Las compañías eléctricas, a través de las comercializadoras, mueven ficha para robarse clientes las unas a las otras. En plena subida de la factura de la luz, por los precios fijados en el mercado mayorista, las empresas ven una gran oportunidad para poder atraer con, a priori, atractivos descuentos y promociones.
Durante este verano, seguramente, habrá recibido alguna llamada desde un teléfono desconocido para comentarle que lleva pagando una cantidad más alta de la que podría hacerlo si cambia de empresa de luz y de gas. Esta vía se ha impuesto a la denominada puerta fría, mucho más habitual hace años cuando un comercial acudía hasta el domicilio para revisar la factura y convencer de las bondades de trasladar a otra comercializadora el recibo. Una práctica que fue prohibida por la Comisión Europea.
Mes a mes, y según avanza este 2021, se van pulverizando todos los registros en la factura eléctrica y este agosto, va camino de convertirse en el período más caro de la historia. Los cálculos que manejan las asociaciones de consumidores es que se encarecerán un 35% respecto a julio. Las previsiones no son nada halagüeñas, tal y como hemos contado en este medio, y durante el otoño se alcanzarán cotas aún más altas.
En este sentido, las comercializadoras (empresas filiales de las grandes corporaciones energéticas de nuestro país) intentan convencer a miles de españoles, preocupados porque el recibo eléctrico se ha incrementado en unos siete euros de media al mes. Por eso, han lanzado al mercado diferentes promociones como es el caso de tarifas planas o descuentos durante varios meses por hacer la portabilidad.
Naturgy, por ejemplo, ofrece como principal reclamo la tarifa Zen, que calcula una “cuota personalizada” teniendo en cuenta el consumo de los últimos 12 meses. Dicha oferta no cambia la cuota durante todo el año aunque siempre y cuando se “realice un consumo responsable” y no se supere “el consumo realizado del año anterior en más de un 30% en electricidad o 50% en gas”.
Endesa e Iberdrola, por su parte, copian una estrategia similar a la que han realizado las telecos en la vuelta al fútbol y regalan hasta 120 euros por contratar sus servicios en gas y luz y sujeto a unos precios fijados en la potencia contratada y en el precio del kilovatio. Esta cantidad, en verdad, es un descuento de 10 euros al mes que se va descontando cada recibo.
Precisamente, en los términos y las condiciones donde las comercializadoras buscan su beneficio. Tal y como explica Rubén Sánchez, portavoz de Facua, las compañías han sacado provecho de la situación y se “han lanzado a presentar ofertas del mercado libre”, es decir, aquellas que no están fijadas por el precio mayorista diario.
Denuncias de los consumidores
El experto narra que, a pesar de que en algunos casos hay tarifas que resultan “más baratas a corto plazo en el mercado libre, en el medio plazo son más caras que acogerse a la tarifa PVPC”. Además, alerta de que las propias comercializadoras buscan que los clientes se pasen a la tarifa libre puesto “que los precios se marcan desde las propias compañías” y en épocas donde la factura eléctrica no vive momentos de estrés como los actuales “los precios por kilovatio suelen ser muy elevados”.
De hecho, el portavoz indica que dichas prácticas han sido denunciadas a todas las comunidades autónomas y lamenta que “ninguna de ellas salvo Baleares” hayan puesto cartas en el asunto a través de sanciones económicas. Además, Sánchez recuerda que el propio Ministerio de Consumo debería acometer campañas explicativas para que los clientes tengan claros los pros y las contras de cambiar de empresa y de tarifa.
Recientemente su organización denunció ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a las comercializadoras de referencia de los grupos Endesa, Iberdrola y Naturgy por "irregularidades" en la información que facilitan en sus nuevas facturas de la luz. Facua considera que las compañías vulneran los requisitos establecidos en la resolución del pasado 28 de abril de la Dirección General de Política Energética y Minas, al no mostrar los consumos identificando cada periodo horario con colores a modo de semáforo como establece la normativa, "fomentando con ello la confusión de los usuarios".
El propio regulador ya pidió el pasado abril las compañías eléctricas que fueran más claras en las facturas e instó a las empresas que se simplificaran y priorizaran “aspectos que ayuden a los clientes a ser cada vez más eficientes con su consumo eléctrico”. Este junio, la CNMC multó a Iberdrola con un importe de 1,3 millones por falta de transparencia en las facturas y por cambiar a 45.000 clientes de la tarifa regulada a la libre durante el pasado 2018.
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