Valles cubiertos por un manto negro, casas a punto de derrumbarse y carreteras cortadas. La ceniza del volcán de Cumbre Vieja está cambiando por completo el paisaje de La Palma en las últimas semanas. "Toda la isla está afectada por las cenizas, en mayor o menor medida, y va a ser la segunda cara del volcán. Una vez que acabe la erupción, ¿qué va a pasar con toda la ceniza acumulada?", se pregunta Juana Vegas, vulcanóloga del Instituto Geológico y Minero de España IGME-CSIC.
Un mes después de la erupción, el volcán ha expulsado ya cerca de diez millones de metros cúbicos de ceniza, la equivalente a llenar unas 4.000 piscinas olímpicas. En algunos puntos, la capa de piroclastos ha alcanzado el metro de altura y en total se han cubierto 6.800 hectáreas -casi ocho veces más que el terreno sepultado por la lava-, según los últimos datos captados por los satélites. El principal peligro, apuntan los expertos, es que lleguen ahora las lluvias: provocaría que algunos techos cayeran por el peso y filtraría muchos compuestos al suelo.
"La ceniza puede afectar a la salud humana y por eso estamos estudiando qué va a ocurrir cuando llueva con los elementos químicos que lleva en su composición interna y adheridos en su superficie y cómo va a discurrir por las laderas. De momento, estamos haciendo estudios para anticiparnos", añade Juana Vegas. “Está teniendo impacto en la vegetación y hay biólogos estudiando su efecto en las plantas y en los insectos y animales: todo el ecosistema de la isla se está viendo afectado. Cuando pasen a las aguas subterráneas hay que hacer seguimiento para ver qué pasa, todavía no lo sabemos”.
El Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) ha establecido cinco estaciones diferentes repartidas por toda la isla en las que recoge a diario muestras de ceniza para analizarla. Y lo que digan esos estudios marcará el futuro de ese polvo.
El IGME-CSIC lidera además el proyecto Cenicienta de ciencia ciudadana que implica los palmeros para tomar muestras de la ceniza que ha expulsado el volcán. Con su ayuda los científicos pueden abordar mejor la recogida de datos esencial para comprender el volumen de ceniza que muchas veces dura poco en un mismo sitio y se va moviendo. El IGME elabora un mapa de cenizas de la isla que ayudará a los técnicos del Cabildo a prever problemas en el territorio derivados de la presencia de la ceniza.
Los usos de la ceniza y el ejemplo del Panteón de Agripa
La ceniza puede servir como fertilizante para dar un extra de nutrientes a los suelos, como se hace por ejemplo en Lanzarote con los cultivos de la vid. En algunos sitios se usa también para cubrir los campos, ya que tiene la propiedad de mineralizar y retener la humedad del suelo.
Foto: Alfonso Escalero/ILOVETHEWORLD
Las cenizas también pueden servir para la fabricación de cemento. Los romanos ya utilizaban las cenizas de los volcanes para algunas de sus construcciones. De hecho, la cúpula del Panteón de Agripa, en Roma, está levantada con hormigones y morteros que contenían ceniza.
Foto: Alfonso Escalero/ILOVETHEWORLD
En Canarias se han puesto contenedores para que los ciudadanos depositen ahí la ceniza y que no la tiren al alcantarillado porque podrían taponar el flujo de las aguas.
Foto: Alfonso Escalero/ILOVETHEWORLD
"Desde que el viernes pasado se abrió una nueva boca, el volcán está emitiendo una ceniza mucho más fina", asegura la vulcanóloga Juana Vegas
Foto: Alfonso Escalero/ILOVETHEWORLD
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