Érase una vez un emir que gobernaba un pequeño territorio de la península Arábiga y, al unísono, escribía prolijamente ensayos, entre otros, sobre las fechorías de la Santa Inquisición española contra los musulmanes. No es una ficción, aunque pudiera parecerlo. El jeque existe. Se llama Sultán bin Mohamed al Qasimi y lleva cerca de medio siglo reinando en Sharjah, uno de los siete emiratos que componen Emiratos Árabes Unidos. España, el país cuyo pasado ha centrado sus investigaciones, es el invitado de honor de la feria internacional del libro que se celebra en sus confines, una de las joyas de un emirato huérfano de petróleo.
“Ya me habían advertido de que era un hombre absolutamente fascinado por la cultura, muy consciente de los lazos que nos unen a los pueblos. Y la cultura árabe tuvo en España una presencia muy importante a lo largo de siglos”, reconoce Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte, tras un encuentro privado con el jeque de 82 años en su palacio de Al Badee.
“Me he quedado sorprendido al ver la sensibilidad cultural de este emirato. Emiratos son siete pero Sharjah ha querido encontrar en la cultura y el libro uno de sus elementos diferenciadores y de identidad”, apunta el político catalán desde el pabellón español, que preside desde este miércoles el acceso al Expo Centre Sharjah, el recinto donde se celebra la feria hasta el próximo 13 de noviembre.
En un espacio climatizado -a buen recaudo de las inclemencias del exterior, donde el termómetro registra máximas de 32 grados y una humedad superior al 60 por ciento- la feria presume de ser el mayor acontecimiento editorial del mundo árabe, con permiso de la vetusta feria de El Cairo. 1.632 editoriales y cerca de un centenar de escritores se dan cita durante los once días, siempre bajo la tutela del emir.
“Su alteza fue un visionario. Creyó en el verdadero impacto de la cultura mucho antes de que otras naciones reconocieran su poder blando pero tangible”, señala Ahmed bin Rakkad Al Ameri, presidente de la Autoridad de libros de Sharjah. “Hoy, 40 años después, Sharjah y el pueblo árabe tienen derecho a estar orgullosos de la daga dorada que prometió por un libro cuando era niño”.
Récord de ventas de derechos
La feria se jacta de haber pulverizado registros a nivel mundial en la compra y venta de derechos editoriales en un año marcado por la recuperación del sector, malherido por el hiato de una pandemia. “Me voy muy sorprendido. Hemos cerrado la venta de derechos a muchos países, desde Emiratos hasta Egipto, India, Brasil o China”, comenta a El Independiente Luis Zendrera, presidente de la Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil (OEPLI) y director de Juventud, una editorial barcelonesa próxima a cumplir una década de vida.
“Es una de las primeras ferias presenciales y una muestra de que los países asiáticos y árabes, que antes buscaban derechos en el mundo anglosajón, se han dado cuenta de la buena gestión de los editores españoles. Tenemos cosas buenísimas”.
Entre las transacciones cerradas, Zendrera -nieto del fundador del sello- ha firmado una totalmente inesperada, la traducción al árabe de una obra sobre las vicisitudes de la pubertad. “Es un libro, titulado Mía se hace mayor, escrito por una pediatra estupenda y dirigido a niñas de 8 o 9 años que aborda los primeros cambios físicos”, esboza. “Por ignorancia venía con cierta reticencia pensando que aquí es un tema que podría no encajar. Muchas de las editoriales locales están dirigidas por mujeres y, cuando les explicaba el tema, con un poco de miedo primero, me he quedado maravillado del interés por que estos temas puedan publicarse aquí”, confiesa.
Queremos abrir la puerta de Oriente y está en Sharjah
MIQUEL ICETA, MINISTRO DE CULTURA Y DEPORTE
“Estamos creciendo en el mercado europeo, con la feria del libro de Frankfurt [España será invitado de honor en la edición de 2022], y ahora queremos abrir la puerta de Oriente y esa puerta para el libro está en Sharjah. Por eso estamos aquí”, ilustra Iceta, cautivado durante su primera visita a Emiratos, cuya federación cumple medio siglo de existencia a principios de diciembre. El pequeño emirato de Sharjah, donde a diferencia de otros emiratos vecinos el consumo de alcohol está prohibido, halló en su apuesta cultural el oro petróleo del que carecía. Pegado a Dubái, el emirato de imponentes rascacielos y animada vida nocturna, Sharjah se extiende por una superficie similar a la de la provincia de Vizcaya y es la residencia de 1,6 millones de almas, de los que apenas 180.000 son nacionales.
Culto musulmán en la mezquita de Córdoba
En reinar sobre extranjeros y oriundos se afana el jeque Sultán, doctor en Historia y dramaturgo que el pasado año protagonizó una agria polémica tras defender públicamente la necesidad de recuperar para el culto musulmán la Mezquita de Córdoba, consagrado como catedral en 1238 tras la reconquista cristiana de la ciudad.
“Reclamamos al menos la devolución a los musulmanes de la Mezquita de Córdoba. Yo ya lo pedí en alguna ocasión y me dijeron que el municipio cordobés había concedido la administración a la iglesia. Respondí que se lo habían dado a quien no lo merece. Es una propiedad de los musulmanes”, declaró a una televisión local. Entre sus obras, figura “Yo condeno”, en la que su alteza reúne a partir de documentos de mediados del siglo XVI y principios del XVII, “la verdad sobre los crímenes perpetrados contra los musulmanes en Al Andalus”.
“Se ha intentado negar el patrimonio de los musulmanes cuando deberíamos estar orgullosos de la civilización y la religión que heredamos. No fue algo inventado. De ahí todas las traducciones malintencionadas de nuestros textos religiosos, la distorsión y la matanza. Intentaron que nadie dejara el cristianismo y abrazara el islam”, denunció el emir en su intervención.
Libros prohibidos
“El objetivo no eran las torturas, el cautiverio o las vejaciones sino la distorsión de un credo”. Tras su encuentro, Iceta dijo haber “constatado afinidades y la voluntad de colaboración entre los dos gobiernos para dar facilidades a que empresas españolas puedan trabajar en Emiratos y empresas emiratíes puedan desarrollar proyectos conjuntamente con empresas españolas en territorio español”, manifestó el ministro.
La mayoría de los editores árabes evitan la política y el sexo. Yo estoy dispuesto a publicarlo
HUSEIN NAHBA, HISPANISTA Y EDITOR IRAQUÍ
En la traducción de los títulos del emir al castellano trabaja Husein Nhaba, un hispanista iraquí presente en la feria con su propio sello editorial. “Estoy en el camino de hablar con su oficina para traducir sus obras al español. Me consta que le gusta mucho España”, replica Nhaba a este diario. Llegado de las tierras donde nació la escritura, el intelectual se reconoce “atrevido”.
“No tengo líneas rojas. Me gusta publicar lo prohibido, aquello que es tabú. La mayoría de los editores árabes evitan la política y el sexo. Yo estoy dispuesto a publicarlo”, replica mientras exhibe la novela de un compatriota. “Menciona los nombres de los órganos sexuales. Hasta ahora no hemos tenido ningún problema en la feria. Es el primer día”, desliza con cara de pícaro.
Una región sin sucursales del Cervantes
El idioma de Cervantes se abre paso tímidamente por el skyline emiratí, huérfano de promoción gubernamental. El Instituto Español de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) es el único centro autorizado por el Instituto Cervantes en Emiratos, donde el verano de 2020 reside el rey emérito Juan Carlos I.
“Está creciendo el interés por nuestra lengua en Emiratos”, admite Alberto Fernández, presidente de la asociación de profesores de español en Emiratos y docente de la UCAM. “Tenemos unas raíces similares. Hay un punto extra de interés, también gracias a nuestras series de televisión”, añade Fernández. “Haber conseguido ser los invitados de honor en una edición de la feria tan importante es de especial relevancia”, subraya Miriam Llano, vicepresidente de la cámara de comercio española en Emiratos.
Tenemos el máximo interés en que se abra un Cervantes en Emiratos
miquel iceta, ministro de cultura y deporte
A pregunta de este diario, Iceta ha reconocido la deuda pendiente del Cervantes en las arenas del golfo Pérsico. “No me puedo comprometer a abrir un centro porque no puedo hablar en nombre del Cervantes. Si debo decirle que tenemos el máximo interés en que se haga”, indica Iceta. “Primero, porque hay ganas. Mi reunión con el emir ha sido muy esclarecedora. Tenemos ganas de una presencia permanente de nuestra cultura y de nuestras lenguas en Emiratos y particularmente en Sharjah, que ha sido el emirato que ha mostrado más interés en temas culturales”, agrega.
“No queremos olvidar tampoco la dimensión económica y comercial de nuestra relación, que está en evolución creciente. Cada vez les conocemos mejor y nos conocen mejor. Y eso solo puede ser una buena señal y un buen augurio para incrementar esas relaciones en un sentido muy provechoso para las dos partes”, concluye.
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