Si 2021 fue un año cargado de actualidad en el sector de las telecomunicaciones, el 2022 puede ser el que marque el devenir en las próximas décadas para las compañías. El 5G, nuevas compras y adquisiciones, la guerra por los clientes, las fusiones y la entrada de nuevo capital en el accionariado de las empresas podrían consumarse a lo largo de estos 12 meses, que también estarán marcados por la tendencia de la pandemia. 

En el mercado nacional, las operadoras van a tener una dura competencia debido, una vez más, a los precios agresivos que ofrecen a los clientes. Las que más sufrieron el año pasado fueron Telefónica, Orange y Vodafone perdieron 1,5 millones de contratos, según los datos a los que ha tenido acceso este periódico y que debe refrendar la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. 

Movistar se dejó casi 900.000 líneas por el camino entre fijo y móvil, siendo la empresa que más clientes perdió durante el año pasado. Vodafone fue la segunda operadora que más contratos rompió de su cartera ya que emigraron un total de 414.000. Orange, por su parte, también tuvo un saldo negativo y perdió hasta 128.000 líneas. 

Pero esta sangría de clientes perdidos no se ha quedado en el limbo y los agentes que irrumpieron relativamente poco en el sector van recogiendo sus frutos. Por ejemplo, Digi se ha coronado como la gran revelación en el mundo de las telecomunicaciones y ha desbancado a MásMóvil como la operadora que más clientes gana en un año con 356.000 altas. No obstante, la empresa dirigida por Meinrad Spenger, tras adquirir Euskaltel el año pasado, ha firmado 342.000 contratos nuevos. 

Las tres grandes del sector ya han venido alertando de que la situación que se vive en España de una guerra de bajos precios es “insostenible” y achacan que estas políticas están provocando un enorme agujero en las cuentas de resultados ya que obligan a las operadoras a “reducir los márgenes casi de pérdidas”, tal y como revelan fuentes del sector a este periódico.

Para curar la herida que han abierto las pequeñas operadoras, Telefónica, Orange y Vodafone ya dibujan su hoja de ruta de cara a este año. La empresa liderada por José María Álvarez-Pallete, por ejemplo, adquirió los derechos de LaLiga junto a Dazn para los próximos cinco años. A pesar de que no tendrá en exclusiva el 100% de los partidos, todo hace indicar que llegará a un acuerdo con la OTT deportiva para que así sea. Además, para hacer frente a la delicada situación de ingresos, la teleco española ha decidido subir las tarifas de todos sus paquetes fusión tres euros a cambio de un teléfono gratis, tal y como adelantó El Independiente. 

Orange, por su parte, de cara al próximo año desea mantener el fútbol ya que, tal y como dijo su CEO Jean-François Fallacher, el deporte rey sigue siendo “muy importante en la oferta” que ofrece la empresa. No obstante, con la entrada de Dazn obliga a la compañía gala a incluir en su plataforma televisiva los canales de la OTT.

Vodafone, que abandonó el fútbol hace años y no quiere oír hablar de ello, mantiene su apuesta por el contenido de cine y series y ofrece descuentos de hasta el 25%, dependiendo de los paquetes que se contraten. 

Fusiones para consolidar el mercado

En 2021 Vodafone, MásMóvil y Orange agitaron el mercado español. Aunque hubo más ruido que nueces, estas operadoras negociaron opciones de consolidación. Primero, fue Vodafone y MásMóvil aunque las diferencias en la creación de la joint venture tiraron por tierra cualquier tipo de fumata blanca. 

Casi a final de año se conoció que Vodafone y Orange estuvieron cerca de crear la mayor operadora europea, pero el gobierno francés frenó la fusión para velar por los intereses de la economía gala. Las dos compañías han reconocido abiertamente en la última presentación de resultados que aunque las negociaciones ya no siguen adelante, se buscarán otras fórmulas para continuar con la consolidación por lo que se espera que haya nuevos movimientos en los próximos meses.

Pero no solo es cosa de estas empresas de telecomunicaciones. La patronal del sector, que incluye a las principales operadoras de Europa, reclamó un escenario nuevo para el futuro próximo en el que se piden nuevas reformas legislativas en Europa y menos restricciones en los organismos de Competencia que permitan nuevas operaciones de fusiones.

Fuentes del sector, en este sentido, apuntan que las empresas de telecomunicaciones están presionando a los órganos de Competencia en Europa y de cada país para que se faciliten las operaciones de consolidación. Cabe recordar que Telefónica tuvo que superar un exhaustivo control por parte del regulador británico para poder unir fuerzas con Virgin.

Nuevos accionistas

A pesar de que el mundo de las telecomunicaciones vive un momento complejo por la alta competencia, los fondos de inversión siguen viendo un gran potencial de rentabilidad. La fibra óptica y la extensión del 5G son los dos grandes valedores para que los inversores sigan creyendo en este sector. 

KKR, por ejemplo, es uno de los fondos de inversión que más agita el mercado. Tras controlar MásMóvil, lanzó una OPA por Telecom Italia y de salir adelante la operación le dejaría como uno de los mayores agentes de las operaciones. 

Pero la sociedad no fue la única en acometer inversiones. Apax Partners y Warburg Pincus anunciaron un acuerdo para comprar T-Mobile Netherlands, la filial holandesa de Deutsche Telekom, por cerca de 5.100 millones de euros. Ambos socios ya invirtieron de forma conjunta en la compañía de satélites de telecomunicaciones Inmarsat. Apax se posicionó, a su vez, en Salt, Wind y la danesa TDC, mientras que Warburg Pincus hizo lo propio en Ziggo, Inexio y Community Fibre. Next Alt y Macquarie también adquirieron un importante paquete de acciones en otras compañías como BT y TDC.