesor de la diputada del PP por Barcelona y ex portavoz parlamentaria del partido en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo.
La diversidad de perfiles ideológicos dentro de la aún fragmentada derecha política española culmina con el fichaje de liberales declarados, con voz en el 'gobierno en la sombra' de Ayuso. A la consejera Marta Rivera de la Cruz se unió en primer lugar al ex diputado de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, al que la presidenta madrileña ha encontrado finalmente acomodo como director de la polémica 'Oficina del Español' tras ficharle con el objetivo de probar en la campaña de las madrileñas que la reunificación del centroderecha era ya una realidad.
Al político valenciano se ha unido otra ex dirigente de Ciudadanos. Patricia Reyes fue diputada nacional en el Congreso de los Diputados y ocupó un puesto en la Ejecutiva de Albert Rivera, donde era responsable del área de mujer y LGTBi. Dejó la política tras perder su escaño en las elecciones generales del 10-N, pero ahora se reincorpora a la vida pública bajo el manto del PP como nueva directora general de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid.
A la lista de perfiles liberales hay que sumar a Ricardo Díaz Martín, elegido nuevo director general de Universidades, un departamento incluido en la Consejería de Educación que dirige el también portavoz del gobierno regional, Enrique Ossorio. Hasta la fecha, Martín era concejal y portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte, pero abandona el carné naranja para ponerse a las órdenes de Díaz Ayuso, que ahonda aún más en la crisis por la que atraviesa el partido de Inés Arrimadas también en diversos municipios de la Comunidad de Madrid, donde diversos cargos estudian incluso impulsar una plataforma electoral independiente para abandonar Ciudadanos de forma definitiva en las próximas municipales.
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