El Zúmbale mambo de la Gasolina de Daddy Yankee gana a El amor brujo de Manuel de Falla como J.Balvin a Sebastian Bach. Queriendo o sin querer, porque lejos de ser una batalla sobre los escenarios, Spotify o la complejidad compositiva, se trata de neurociencia musical. Y ahí, el reggaetón se alza con la victoria.

Así lo confirma el estudio de un grupo de investigadores canarios que analiza la actividad cerebral resultante de escuchar diferentes estilos musicales. Realizado en el centro de investigación IMETISA, anexo al Hospital Universitario de Canarias, el estudio cuenta con la investigación a 28 personas sin formación musical previa y con gustos musicales muy variados.

El proyecto se inició con un test de oído a los voluntarios, que distinguía la capacidad de discriminación de melodías y de frases rítmicas. Posteriormente, se les realizó una resonancia magnética funcional mientras escuchaban varios estilos musicales a los que se le eliminó la letra y entre los que estaba el Shaky de Daddy Yankee o Ginza de J.Balvin en reggaetón; Passion de Alberto Feria en electrónica; el concierto menor de Vivaldi en clásica; o las folías y malagueñas canarias en folclore. «Eliminamos la letra de los clips musicales de cada estilo porque pretendíamos estudiar de la forma más pura posible el procesamiento de la música, y el lenguaje podría -al emplear otras vías neurales-, mostrarnos activación cerebral que no es específica de la música», señala Jesús Martín Fernández, neurocirujano del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria en Santa Cruz de Tenerife y principal investigador en declaraciones para Efe.

Los investigadores analizaron anatómicamente el cerebro de cada participante y la señal que les permitía ver qué áreas del cerebro reclutan oxígeno y qué sucede con ellas cuando se activan.

El reggaetón activa una región primitiva del cerebro que es origen de enfermedades como el Parkinson»

Jesús Martín Fernández

Lejos de imaginarlo, los resultados arrojan que el reggaetón es, por encima de la música electrónica, el genero musical que muestra mayor activación en las regiones del cerebro encargadas de procesar los sonidos y el movimiento. Según explica Martín-Fernández: «Es como si el reggaetón, con este ritmo peculiar y repetitivo, nos preparara para el movimiento, para bailar al escucharlo».

Los datos parecen reflejar que la persona estudiada se esta moviendo cuando en realidad esta quieta, y esto podría indicar, según los expertos, que el cerebro intenta anticiparse al siguiente golpe rítmico: «Lo que más nos llamó la atención fue que activaba una región primitiva del cerebro: los ganglios basales, que son grupos de neuronas que están en zonas profundas del cerebro y que se encargan de modular la postura, de empezar y terminar un movimiento, además de estar involucrados en el sistema de recompensa o placer. En estos ganglios basales se encuentra el origen de algunas enfermedades degenerativas, como el Parkinson, entre otros, en los que hay una degeneración progresiva».

El reggaetón provoca más actividad cerebral que la música clásica, el Folch o la electrónica (EFE)

Durante un tiempo, los investigadores sostenían la idea de que la música clásica aumentaba la actividad cerebral y hacía incluso más inteligentes a sus oyentes, un fenómeno llamado efecto Mozart. Sin embargo, este estudio refleja que los pentagramas de Vivaldi o Beethoven, que contiene mayor variedad tímbrica y melódica, además de un ritmo menos marcado, son mucho más complejos y por tanto, menos predecibles a la actividad cerebral.

Los resultados de este estudio, primero en la literatura científica que compara el reggaetón y la música clásica, «abren una puerta a investigar más» tanto sobre la música y su procesamiento global en el cerebro, como en ver cómo afecta este mismo experimento a pacientes con enfermedades neurodegenerativas, indica Martín-Fernández.