Que iba a ser la misma Isabel Díaz Ayuso la que iba a zanjar el debate sobre el liderazgo de Pablo Casado al frente del PP para volver a convertirlo en partido de Gobierno no lo esperaba prácticamente nadie. Que, además, lo iba a hacer de una forma tan contundente, menos. "Te quiero decir, Pablo, delante de tu mujer y de las personas que más te quieren, que tengo meridianamente claro dónde está mi sitio. Sé que mi sitio es Madrid. Mi proyecto es el tuyo", zanjaba una emocionada Isabel Díaz Ayuso mientras el Auditorio de Les Arts de Valencia se caía a aplausos.
La presidenta de la Comunidad de Madrid ha esperado paciente a exhibir ante miles de afiliados del PP, ante la plana mayor del partido, y ante los barones autonómicos sus "reflexiones" sobre su liderazgo y sobre el del presidente del partido. Antes, Alberto Núñez Feijóo, Juanma Moreno, Juan Jesús Vivas y Fernando López Miras han pronunciado sendos discursos resaltando las bondades de sus respectivos "gobiernos de libertad" en materia educativa, económica o social. Cuando Isabel Díaz Ayuso ha tomado la palabra, casi la totalidad del millar de personas presentes en la sala ha contenido la respiración. "Defiendo un gobierno que no se vende a la tiranía de lo políticamente correcto" porque "la firmeza no es extremismo". Con estas palabras, dejaba ya el recado a Pablo Casado de la necesidad de dar la batalla cultural sin complejos, al hilo de lo que enunció también José María Aznar el pasado jueves. Pero aún se guardaba la traca final.
Sin que nadie lo esperase, Ayuso ha entreabierto de nuevo el melón del control territorial del PP. La tensión podía cortarse con cuchillo. "Hace un mes que estamos presos de noticias y de comentarios, sobre todo desde que trasladé mi intención de presidir el PP de Madrid", comenzaba. Hace semanas que la dirección de Génova intenta taponar la polémica por el conflicto interno que desató la oficialización de la candidatura de Isabel Díaz Ayuso en el congreso del PP de Madrid, una noticia que pilló con el pie cambiado a Pablo Casado por su negativa a cortar de raíz la influencia de Génova en Madrid.
Pero las palabras que ha pronunciado a continuación no han dejado indiferente a nadie. Ayuso no sólo ha respaldado a Casado, como daban por hecho en su entorno, sino que se ha deshecho en elogios hacia su liderazgo. "Me dio la mayor oportunidad política de toda mi vida, que es presidir la Comunidad de Madrid. Es mi mayor meta", enunciaba, ante la atenta mirada del presidente del PP. "Mi sitio está en Madrid, y daré lo mejor para Madrid porque Madrid es España". El auditorio, en pie.
La mano tendida de Ayuso puede convertirse, sin embargo, puede convertirse en un caramelo envenenado para Génova. El espaldarazo de una de las dirigentes más mediáticas y fuertes del PP puede tener un coste, y la dirección nacional tendrá ahora más difícil rechazar la candidatura de Isabel Díaz Ayuso al frente del PP de Madrid. Tal y como informó El Independiente, la presidenta no renunciará a esa "aspiración legítima" tras haber arrasado en las elecciones del 4-M, pero sí ha ofrecido a Casado pactar una 'lista de consenso', con nombres de la corriente de la dirección nacional. Ahora le toca a Génova mover ficha.
Ayuso, protagonista; Casado, líder
La presidenta de la Comunidad de Madrid ha acaparado el protagonismo absoluto en la sexta y penúltima jornada de la convención del PP. Es la que ha recibido más aplausos, tanto dentro como fuera del auditorio, a la que más cámaras han seguido y por la que más vítores se han pronunciado. Isabel Díaz Ayuso ha hecho su aparición estelar en torno a las 12:30h del mediodía en la ciudad del Turia, cuando todos los presidentes autonómicos ya estaban dentro de la sala arropando a Pablo Casado. Sí ha llegado a tiempo, no obstante, para escuchar el discurso que ha pronunciado el secretario general del PP, Teodoro García Egea, quien ha pronunciado un alegato en favor de la unidad y la cohesión interna y ha reivindicado que el partido está en condiciones de soñar con una mayoría absoluta.
Por su parte, Pablo Casado ha llegado a la recta final de su convención política aupado como líder indiscutible del PP. Durante toda la semana, el líder del PP ha logrado unir a las 'dos almas' del partido en torno a su papel como candidato a la Moncloa, y ha recibido el espaldarazo de José María Aznar, Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy, así como de líderes internacionales y ex dirigentes de Ciudadanos, como Juan Carlos Girauta. Durante la semana, los barones autonómicos también fueron zanjando uno a uno el debate sobre el liderazgo de Casado por las muchas dudas que ha arrastrado su perfil político desde que se hizo con las riendas del partido en 2018 y por las voces que cuestionaron internamente su capacidad de llevar al partido de nuevo al olimpo político.
La única incógnita era Isabel Díaz Ayuso. Ha sido la gran ausente de la convención por su viaje institucional a Estados Unidos, y Almeida le sustituyó como anfitrión cuando el PP desembarcó en Madrid el pasado miércoles en el marco de su convención itinerante. Pero con el rotundo cierre de filas de Ayuso, el liderazgo de Pablo Casado ha quedado definitivamente ratificado. Mañana se subirá a la Plaza de Toros de Valencia con la tranquilidad de tener al partido totalmente cohesionado y allí, en el coso valenciano, tratará de buscar una imagen fuerte que le consolide no sólo como líder del centroderecha, sino como próximo presidente del Gobierno de España.
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