Mientras Díaz acudía esta semana a Cataluña para buscar entenderse con ERC, en el País Vasco EH Bildu y su entorno, político y sindical, saldrán hoy a la calle en una gran movilización en contra de la reforma laboral. La coalición que lidera Arnaldo Otegi saldrá en las tres capitales vascas y en Pamplona contra lo que considera que es un incumplimiento de lo que el Gobierno Sánchez acordó con ellos. Una suerte de engaño entre aliados que otorga la victoria “a la patronal” y deja sin abordar algunas de las cuestiones más relevantes de la reforma de 2012 y que el Ejecutivo se había comprometido a eliminar.
La posición de la izquierda abertzale es probablemente la más crítica entre los aliados del Gobierno. En la declaración conjunta del pasado jueves entre ERC, Bildu, CUP y BNG la izquierda abertzale fue la formación que de modo más claro mostró su disposición a votar en contra si no se incluían sus exigencias y se tramitaba la reforma como proyecto de ley.
Inicialmente, el sindicato afín a la izquierda abertzale, LAB, quería incluso ir más lejos. La central había planteado hacer una huelga general. La opción finalmente se ha descartado. Bajo el lema “No a esta reforma laboral” y en favor de un marco vasco de relaciones laborales, junto a ELA y LAB los sindicatos Steilas, ESK, Etxalde e Hiru se manifestarán por lo que consideran que es una derrota e incumplimiento. La presión de ambas centrales hacia EH Bildu ha sido de tal dureza que la coalición ha tenido que secundar la convocatoria sindical y llamar a apoyarla.
Las exigencias de ERC y de EH Bildu no se diferencian en lo esencial. La izquierda abertzale reivindica que se modifique el texto acordado con la CEOE para incorporar aspectos como la prevalencia de los convenios autonómicos, la recuperación de la indemnización de 45 días por año trabajado y la competencia autonómica para la autorización de los ERE.
La víspera, concentraciones en las empresas
El Gobierno ha evitado por todos los medios dejarse ver con EH Bildu presionándole para que no impida la aprobación del proyecto en la votación del próximo 3 de febrero en le Cámara Baja. Pese a que no existe una escenificación pública, en la izquierda abertzale reconocen que sí hay contactos, que el Ejecutivo sí está contactando con ellos a través del ministerio de Yolanda Díaz.
Pero hasta ahora, sin avances. Más aún, la Mesa Política de la coalición esperó varios días, confiado en que las posiciones pudieran variar, para pronunciarse sobre su presencia en las movilizaciones sindicales anunciadas en Euskadi. Finalmente, Bildu, la coalición con la que Sánchez firmó un acuerdo para sacar adelante su cuarta prórroga del Estado de Alarma a cambio de una “derogación íntegra” de la reforma laboral de Rajoy, sí saldrá a la calle en contra del Gobierno. Lo hará en Bilbao, San Sebastián, Vitoria y Pamplona junto a los sindicatos abertzales.
Y a esta marcha dominical se le sumará la víspera de la votación, el jueves de la próxima semana, concentraciones en los centros de trabajo para protestar contra el acuerdo que UGT, CCOO, la CEOE y el Ejecutivo han alcanzado y ante el que el compromiso es no mover “ni una coma” para lo ahuyentar el consenso, no abrir la puerta a una ruptura del mismo por parte de alguna de las partes. Concentraciones en las empresas que serán numerosas, no en vano ELA y LAB ostentan la mayoría sindical en Euskadi.
El último intento por reconducir la situación apenas ha tenido recorrido. Surgió como un ‘globo sonda’ que pronto parece haberse pinchado: una modificación posterior en el Estatuto de los Trabajadores que pudiera incorporar algunas de las reivindicaciones. En EH Bildu han descartado, al igual que lo ha hecho el PNV, esta vía y reiteran que cualquier cambio debe quedar reflejado en el decreto laboral que se someta a votación. Ahora, incluso en Moncloa parecen renegar de esta vía.
"Aún queda margen"
Pese a secundar la manifestación, el líder de EH Bildu ha optado por guardar un perfil bajo, en segundo plano. Si bien Otegi no ha ocultado su rechazo y decepción por el contenido del acuerdo y ha recordado que lo pactado con ellos no se ha cumplido, ha dejado en su portavoz parlamentaria , Mertxe Aizpuria, la voz y protagonismo en esta cuestión.
Aizpurua ya ha insistido en que tampoco el rechazo a la reforma será el final de su relación con el Gobierno Sánchez, pero sí un punto de inflexión en la confianza. EH Bildu no dejará de apoyar al Gobierno, según insiste la coalición, pero elevará su nivel de exigencia y presión.
Desde el PSOE sí se ha activado la presión hacia Bildu. En la que fue la primera reunión del secretario general del PSE, Eneko Andueza, el dirigente socialista reclamó a Otegi su apoyo a la reforma. Ayer volvió a hacerlo instando a la izquierda abertzale y al PNV a “sumarse al consenso de la reforma laboral”. Andueza volvió a subrayar que una vez aprobada quedará “margen para seguir negociando y mejorar la reforma”.
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