Pedro Pitarch sabe de lo que habla. El teniente general retirado del Ejército de Tierra español fue jefe de la división de Logística del Estado Mayor del Mando Supremo de la OTAN en Mons (Bélgica) y observa hoy con interés e inquietud lo que sucede en territorio ucraniano. "No creo que la estrategia rusa sea bombardear Kiev como hicieron en las ciudades sirias pero en Mariúpol no lo descarto", advierte uno de los principales expertos castrenses españoles en una entrevista con El Independiente.
Pregunta.- Se ha hablado de una guerra relámpago…
Respuesta.- Lo de la guerra relámpago es un invento periodístico. Lo de la rapidez en la ejecución de las operaciones militares no es de esta guerra. Es la lógica de las operaciones militares porque se fundamentan en el principio de la eficacia, es decir, lograr los objetivos lo más rápidamente y lo más rotundamente posible. Era un desiderátum, pero las operaciones necesitan su tiempo y su desarrollo, pero realmente van a su tiempo. Además tienen que ser alimentadas, lo cual es muy pesado y muy costoso cuando hablamos de unas colas logísticas larguísimas. Por ejemplo, esa caravana logística de 60 kilómetros que se ha hecho famosa. Si se mira se verá que no son unidades de combate sino mayormente un convoy logístico de camiones para alimentar a las tropas.
P.- ¿Cuál es el verdadero objetivo de Rusia?
R.- Entiendo que es consolidar una línea que marcan Járkov, Zaporiyia y Jersón. Prácticamente los rusos ya están en los tres sitios. Dos han caído y Jarkov está fijado. Y desde ahí el propósito sería cercar, embolsar a las fuerzas ucranianas y ampliar la zona de acción de las llamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, lo que conocemos por el Donbás. Ese sería el objetivo inmediato con el que Putin estaría en condiciones de negociar.
P.- ¿Está la invasión completa del país en los cálculos de Moscú?
R.- A la vista de como veo las operaciones, entiendo que no tiene intención de ocupar todo el país porque, entre otras razones, casi todas las operaciones son al este del Dniéper.
P.- Y en eso el ejército ruso está cosechando éxito…
R.- Evidentemente. De momento, ha logrado hacerse con toda la parte al este de Mykolaiv, Jersón, Zaporiyia y Melitópol hasta lo que yo llamo el codo del Dniéper, que es ese giro enorme que hace el río, que va en dirección desde el noroeste al sudeste y de repente va desde el noreste al suroeste.
En dos semanas el ejército ruso ha conseguido controlar unos 70.000 kilómetros cuadrados fácilmente y han resguardado Crimea
P.- Estos días asistimos al asedio de Mariúpol…
R.- Es una ciudad sentenciada. Tiene "un problema" geográfico. Las fuerzas del ejército ruso accedieron desde Crimea. Tienen que superar un obstáculo para enlazar primero con Donetsk y segundo para que puedan dejar libre toda la franja litoral al norte del mar Azov que facilitaría muchísimo la logística. En estos momentos las tropas tienen que dar una vuelta por el mar de Azov y pasar por el puente de Crimea, de 18 kilómetros de longitud. Controlar ese territorio haría la maniobra logística más fácil y rápida.
Los objetivos ahora son consolidar la línea del frente, seguir fijando Kiev e intentar que caiga Járkov sin que se produzca una debacle
P.- Los informes de la inteligencia estadounidense y británica han subrayado la existencia de problemas logísticos en las filas rusas. ¿Cuáles son los desafíos logísticos?
R.- A mí no me parece que el avance sea lento. No ha sido fulgurante pero va por sus pasos. En dos semanas han conseguido controlar unos 70.000 kilómetros cuadrados fácilmente y han resguardado Crimea. Están a un paso ya de engullir toda la bolsa que va desde Mariúpol hasta Zaporiyia y hacia el mar Negro.
P.- ¿Cuáles son los próximos objetivos de la ofensiva?
R.- Consolidar esa línea, seguir fijando Kiev e intentar que caiga Járkov sin que se produzca una debacle, una pérdida enorme de gente. Y entonces, estarían en disposición de embolsar al ejército ucraniano.
P.- En estos instantes, ¿cuál sería la expectativa temporal?
R.- Pienso que podría durar no más de un mes.
P.- ¿Es el escenario el fin de los combates más duros y un estancamiento del frente, como ha sucedido durante años en el Donbás?
R.- Es una posibilidad pero no lo creo. Considero que esto se va a resolver por vía de la negociación. En el momento que Rusia consiga esa línea y el acceso logístico rápido al sur, se podrá implementar una maniobra más rápida en las operaciones y estará en una posición de dominio. Esta guerra la tiene ganada Rusia pero no la paz. Eso es otra cosa y va a costar. Esta invasión va a dejar muchísimas heridas en la población, en la ucraniana y en la propia rusa: Varios millones de refugiados, algunos millones de desplazados y sobre todo el coste de haber roto el orden mundial establecido hasta ahora.
P.- ¿Resulta sostenible la ocupación militar de un país?
R.- Depende de la fuerza que tenga el que ocupa y de la extensión a ocupar. En este caso, con los seiscientos mil kilómetros cuadrados que tiene Ucrania veo muy difícil que por la fuerza se ocupe todo el país. Creo, además, que está fuera de las intenciones de Putin y de sus posibilidades, porque Rusia sigue teniendo una enorme extensión, con Siberia incluida, y afronta problemas en las repúblicas asiáticas y mantiene contenciosos con China, algunos territoriales. En fin, no puede enviar todo su ejército a Ucrania.
P.- En Kiev las líneas del frente parecen estancadas…
R.- Si Putin hubiera querido entrar en Kiev como elefante en una cacharrería, no tengo duda alguna que podría haberlo hecho. Pero hay una intención de no hacerlo. La explicación es que Kiev no es un objetivo fácil aunque es un objetivo estratégico fundamental. Es la capital de la nación. Existen tres objeciones para que Putin no haya tomado el control: una de orden práctico, porque al estar allí el gobierno de la nación conserva un interlocutor para las negociaciones que no tendría en otro caso. Otra es de orden técnico. Entrar en el combate urbano es muy difícil, requiere especialización y sobre todo corre el riesgo de tener muchísimas bajas. El movimiento es más difícil y lógicamente el que ataca basa su maniobra en gran medida en el movimiento y está restringido porque hay edificios, obstáculos y parapetos. Además, las armas pesadas ahí tienen muy poca eficacia y los campos de visión son más pequeños. Es fácil que el enemigo use francotiradores y trampas explosivas que causan muchas bajas.
Es un combate muy complejo que tiene que hacerse con cuidado, con fuerzas expertas en el combate urbano. En tercer lugar, hay una cuestión de orden emocional si quiere. Kiev es la raíz de las tres Rusias, de Bielorrusia, Ucrania y Rusia. Kiev es un lugar de peregrinación y el comienzo de todo. En el siglo décimo, el Rus de Kiev del que se van originando las tres repúblicas posteriores. Iba desde el Báltico al mar Negro. Entonces ir contra Kiev es ir contra tus propios principios, contra tus propios orígenes. Arrasar Kiev sería un baldón muy grande, incluso desde el punto de vista doméstico en Rusia. Sería algo comparable a que nosotros decidiéramos bombardear Covadonga.
El ejército ucraniano se ha quedado sin aviación, ha sido machacada en los primeros compases por la aviación rusa
P.- Desconocemos, no obstante, cómo se desarrollará la contienda en las próximas semanas…
R.- Juzgar las intenciones de un iluminado como Putin es difícil. Siempre que existe capacidad, es posible. ¿Tiene el conocimiento para hacerlo? También. Entonces no se puede descartar. Pero a mí no me parece lógico que quiera entrar en Kiev arrasándola.
P.- El ejército ucraniano ha resistido pero tiene un mal porvenir…
R.- Así es. El ejército ucraniano se ha refugiado fundamentalmente en las ciudades. Pero la potencia rusa en número de armamento y hombres no tiene comparación. Depende de las consideraciones que hagan Putin y el Estado Mayor General ruso sobre objetivos concretos. Pero no parece que vayan a tener las mismas contemplaciones con Mariúpol que con Kiev.
P.- ¿Y cuál es entonces el objetivo de los uniformados ucranianos?
R.- El desgaste y, si pudieran, también "meternos" a los demás en esta guerra.
P.- Los ucranianos piden con insistencia el envío de cazas de combate y la designación de una zona de exclusión aérea…
R.- En mi opinión, la OTAN no debería aceptar esa zona de exclusión aérea sobre el cielo de Ucrania porque sería una declaración de guerra. El ejército ucraniano se ha quedado sin aviación, que ha sido machacada en los primeros compases por la aviación rusa. Ésta es una operación de libro. Es una guerra muy clásica. Lo primero que se hace es que salen los aviones y los helicópteros hacia objetivos ya definidos, que son las bases aéreas, los depósitos de municiones, los puestos de mando, las comunicaciones, los radares... En cuestión de horas lo destruyeron todo. Cegaron al contrario.
Lo que busca Rusia es, aparte de las intenciones imperiales de Putin, conservar su glacis de seguridad en el sur, que es Ucrania
Los rusos han aplicado una zona de exclusión aérea a los ucranianos porque los han dejado sin aviación. El avance ruso tiene forma de luna creciente. En el centro de ese arco está el ejército ucraniano, que a menos que escape acabará embolsado. Es la misma operación que protagonizó Aníbal en la Segunda Guerra Púnica y que se ha empleado a lo largo de la historia en muchas ocasiones. Lo hizo Montgomery en la II Guerra Mundial y es lo que se llama la táctica del yunque y el martillo. Por un lado sostiene y por otro golpeas. Llega un momento en que al enemigo lo tienes en el centro y le golpeas por todos lados.
P.- En esa estrategia diseñada desde Moscú, ¿está también forzar una negociación?
R.- Así lo creo. Otra cosa distinta es que los estadounidenses lo permitan, porque aquí lo que hay es una oposición entre Estados Unidos y Rusia sobre terreno ucraniano. Lo que busca Rusia es, aparte de las intenciones imperiales de Putin, conservar su glacis de seguridad en el sur, que es Ucrania. Lo han dicho en muchas ocasiones. El problema de fondo es que Rusia tiene elementos de gran potencia: armas nucleares, territorio o recursos naturales que mantienen acongojada a Europa. Pero, por encima de todo, tiene la voluntad de ser una gran potencia. Rusia está ahí y va a estar siempre. Entonces no se puede actuar como si no existiera. No sé si me explico.
P.- Y quien va a pagar el precio es Ucrania…
R.- Es evidente. Y lo vamos a pagar todos, como ya está sucediendo.
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