Yolanda Díaz ha puesto en marcha lo que de momento no parece ser más que un incipiente movimiento, encabezado por ahora por unas cuantas mujeres destacadas en distintos ámbitos de la administración pública, destinado según parece a hacer política de otra manera: lejos de la crispación, del odio y, a tenor de lo dicho por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, lejos también de los partidos políticos y de las siglas, lo cual es de entrada una pretensión de éxito más que dudoso.

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