La Familia Real británica cumple una tradición todo Jueves Santo: la misa del "Maundy Thursday" en la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor. A pesar de que Isabel II vive ahora allí, este año no estuvo presente y Carlos y Camila protagonizaron por primera vez el evento, un gesto muy importante en su consagración como futuros reyes de Inglaterra. Pero este año el servicio religioso no fue lo más importante que tuvo lugar en el castillo: sin que prácticamente nadie lo supiera, Harry y Meghan se desplazaron en un coche con cristales tintados y una discreta escolta de dos motoristas hasta Windsor desde Frogmore Cottage, su residencia cuando vivían en Inglaterra (y ahora habitada por la princesa Eugenia, hija del príncipe Andrés).

Sabíamos que Harry y Meghan iban a estar esta Semana Santa en Europa. Se han inaugurado los Invictus Games en La Haya, una especie de Juegos Paraolímpicos para militares que Harry impulsó hace años (la primera edición fue en Londres en 2014) y con cuya organización está muy implicado.

No se sabía si la pareja iba a ir a La Haya directamente desde Los Ángeles, donde residen desde que dejaron la Casa Real en el 2020, o si harían una parada en Londres, como finalmente ha ocurrido. Por lo que se sabe, Harry y Meghan llegaron a la capital británica el miércoles por la mañana en un vuelo de British Airways desde Los Ángeles. Venían solos: ni sus hijos Archie (de 2 años) ni Lilibet (de 10 meses) los acompañaban. Harry no veía a su abuela, la reina Isabel II, desde hace un año, el abril pasado, en abril pasado, cuando se enterró al duque Felipe de Edimburgo. Recordemos que Harry no asistió al servicio religioso que se celebró recientemente en la abadía de Westminster por una disputa con el Home Office.

Una reunión muy tensa con el príncipe Carlos

Pero antes de desplazarse a ver a granny, como la llaman sus nietos, la soberana insistió en que Harry y Meghan se reunieran con el príncipe Carlos y Camila. El Daily Mail ha hecho público que ese encuentro tuvo lugar a las diez de la mañana y que duró quince minutos. Fue justo antes del servicio del Thursday Maundy.

Lejos de ser una reunión agradable que ayudase a reconciliar a padre y a hijo, Richard Kay, editor del Daily Mail y auténtico experto en las interioridades de la Casa Real británica, asegura que el encuentro fue muy tenso. Carlos está muy disgustado desde que Harry y Meghan concedieron aquella famosísima entrevista con Oprah Winfrey y los acusaron de no ayudarlos financieramente. El príncipe de Gales también estaría muy preocupado con el contenido de las memorias que Harry publicará a finales de este mismo año y que prometen ser incendiarias.

Sin embargo, a pesar de todos los recientes problemas, Carlos quería abrir vías de diálogo con su hijo pequeño y su nuera. Por su parte, la puerta estaría abierta a una reconciliación, pero no va a ser fácil conseguirlo. Costará recuperar la confianza entre ambos bandos.

Reunión con la reina Isabel II

Tras ver a su padre y madastra, Harry fue a los apartamentos privados de la reina Isabel II. La reunión con su abuela fue bastante mejor de lo que todos esperaban. Al fin y al cabo, Harry no deja de ser el nieto favorito de la soberana británica y él es de los pocos que consiguen que se ría a carcajada limpia, algo que, últimamente, la soberana debe necesitar como agua de mayo. Además de la muerte de Felipe, su marido, Isabel II se está teniendo que enfrentar a todos los problemas de la justicia de su hijo Andrés y a sus propios problemas de salud. No hay duda de que a la soberana le gustaría recibir buenas noticias: este año se celebra su Jubileo de Platino y pocas cosas le gustarían más a la monarca que ver a Harry y a Meghan en el balcón de Buckingham cuando la familia real salga a saludar.

No han trascendido detalles del encuentro entre Harry, Meghan e Isabel II, pero sí se sabe que la reunión fue la última que Harry y Meghan tuvieron con la familia real. Es decir: Harry no se vio con Guillermo, su hermano mayor, el cual está aún increíblemente enfadado con Harry por haber acusado a la Familia Real de racismo y comportamientos tóxicos en Oprah Winfrey. La última vez que los hermanos se vieron fue el julio del año pasado, cuando inauguraron una estatua en honor a su madre, la malograda Diana de Gales.

El Daily Mail asegura que un amigo de Guillermo ha desvelado que el duque de Cambridge "no quiere hablar de Harry. Dice que le da dolor de cabeza". Se sabe que las relaciones entre las cuñadas tampoco son muy buenas. Nunca lo han sido.

Un documental para Netflix

Aparte de la reunión secreta con la reina, la otra gran noticia es que Harry y Meghan están siendo seguido a todas horas por un equipo de grabación de Netflix. Se sabe que, siguiendo el ejemplo de los Obama, la pareja firmaron un acuerdo millonario con el gigante --se rumorea con 100 millones dólares-- y que, entre las cláusulas, había la creación de documentales exclusivos. No han trascendido los detalles, pero seguro que pronto vemos el resultado.