Nunca antes en la historia de las subastas se había intercambiado tanto dinero de unas manos a otras en concepto de obras de arte. Pero aquella era una de las más celebres imágenes vistas hasta el momento. El radiante ramo de girasoles pintado por Vicent Van Gogh (Zundert, 1853 - Auvers-sur-Oise, 1890) creó las expectativas de lograr el precio más alto en una subasta. Y lo logró, en Londres el 30 de marzo de 1987, hace hoy 30 años. El límite de los precios del mercado del arte saltó por los aires en la conocida casa de subastas londinense Christie’s. ¿El motivo? 28.791.399 millones de dólares.
La puja apenas duró más de cinco minutos y el comprador final pagó además otros dos millones y cuarto de dólares en concepto de comisión de la casa de subastas. El cuadro formaba parte de una serie de lienzos del mismo tema que Van Gogh pintó entre agosto y septiembre de 1888 y de los que hizo alguna réplica en 1889, fascinado por la luz y el color de la planta, y con la intención de que decorasen la habitación destinada a su amigo, el también pintor posimpresionista Paul Gaugin, en la casa que tenía alquilada en Arles, Francia.
Guy Jennings, director asociado de Christie's, manifestó que la obra sobrepasaba el por entonces récord mundial del precio pagado por una pintura, que estaba en 11 millones de dólares por la obra impresionista de Manet La rue Mosnier aux paveurs. Pero sus palabras fueron efímeras. Y casi son ahora la cortina de la función de teatro y tramoya en la que se han convertido las subastas: "Ahora hablamos de los record prices como un hecho que se repite constantemente, fruto de dos ricos peleándose por un objeto en concreto. Los récords de una subasta que se dan ahora lo hacen a cifras astronómicas. En los noventa los precios no era tan elevados porque el mercado no jugaba con tanto dinero como ahora, el reparto de riqueza entonces era moderado, si se compara con la actualidad", señala Manel García, historiador del arte en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.
Sin ir más lejos, Christie's anunció el pasado lunes la subasta de uno de los icónicos retratos de Marilyn Monroe realizado por Andy Warhol, que será ofrecido en mayo, durante la venta de arte del siglo XX de la firma y cuyo valor se ha estimado en unos 200 millones de dólares. El cuadro es uno de los ejemplares de los coloridos retratos de pop-art de Warhol, ofrecido por la Thomas and Doris Ammann Foundation Zurich, y los expertos de la casa de subastas lo han equiparado a otras piezas icónicas como la Mona Lisa de Da Vinci, Las señoritas de Avignon de Picasso o El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli.
Además, según Christie's, Shot Sage Blue Marilyn, nombre que recibe la obra, es "uno de los cuadros más significativos en salir a subasta en toda una generación" y puede convertirse en "la obra del siglo XX más cara" vendida en una subasta: "El Marilyn de Andy Warhol es la cima absoluta del pop-art estadounidense y de la promesa del sueño americano que encapsula optimismo, fragilidad, celebridad e iconografía todo en uno".
Pero lo mismo se dijo en noviembre de Cézanne, Basquiat, Picasso o Giacometti, los grandes nombres del siglo XIX y del siglo XX que se juntaron en tan sólo una semana en varias subastas en Nueva York, alcanzando la suma de 1.000 millones de dólares; del Salvator Mundi de Da Vinci que en 2017 rompió récords de ventas al ser subastada en Nueva York por 450 millones de dólares; o de Frida Kahlo, que ya triplica el récord de Diego Rivera, siendo así la artista latinoamericano más cara. El autorretrato Diego y yo, de Frida Kahlo, marcó un precio récord para una obra de un artista latinoamericano en subasta, al venderse en Nueva York por 34,9 millones de dólares (30,85 millones de euros), cuadruplicando además el anterior máximo histórico de la propia pintora mexicana de 8 millones de dólares logrado en 2016: "El precio alcanzado esta noche sitúa a Frida Kahlo en el centro de la escena junto con los grandes titanes de la historia del arte, y como uno de los artistas más codiciados del mercado actual", subrayó Sotheby’s en un comunicado nada más terminar la puja.
Pero además, el mercado del arte atraviesa por uno de sus momentos más atípicos, a la vez que esperados y evidentes, en donde todo su potencial especulativo se ha encontrado de forma plena con las posibilidades del ecosistema digital y los llamados non-fungible-tokens o NFT. En 2021, la proliferación de los NFT disparó el valor de las obras de arte de este tipo vendidas por las tres grandes casas de subastas del mundo - Sotheby's, Christie's, y Phillips - ha sido superior en un 21% a 2019, hasta totalizar 6.500 millones de dólares (5.754 millones de euros).
En este sentido, si se compara con los datos de 2020, se constata un incremento del 74%. Solo Sotheby's tuvo unas ventas de 7.300 millones de dólares el año pasado, la más alta de su historia, aunque en esa cantidad no solo están incluidas las subastas, sino, también, las ventas privadas. Y por su parte, Christie's vendió como NFT por más de 69 millones de dólares una obra de arte digital, Everydays: The First 5,000 Days, de Beeple, situándose junto a pinturas hechas por Picasso, Rothko, van Gogh y Monet como una de las piezas de arte más caras vendidas mediante subasta.
La situación del mercado del arte en España
La crisis del coronavirus hizo retroceder al mercado español del arte más de media década. Las ventas descendieron 308 millones de euros en 2020, una caída del 37 % que fue el doble de la registrada a nivel mundial y llevó a niveles de 2014, según se desprende de un informe de la Fundación "la Caixa".
Sin embargo, pese a los datos negativos, el sector ha demostrado en la última década "mejor resiliencia" que otros mercados y un impulso de las ventas en Internet, que se duplicaron a nivel mundial en 2020 y también en España, con un aumento similar: del 10 % de ventas de canales en línea registrados en 2019 al 22 % en 2020: "La pandemia ha obligado a implementar nuevos canales de comunicación, más ambiciosos e internacionales", indicó Marta Pérez Ibáñez, del Instituto de Arte Contemporáneo, y que demandan una buena estrategia de comunicación".
Por su parte, el mapa del mercado del arte con gran protagonismo del sector contemporáneo (69 % del total de operadores) y muy concentrado en Cataluña y Madrid, arroja un perfil del comprador que es mayoritariamente hombre, con edades comprendidas entre los 40 y los 60 años. Los artistas representados por las galerías siguen, curiosamente, un patrón similar: son mayoritariamente hombres, españoles, de media carrera -con una trayectoria más o menos reconocida- y prioritariamente pintores; y el perfil de las galerías es de una empresa joven, un tercio de ellas con menos de diez años de vida.
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