La crisis sanitaria que en cuestión de semanas cambió nuestras vidas está en plena transformación. La pandemia no es la misma que en la que nos metimos en 2020. El virus mutado hasta la variante ómicron y una población ampliamente vacunada han cambiado el escenario. En este momento de cambio en el que vemos cómo se redefinen las cuarentenas son los expertos como Adolfo García-Sastre, virólogo y director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, quienes mejor pueden evaluar el tablero de juego en el que nos movemos. Un tablero en el que ómicron lo cambia todo.
“Esto es distinto de lo que ocurría antes, no hay tanto problema con la enfermedad severa. La enfermedad severa es diez veces menor que la cantidad que veíamos antes. Hay que evitar que las infecciones se disparen y sean diez veces más que las que ha habido en otras olas. Hay cierta presión en el sistema sanitario y hay presión económica debido a la necesidad de las cuarentenas”, observa el científico.
Este es un efecto social negativo que nos ha traído ómicron: “El exceso de transmisión sobrecarga de trabajo para los sanitarios que están mirando quién está infectado, quién tiene síntomas. Más luego las pérdidas de días laborables de gente que se infecta y está en cuarentena, tanto sanitarios, como personas que están en establecimientos de ocio, que están en supermercados o transportistas, etc.”, reflexiona García- Sastre.
No sabemos de ómicron cuál es el porcentaje de enfermedad severa que causa en no vacunados"
Adolfo garcía-sastre
Sobre el cambio en las cuarentenas preguntamos al virólogo cómo lo plantearía él. “Idealmente hay que seguir las mismas pautas que ha puesto Estados Unidos; si no tienes síntomas, han transcurrido 24 horas sin síntomas y estás en el quinto día, puedes acabar la cuarentena, pero debería ser acompañado con un test de antígeno negativo. Para ello es necesario que las personas en cuarentena tengan acceso a los test de antígenos y eso, logísticamente, necesita preparación. Si todo esto se cumple, la probabilidad de que sea transmisible es muy baja. Ahora, si quitas el test de antígenos a los cinco días, la probabilidad de que sea transmisible es algo mayor. Lo ideal sería un test de antígeno a los cinco días, y si es positivo seguir esperando a que sea negativo”, explica.
Las pocas certidumbres que hemos manejado los ciudadanos están en cambio, así que preguntamos abiertamente: ¿Lo que están teniendo los vacunados es Covid o no es Covid? “Esto ya está cambiando; a mí me gustaría que cuando se acabe la pandemia no se llame Covid, sobre todo Covid-19, que tiene conexión a un año y lo que ha ocurrido”, afirma el virólogo, que nos introduce en las grandes cuestiones que se abren en un momento de transformación. “El virus ha cambiado, pero ¿hasta qué punto el virus ha cambiado y no causa estos síntomas? ¿Hasta qué punto nosotros hemos cambiado, porque tenemos inmunidad preexistente que hace que un virus que ahora nos infecta más fácilmente pero las infecciones en vacunados no son tan severas, los síntomas son distintos y hace que la enfermedad cambie?”, se pregunta García-Sastre, que va cambiando la dirección de sus interrogantes y sus certezas. “El huésped ha cambiado. ¿Hasta qué punto el virus ha cambiado para ser más leve? Algo que todavía no sabemos de ómicron es cuál es el porcentaje de enfermedad severa que causa en no vacunados”.
Si una persona es asintomática, ¿tiene Covid? Yo diría que no; Covid es una enfermedad. Un asintomático tiene el virus, pero no Covid”
Adolfo gacía-sastre
Resulta paradójico, nos revela el virólogo, pero ahora nos cuesta saber cómo es exactamente el comportamiento de la ómicron entre los no vacunados, pues la gran mayoría de las personas de los grupos de riesgo se han vacunado. “Es posible que haya disminuido la severidad de infección en los no vacunados, no lo podemos decir con seguridad, pero sí podemos decir con seguridad que la infección en los vacunados da lugar a síntomas mucho más leves”.
¿Y eso ya no sería Covid?, insistimos. “Eso depende de la definición. A mí me gusta mucho poder decir que el Covid se ha acabado y nos hemos quedado con una cosa distinta, pero es una cuestión de semántica. Desde luego no es lo mismo para una persona vacunada. No es Covid en la mayor parte de los vacunados, pero sí en una proporción que tiene enfermedad severa, que llamaremos Covid, y los no vacunados tienen más porcentaje de enfermedad severa. Si definimos Covid como enfermedad severa, lo que va a disminuir mucho es el Covid; ahora hay más infecciones, pero menos Covid. No estará completamente eliminado, pero hay menos casos. Si una persona es asintomática, ¿tiene Covid? Yo diría que no; Covid es una enfermedad. Un asintomático tiene el virus, pero no Covid”.
"El Covid se ha acabado, nos hemos quedado con una cosa distinta". El virólogo nos reconfirma el titular que él mismo nos ha dado. La reflexión de García-Sastre es de gran trascendencia porque forma parte del debate que ya se está produciendo y que cuestiona si deberíamos empezar a considerar a personas con Covid solo a aquellos que terminan en el hospital. El virólogo lo tiene claro y se posiciona antes esa posibilidad: “Eso a mí me parece bien, ayudaría mucho a ver cómo van disminuyendo los casos de Covid o incluso cómo aumentan. Es buena idea empezar a plantearse qué tipo de lenguaje tener en el futuro, porque la pandemia va a acabar y, si le damos un nombre distinto a lo que queda después de la pandemia, nos va a ayudar,simplemente, para reconocer que ya no es una pandemia”, afirma.
El fin de la pandemia
¿Cuándo podremos cantar victoria y celebrar que se ha terminado la pandemia? “El problema es cuándo se declara oficialmente que una pandemia acaba. Se hará en algún momento, pero la OMS no va a dar la pandemia por terminada hasta que no esté muy segura. No se dará por terminada la pandemia hasta que se vea qué es lo que ocurre en el invierno de 2022, porque no se sabrá si va a volver a haber otra ola como la de ómicron o similar. Yo creo que es difícil, la OMS no va a declarar acabada la pandemia hasta que no vea que no se va a producir una nueva ola de proporciones pandémicas, es decir, que cause enfermedad severa en una parte principal del mundo. La pandemia acabará antes de que la OMS la considere acabada”.
La pandemia acabará antes de que la OMS la considere acabada"
Adolfo García-sastre
El virólogo tiene la mirada puesta en el invierno de 2022, como “la última prueba de fuego”: "Ómicron bajará y después de ómicron es muy difícil que haya olas similares. Estamos ahora en una ola invernal con un virus que causa síntomas menos severos, pero hay mucha gente infectada. Esto va a hacer que aumente mucho más la inmunidad y que, cuando pase esta ola, si hay olas después, van a ser más pequeñas. Porque es muy difícil que vuelva a hacer lo mismo que está haciendo ómicron y es muy difícil que aparezca una variante que reemplace a ómicron, como ha pasado con delta, eso tardará un poco más de tiempo”.
La evolución, teórica, para García-Sastre es que haya más variantes, pero lo importante para él es ver qué consecuencias tienen. “El virus se irá volviendo menos pandémico y se hará más epidémico, tendremos pequeñas epidemias causadas por variantes diferentes cada año -como ocurre con la gripe- o quizá el cambio será cada 5 años. Que dado ese tiempo llegue una variante que aumente un poco las situaciones epidémicas pero tampoco mucho. Una vez que el virus no es pandémico, tendremos que ver el tipo de medidas adecuadas para eliminar la cantidad de enfermedad que todavía ocasione este virus. Causará un porcentaje de enfermedad del mismo modo que la gripe causa un porcentaje de enfermedad, pero no estaremos en urgencia pandémica. De la misma forma que hay una vacunación de la gripe, veremos si se va a necesitar una vacunación anual o será cada cinco años. Está por ver”.
"Cuando llegue una pandemia de gripe tenemos que estar mejor preparados en todos los sentidos".
Adolfo García-sastre
Ese escenario se ensayará en 2022 cuando haya vacunas para ómicron, “se discutirá qué se hace con ellas. Si se vacuna a la gente con ella y a qué gente se vacuna y cuándo se vacuna, si con anticipación a una ola de invierno o después. Es difícil de predecir, yo creo que lo más probable es que a finales de verano y principio de otoño empezará una vacunación en las personas de riesgo con una vacuna basada en ómicron y se verá que ocurre ese invierno. Será muy interesante ver cómo pasan el invierno en el hemisferio sur, ver qué pasa en países como Chile, Sudáfrica y Australia”.
Pero la mirada de García-Sastre no se queda en ese invierno, piensa en que tenemos que prepararnos para la próxima pandemia. “No es cuestión de ser alarmista pero ha habido una muerte masiva de aves en Israel, debido a un H5N1 [una gripe aviar] que nunca ha sido capaz de iniciar una pandemia en humanos, pero no se puede excluir en ningún momento. Cuando llegue una pandemia de gripe tenemos que estar mejor preparados en todos los sentidos. Desde el punto de vista legal, desde la movilización de diagnósticos, de personal sanitario y hospitales para hacer frente a lo que nos viene y del establecimiento de medidas para mitigar antes de que tengamos una vacuna”. Avisados estamos.
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